Bienvenido a esta guía de Estambul, la capital de Turquía, donde encontrarás todo lo necesario para viajar a la antigua Constantinopla. Conoce de un vistazo todo lo que necesitas saber y profundiza en nuestros artículos más detallados sobre cada aspecto que todo viajero necesita para viajar a Estambul.
Pocas ciudades pueden presumir de tener la historia milenaria que atesora Estambul. La gran ciudad turca tiene el honor de haber sido la capital de tres imperios, romano, bizantino y otomano y de haber conservado de todos ellos vestigios que la hacen inigualable.
Hoy en día, esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad es una enorme urbe aposentada entre dos continentes a la que acuden millones de visitantes cada año para disfrutar de sus monumentos y sus peculiares características, dividida en tres trozos por el estrecho del Bósforo.
Cómo llegar
A Estambul se puede llegar por tierra, mar y aire. Dejando a un lado las dos primeras posibilidades, la mayor parte de sus visitantes llegan en avión, aterrizando en cualquiera de los dos aeropuertos de que dispone.
Sustituyendo al antiguo aeropuerto Atatürk, el moderno Aeropuerto Internacional de Estambul se encuentra a unos 45 kilómetros al noroeste de la ciudad, en la zona europea y cerca de las orillas del mar Negro.
El otro aeropuerto, denominado Sabiha Gökçen está en el lado asiático, 45 kilómetros al sureste del centro de la ciudad.
El acceso desde ambos aeropuertos al centro de Estambul está garantizado a través del servicio público, mediante autobuses. También existen lanzaderas gestionadas por otras empresas y, para quienes quieran recurrir al taxi, hay una buena cantidad de ellos esperando en las paradas de los dos aeródromos.
También está planeado inaugurar desde 2020 nuevas líneas de Metro que comuniquen la ciudad con los aeropuertos, con lo que se facilitará aún más el acceso a la ciudad.
- Cómo ir del aeropuerto internacional de Estambul al centro
- Cómo ir del aeropuerto Sabiha Gökçen al centro
Dónde dormir
Estambul recibe millones de visitantes cada año, por lo que su oferta de alojamientos es muy amplia, desde los hoteles más lujosos hasta la morada más modesta. La peculiar geografía de la ciudad hace que la elección de la zona sea bastante determinante, según los lugares que se quieran visitar y conocer.
Las zonas de Sultanahmet, Eminönü y Beyazit están muy concurridas de turistas, porque en la península histórica de Estambul están ubicadas muchas de las principales atracciones de la ciudad.
No obstante, la zona moderna del lado europeo, más allá del cuerno de oro también ofrece buenas posibilidades, en áreas como Karaköy, Beşiktaş o los alrededores de Taksim. Incluso la parte asiática, en distritos como Kadiköy, puede ser una buena opción para quienes quieran estar más alejados del bullicio del centro.
La mejor época para visitar Estambul
Por lo general, existe una variación muy acusada de las temperaturas de verano e invierno, alcanzando valores extremos tanto de calor como de frío. Además, el alto grado de humedad acentúa la sensación.
Climatológicamente, las estaciones más adecuadas para visitar la ciudad son el otoño y la primavera, evitándose los rigores de verano e invierno. Si se tienen en cuenta factores como la concurrencia de visitantes, hay que destacar que la temporada alta se prolonga desde finales de mayo hasta septiembre, con las consiguientes multitudes de turistas.
Una buena opción es hacer coincidir la estancia con alguno de los acontecimientos culturales y artísticos que contribuyen a aumentar la fama de Estambul en todo el mundo. Como el Festival Internacional de Cine y el Festival de los tulipanes, que tienen lugar en primavera o el Festival internacional de música y el de Jazz, que se celebran en verano.
Para el otoño podemos hacer coincidir la visita con la Bienal internacional de arte y en invierno disfrutar con el Festival de gastronomía.
Qué ver en Estambul
La herencia de las múltiples culturas que han florecido en Estambul ha provocado que la ciudad entera sea un enorme museo en el que se pueden contemplar verdaderas maravillas.
Entre estas maravillas cabe destacar la imponente Santa Sofía, verdadera joya del arte bizantino, los suntuosos palacios de Topkapi y Dolmabahçe, la sólida torre Gálata, símbolo de la ciudad o los restos romanos de la Cisterna Basílica y el Hipódromo.
Sin olvidar las impresionantes mezquitas, como las de Süleymaniye o la mezquita azul, monumentos grandiosos en los que lo religioso se ha convertido en delicado arte.
Qué hacer
Una estancia en Estambul ofrece múltiples posibilidades más allá de disfrutar de los grandiosos monumentos de la ciudad. En Estambul se pueden hacer algunas de esas cosas inolvidables que no se pueden llevar a cabo en ninguna otra ciudad.
Podrás disfrutar de experiencias tan evocadoras como visitar las orillas de dos continentes diferentes haciendo un crucero por el Bósforo; disfrutar de un té sobre la colina de Pierre Loti mientras se contempla una impactante panorámica del cuerno de oro; extasiarse con impresionantes puestas de sol en las que el perfil de la ciudad, con sus minaretes apuntando al cielo, se tiñe de colores increíbles; o relajarse con un genuino baño turco.
Cómo moverse
Como todas las grandes urbes densamente pobladas, Estambul puede resultar un tanto caótica si se recurre al tráfico rodado. Afortunadamente, la red de transporte público funciona de forma muy eficiente y es lo suficientemente amplia como para satisfacer las necesidades de cualquier viajero.
Los tranvías, metrobús y autobuses son una excelente opción si se quiere contemplar las calles durante la travesía. Por su parte, quienes desean más rapidez en los desplazamientos pueden utilizar la red de metro, que cuenta con siete líneas que comunican en poco tiempo todas las zonas de la ciudad.
Los taxis también ofrecen un buen rendimiento en este aspecto y son bastante más baratos de lo que estamos acostumbrados. No hay que olvidar la utilidad de los ferris cuando se trata de desplazarnos entre continentes y queremos librarnos de los frecuentes atascos en los puentes.
Excursiones y tours cercanos
La estancia en Estambul puede ser una buena oportunidad para aprovechar el tiempo en excursiones y tours que incrementen el atractivo que ya tiene de por sí la antigua ciudad turca.
Uno de los tours preferidos por los viajeros es la visita a las islas Príncipe, paraísos de vegetación y tranquilidad en los que incluso está vedado el tráfico a motor.
También ofrece grandes atractivos navegar en un crucero a lo largo del Bósforo, hasta acercarse al punto donde el estrecho se funde con el mar Negro. Además, tenemos la oportunidad de visitar las playas del mar Negro en la cercana Kilyos.
Para quienes estén dispuestos a una excursión más larga, conocer Capadocia con sus mágicos valles y las imponentes chimeneas de hadas constituye una experiencia inolvidable, algo imprescindible cuando se pone pie por primera vez en Turquía.
Vida nocturna
El día y la noche marcan el ritmo de dos Estambul muy diferentes. Porque la ciudad turca es una urbe cosmopolita que nunca duerme. La noche de Estambul es tan animada y diversa que nada tiene que envidiar a cualquier otra ciudad europea.
Existen multitud de bares, locales de copas y discotecas en los que es posible disfrutar hasta el día siguiente en compañía de miles de personas que animan zonas emblemáticas como la calle Istiklal y avenidas adyacentes o el área de Beyoglu, con sus múltiples restaurantes.
Y no hace falta que sea viernes o sábado, porque en este aspecto se puede decir que la gran urbe turca vive un fin de semana eterno.
Compras
Estambul no defrauda en absoluto a los enamorados de las compras. En todas las calles hay mucho que comprar, ya sea en las tiendas, los bazares o los puestos callejeros.
Quienes desean siempre llevarse artículos típicos del lugar que visitan, Estambul ofrece también muchos de esos productos que no dejan indiferente a nadie, como algunas de las mejores alfombras que se pueden encontrar en el mundo, ricas especias, amuletos contra la mala suerte, cerámica, lámparas de cristal o las dulces “delicias turcas”.
El Gran Bazar y el bazar de las especias son lugares que hay que visitar obligadamente y donde se puede encontrar literalmente cualquier cosa que uno pueda buscar. Pero, la ciudad también está plagada de tiendas más modernas y exclusivas, como las de la zona de Taksim.
Para los que quieren disponer de todo junto mientras dan un paseo por inmensos centros comerciales, Estambul pone a su disposición algunos de los más grandes de toda Europa, como Forum Istanbul o Kanyon.
Comer y beber
Comer en Estambul es uno de los mayores atractivos en sí del viaje, porque la comida turca resulta enormemente variada y rica. Con una base mediterránea en la que las verduras abundan, también ofrece carnes y pescados en muy diferentes modos de preparación.
Además, la comida callejera tiene una gran tradición y es imposible caminar por la ciudad sin encontrar puestos de exquisita comida en la que se pueden adquirir kebabs en todas sus versiones, porciones de lahmacun y pide, el equivalente turco a la pizza, y deliciosos pasteles como los börek o los baklava.
Por cierto, no se debe empezar el día sin haber disfrutado de un copioso y nutritivo desayuno turco (kahvalti).
Algunos consejos
Para visitar Estambul es necesario contar con un visado. Se debe conseguir un e-visado a través de Internet. Existen muchas páginas que lo ofrecen, pero lo más recomendable y probablemente más barato es obtenerlo a través de la página oficial del gobierno turco (https://www.evisa.gov.tr/es/) por una tasa de 35$.
Se recibe en el correo electrónico y habrá que imprimirlo para presentarlo en la frontera. Conviene tenerlo sacado algunos días antes del viaje y tener en cuenta que tiene una validez de 180 días desde la fecha que se indique como de llegada. El visado permite una estancia no mayor de 90 días en Turquía.
Para moverse en Estambul mediante transporte público es muy recomendable adquirir la tarjeta Istanbulkart ya desde el mismo aeropuerto.
Es una tarjeta magnética recargable en muchos puntos de la ciudad que sirve para pagar en la mayor parte del transporte de Estambul. Resulta cómodo y rentable porque se puede intercambiar entre distintos sistemas de transporte con una tarifa inferior.
En teoría, el agua que sale de los grifos de Estambul es potable. En la práctica, casi todo el mundo toma agua embotellada. En el mejor de los casos está excesivamente clorada, para asegurar la desinfección, ya que el agua proviene de presas. En el peor de los casos puede llegar al vaso después de pasar por tuberías anticuadas y poco higiénicas.
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