La isla de Mallorca, la mayor de todo el archipiélago de Baleares, es un destino turístico internacional de primer orden. Son tantas las cosas que ver y que hacer en Mallorca que hacer una lista con recomendaciones podría llegar a ser kilométrica. Aquí nos conformamos con recomendarte algunas de ellas que son un éxito asegurado.
Todos los años millones de visitantes acuden al reclamo de sus paradisíacas playas, su rico patrimonio cultural y monumental, sus espectaculares paisajes y su clima privilegiado. Si hay una palabra que defina a Mallorca, ésa es la diversidad, porque cuenta con atractivos innumerables para todo tipo de viajero y alternativas.
30 cosas qué hacer en Mallorca que no te puedes perder
1. Aprovechar un free tour para conocer a fondo Palma
Palma es la ciudad más importante de Mallorca, su capital. Es una ciudad con larga historia y un casco antiguo medieval compuesto por estrechas callejuelas salpicada de monumentos tan importantes como la Catedral, el Palacio de la Almudaina o la Lonja.
Una excelente idea es aprovechar un free tour que nos permita conocer todos los secretos de la ciudad que tantas veces ha sido denominada como “perla del Mediterráneo”.
2. Visitar la excelente colección de arte contemporáneo de Es Baluard
El Museo de arte moderno y contemporáneo Es Baluard lleva desde 2004 en la ciudad de Palma. En este tiempo ha conseguido acumular más de 700 obras, tanto de artistas nacionales como internacionales. La exposición fija cuenta con trabajos de artistas como Miquel Barceló, Picasso o Santiago Calatrava.
La función de Es Baluard no se limita a mostrar obras, sino que realiza exposiciones, actividades y ciclos educativos para promover su rico patrimonio cultural. Es todo un referente de arte moderno nacional y sin duda uno de los museos que hay que ver en Mallorca.
3. Pedalear por los hermosos paisajes de la Sierra de Tramontana
Esta sierra recorre el norte de Mallorca, conformando un espectacular paisaje de montaña que desciende hacia el mar sin transición, generando vertiginosos acantilados y hermosas calas vírgenes.
Son muchas las rutas para recorrer a lomos de una bicicleta de montaña y todas tienen como denominador común la presencia de bellísimos paisajes.
La sierra de Tramontana está considerada Patrimonio de la Humanidad y acoge en sus casi 100 kilómetros de longitud numerosos pueblos tradicionales, como Deià, Valldemosa o Sóller. Sin duda, parar en alguno de ellos es una de las mejores cosas que hacer en Mallorca.
4. Extasiarse con la imponente catedral y su enorme rosetón
La Catedral de Palma, conocida como la Seu, es uno de los edificios más hermosos de toda Mallorca. Es algo imprescindible que ver en Mallorca, un fascinante monumento gótico construido entre los siglos XIII-XIV.
Conocida también como la “catedral de la luz” por la impactante claridad que inunda su interior, gracias a sus 87 ventanales y siete rosetones. Precisamente, uno de ellos tiene el honor, con 13 metros de diámetro, de ser el más grande del mundo en este estilo arquitectónico, superior incluso al de Notre Dame de París.
Su visita es una de las más populares de la capital mallorquina. Si quieres saltarte (solo suele haberlas en verano) las colas vale la pena comprar la entrada por anticipado. Puedes hacerlo aquí.
5. Disfrutar de playas paradisíacas
Mallorca es todo un paraíso para quienes vayan buscando sol y playas. Más de 200 playas están documentadas en su extenso litoral. Las hay de arena fina y blanca y calas con espectacular vegetación y acantilados de fondo. También boscosas, rodeadas de pinos o palmerales, bañadas por aguas de color turquesa.
Es imposible entre tanta oferta y tan diferente distinguir algunas, olvidando las demás. Una de las más famosas, al sur, es la playa de Es Trenc, un extenso arenal de casi tres kilómetros de largo, bañado por aguas límpidas y dotada de un sistema dunar único que la convierten en un paraíso que en nada hace envidiar al Caribe.
Pero hay muchas, muchas más, que cubren de sobra las necesidades del viajero más exigente. ¿Quieres conocer algunas más? Pues mira este artículo: Las mejores playas de Mallorca
6. Traspasar las imponentes murallas medievales de Alcudia
Situada en el norte de Mallorca, Alcudia es una hermosa ciudad amurallada que conserva sus vestigios antiguos en excelente estado de conservación.
Desde sus murallas de más de un kilómetro de longitud, que conservan tres puertas de acceso y 26 torres de vigilancia, hasta su casco antiguo formado por callejuelas medievales empedradas estrechas y repletas de casas señoriales, Alcudia ofrece al viajero un viaje por el tiempo.
Como monumentos más importantes podemos visitar la iglesia de San Jaime, el teatro romano y la Capilla del Sant Crist. Si añadimos sus espléndidas playas llegaremos a la conclusión de que visitar Alcudia tiene que estar en la lista de las cosas que hacer en Mallorca.
7. Comer ensaimada, comprar ensaimada para regalar…
Es inevitable. Hablar de Mallorca trae a la imaginación la reina de la repostería tradicional de la isla, la ensaimada. Las hay por todas partes, con su forma de concha de caracol y su relleno variado.
Comer ensaimada es una de las cosas que hay que hacer en Mallorca sí o sí. La ensaimada de Mallorca cuenta incluso con indicación geográfica protegida, para versiones sin relleno o con relleno de cabello de ángel. Hay lugares que han adquirido una gran fama en su elaboración.
Es el caso del histórico Can Joan de S’Aigo, abierto en Palma en el siglo XVIII y que sigue elaborando desde entonces las que muchos califican como las mejores ensaimadas de la isla.
8. Alucinar con la magia de las cuevas del Drach
Son las más famosas de las muchas cuevas que hay en la isla y algo imprescindible que ver en Mallorca. La magia de estas imponentes cuevas de más de un kilómetro de longitud, a más de 20 metros de profundidad, es única. Situada en el término municipal de Manacor, es una de las mayores atracciones locales.
La filtración del agua sobre rocas calizas ha generado formas caprichosas, estalactitas, estalagmitas e impresionantes formaciones de roca. Tiene cuatro grandes salas comunicadas entre sí y hasta un gran lago en el que se puede pasear en barca.
9. Salir de fiesta por la noche
Mallorca tiene mucha vida nocturna y muy animada, especialmente en la capital y los lugares más turísticos con playa. Palma es uno de los lugares más emblemáticos, punto de concentración de miles de personas en la zona del puerto o en barrios como Santa Catalina.
Pero, por toda la isla se distribuyen zonas con una divertida vida nocturna y entre ellas alguna tan famosa como Magaluf, considerada la capital de la fiesta para la amplia colonia británica.
Si se trata de ir a bailar, Mallorca cuenta con algunas de las discotecas más reconocidas a nivel internacional, como la tradicional Tito’s, ubicada cerca de Pachá en el área del puerto de Palma, Menta (Alcudia), Barracuda (puerto de Andratx) o la famosísima BCM Planet Dance en la localidad de Magaluf.
¿Tienes ya alojamiento en Mallorca? La isla es grande y tiene un montón de localidades y playas entre las que elegir. Échale un vistazo al siguiente artículo donde te explicamos cómo son algunas de las zonas más interesantes para alojarse en Mallorca: Dónde alojarse en Mallorca
10. Despedir el día desde el cabo Formentor
El cabo Formentor se encuentra en el extremo de una península que se interna en el mar, justo en el extremo norte de la isla. El camino de llegada a la punta de esta larga lengua de tierra está moteado de pinos y rodeado de acantilados.
Allí, a más de 210 metros sobre el mar, está el Faro de Formentor, en funcionamiento desde 1863. Es uno de los lugares que hay que visitar en Mallorca, especialmente por su extraordinario paisaje. Desde aquí se observa una de las mejores puestas de sol de toda la isla.
11. Hacer trekking en el torrent de Pareis
El torrent de Pareis impresiona. Es un cañón de tres kilómetros de longitud en el que las aguas milenarias han tallado paredes verticales de cerca de 200 metros de altura. El torrente atraviesa la sierra de Tramontana, descendiendo desde S’Entreforc hasta el mar, donde desemboca en la preciosa cala de Sa Calobra.
A su paso deja un recorrido agreste y accidentado, muy indicado para practicar trekking mientras se disfruta de parajes naturales extraordinarios. Lógicamente, el recorrido es practicable cuando no corre agua entre sus paredes. Lo contrario puede ser peligroso.
12. Degustar las delicias gastronómicas mallorquinas
Hay mucho que ver y que hacer en Mallorca, pero no debemos olvidar la gastronomía, que también proporciona grandes satisfacciones a los visitantes. La gastronomía de Mallorca combina productos de la huerta y del mar, con base en recetas muy tradicionales.
Típico es el frito mallorquín, uno de los platos más antiguos y deliciosos, con una mezcla entre carne y verduras. Tampoco se puede visitar Mallorca sin probar los caracoles a la mallorquina, un plato sabroso que enloquece a los visitantes.
Sin despreciar, claro está, el tumbet, la caldereta de langosta, el arrós brut, la coca de Trampó, la sobrasada y tantos otros platos que distinguen a la isla.
13. Asombrarse con la fabulosa estampa del Palacio Real de la Almudaina
Junto a la Catedral se alza otro de los edificios más emblemáticos de Palma. El Palacio real de la Almudaina actual es resultado de una evolución que combina la estructura de un alcázar árabe con las peculiaridades de una construcción cristiana gótica.
Esas modificaciones dan su aspecto peculiar al edificio, una edificación cuadrada con elevadas murallas y 14 torres defensivas. Usado actualmente como residencia oficial de los Reyes de España, su interior está decorado con hermosos tapices y mobiliario de diversas etapas históricas.
14. Admirar la peculiar figura circular del Castillo de Bellver
Apenas a tres kilómetros del centro de Palma se alza este peculiar castillo construido en los primeros años del siglo XIV para acoger la corte de Jaime II. La posición de este castillo, uno de los escasos ejemplares circulares del mundo, tiene alto valor estratégico, pues está ubicado en la cima de una colina, rodeado de bosques.
Más de 100 metros de altura sobre el mar lo convierte en una excelente atalaya. Sin duda, subir a las almenas de este castillo es una de las mejores cosas que hacer en Mallorca, ya que la vista panorámica es espectacular, abarcando Palma, el puerto y la sierra de Tramontana.
15. Ir de compras por Palma
La capital mallorquina es una ciudad cosmopolita y moderna que presenta gran variedad para quienes disfrutan saliendo de compras. Por zonas, el Paseo del Borne asume en los últimos años las preferencias de moda. Esta “milla de oro” de Palma concentra la mayoría de tiendas de lujo, con las últimas novedades de los mejores diseñadores.
La Avenida de Jaime III ha sido destronada por la anterior, pero sigue ofreciendo muestras de su antiguo esplendor con marcas como Cartiere o Lotusse. Para quienes busquen lo mejor en diseños de interior y galerías de arte, Vía Veri y sus alrededores son su opción. Para los amantes del comercio más tradicional, su destino es el centro de Palma.
16. Embarcar con destino a la isla de Cabrera
Apenas a media hora en barco desde Mallorca se encuentra esta isla de no más de 15 kilómetros cuadrados que conserva la misma fisonomía que debió tener hace miles de años.
Desde la punta sur de Mallorca, en la Colonia de Sant Jordi, parten las embarcaciones que permiten visitar este ecosistema natural que cuenta con más de 950 especies animales. Dominando la entrada al puerto se divisa, en lo alto, un antiguo castillo que sirvió tanto para defender la isla de los piratas como para avisar de su llegada a las torres defensivas de Mallorca.
Su bahía es una de las más hermosas de todo el Mediterráneo y las aguas de su playa de S’Espalmador tienen una transparencia única. Si no tienes barco propio o no has contratado excursión todavía chequea aquí: Excursión a la isla de Cabrera
17. Perder la vista en el elegante “palmeral” de la bóveda de la Lonja
El edificio de la Lonja es toda una joya arquitectónica, construida en Palma en el siglo XV como muestra del esplendor económico balear del momento.
Es una obra grandiosa desarrollada en una enorme nave única, con espacios separados solamente por la presencia de seis altísimas columnas helicoidales estriadas. Estas columnas se elevan hasta la bóveda, formando las nervaduras de la misma de forma que todas ellas parecen palmeras de piedra.
18. Practicar coasteering, un nuevo deporte idóneo para Mallorca
El coasteering es un deporte relativamente nuevo que combina senderismo, escalada, saltos al agua desde riscos, buceo, natación, espeleología y alguna actividad más. Es una experiencia muy excitante y Mallorca parece haber sido creada para disfrutar este deporte en cualquier punto de su geografía.
Las espectaculares costas y la excelente temperatura del agua permiten la práctica del coasteering en las múltiples rutas que se han ido estableciendo por empresas que ofrecen estas actividades.
Por destacar alguna zona, las bahías de Alcudia y Pollença ofrecen muchas posibilidades, aunque también Manacor y la costa de Calviá han adquirido fama para los enamorados del coasteering.
19. Navegar hasta el parque natural de Sa Dragonera
De la lista de cosas que hacer en Mallorca no puede faltar una visita a este parque natural de rica biodiversidad. Sa Dragonera es uno de los islotes que conforman el parque natural. La única forma de llegar es a través de alguna embarcación y el recorrido más corto y habitual es partiendo desde el puerto de la localidad de Sant Elm.
La visita permite conocer un hermoso entorno natural y varias especies animales que habitan en la isla, como el cormorán, el águila pescadora o la gran cantidad de lagartos, que dan nombre al parque.
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20. Descubrir el encanto de Andratx, uno de los pueblos más antiguos de la isla
Andratx es un pueblo precioso, ubicado en la parte sudoeste de Mallorca. Esta localidad, considerada como una de las más antiguas de la isla, está enclavada en un valle de la sierra de Tramontana y constituye una hermosa combinación de costa, bosques y paisajes montañosos.
El germen de Andratx es el barrio de Pantaleu, una zona de calles estrechas y empedradas que tuvo que levantarse a cuatro kilómetros del mar, rodeándose de más de 10 torres de vigía por toda la costa, para prevenir los continuos ataques de los piratas.
Merece la pena recorrer sin prisas el casco antiguo y descubrir la iglesia de Santa María de Andratx, el edificio del Ayuntamiento o los molinos de Sa Planeta.
21. Encontrar el caracol y el lagarto en la fachada del Ayuntamiento de Palma
El edificio que aloja en la actualidad el Ayuntamiento de Palma fue construido en el siglo XVII para alojar los jurados del antiguo Reino de Mallorca. Está ubicado en la plaza de Cort y sus constructores aplicaron en él un estilo barroco con toques manieristas.
La fachada está considerada como Monumento histórico-artístico y cuenta con su propia leyenda asociada a la misteriosa presencia de un caracol y un lagarto entre la decoración tallada en las paredes.
Esa leyenda afirma que son las firmas cifradas de dos maestros escultores, Jaume Caragol y Francesc Dragó, que así harían honor a sus apellidos.
22. Seguir los pasos de Chopin en la Cartuja de Valldemosa
En un paraje excepcional de la sierra de Tramontana, a más de 400 metros de altura, se encuentra la Cartuja de Valldemossa. Su construcción se remonta a los primeros años del siglo XIV, como palacio y residencia del rey Sancho I. A principios del XV el edificio es cedido a los monjes cartujos, que convierten distintas partes del palacio en monasterio.
A mediados del siglo XIX este hermoso complejo acogió a ilustres personajes, como el compositor polaco Frédéric Chopìn y su pareja, la escritora Georges Sand. Ambos dejaron en la Cartuja algo más que su recuerdo, toda una colección de partituras, manuscritos, pinturas y objetos personales.
23. Subir los 365 escalones del calvario de Pollença
Son 365 escalones, uno por cada día del año, los que hay que recorrer para ascender a este santuario en la cima del monte Calvario. Aunque sea cansado, es una de las cosas que hay que hacer en Mallorca, porque se recompensa con impresionantes vistas, de las mejores que se pueden encontrar en la isla.
El recorrido está flanqueado por altos cipreses y cruces de gran tamaño y el oratorio de la cima se construyó a finales del XVIII. El lugar tiene un importante valor simbólico, porque cada Viernes Santo se celebra el Davallament, emotivo descenso de Jesucristo en la cruz.
24. Conocer pueblos pintorescos, con mucho encanto, como Banyalbufar
Enclavado entre montañas de la sierra de Tramontana, Banyalbufar es un pueblo pintoresco que se extiende en una ladera formando las tradicionales terrazas del paisaje balear.
Fue un territorio ya habitado y cultivado en los remotos tiempos de la dominación árabe y aún hoy se conservan algunas tradiciones, como su sistema de regadío mediante acueductos. Banyalbufar conserva intacta su esencia mallorquina, dedicado al cultivo de la excelente uva Malvasía.
Tampoco le faltan encantadoras playas y calas, como la Cala Banyalbufar, Son Bunyola o Es Corral Fals.
25. Montar en un tren de hace más de un siglo
Para hacer los casi 25 kilómetros que separan Sóller de la capital hay que atravesar la Sierra de Tramontana, pasando por un paisaje bastante agreste. Para comunicar ambas localidades se inauguró en abril de 1912 este ferrocarril de vía estrecha, que aún hoy sigue transportando viajeros en vagones de madera.
Montar en él es una de las actividades más populares que hacer en Mallorca, porque atraviesa paisajes de increíble belleza, como la sierra de Alfàbia. El recorrido no es nada monótono, haciendo curvas sinuosas, atravesando trece túneles de diferente longitud y varios puentes.
26. Contemplar una amplísima panorámica desde el Castillo del Rey
Construido sobre un elevado peñón, el Castillo del Rey se alza desde casi 500 metros de altura, ofreciéndonos la oportunidad de contemplar una de las panorámicas más amplias e impresionantes de la isla.
Los restos de esta fortificación están en el valle Ternelles, cerca de Pollença y tienen larga historia. Se cree que los romanos fueron los primeros en instalarse en una fortificación que pasaría a manos de los árabes y acabaría siendo conquistada por el rey Jaime I.
Este castillo roquero es uno de los tres que se conservan en la isla y está catalogado como Bien de Interés Cultural.
27. Fotografiarse con alguna celebrity o con su lujoso yate en Puerto Portals
Estas instalaciones se han convertido en el puerto deportivo más lujoso y glamouroso de toda Mallorca. Cuenta con más de 600 amarres y es el puerto que la jet set elige para fondear sus lujosas embarcaciones en la isla.
Además, los alrededores de Puerto Portals están repletos de tiendas y boutiques de lujo y espléndidos bares y restaurantes que cobran gran vida durante la noche. Por sus características es muy frecuentada por gente rica y famosa y eso es algo que también atrae enormemente a quienes no lo son y quieren acercarse a ellos.
28. Bucear en aguas cálidas y cristalinas
Pocos destinos europeos son tan propicios al submarinismo como el litoral mallorquín, repleto de calas y cuevas. Hay muchos lugares espectaculares para bucear en la isla.
En la propia bahía de Palma destaca la isla del Sec, un islote que ofrece espectaculares paisajes submarinos para disfrutar del buceo, como una pared de 30 metros de profundidad y los restos de dos pesqueros hundidos que han creado un arrecife artificial en el que se cobijan multitud de especies marinas.
En este paraje y muchos otros de la isla es posible observar barracudas, pulpos, morenas y hasta enormes meros.
29. Peregrinar al sagrado Santuario de Santa María de Lluc
El lugar donde se erige este Santuario originario del siglo XIII ha sido considerado como bosque sagrado desde tiempos inmemoriales, por diferentes religiones.
Ubicado en plena Sierra de Tramontana, la actual basílica renacentista, edificada entre los siglos XVII-XVIII, que acoge la imagen de la patrona de la isla, es uno de los monumentos que hay que ver en Mallorca.
Una buena forma de hacerlo es participar como un peregrino más, junto con más de 50.000 personas que lo hacen cada año, en la Marcha des Güell a Lluc, que cubre casi 50 kilómetros, partiendo desde Palma.
30. Entrar en el museo de Nadal, el ciudadano más famoso de Manacor
El tenista Rafa Nadal es natural de Manacor, la segunda localidad más importante de Mallorca, y ha extendido la fama de su ciudad por todo el mundo. Por eso, Nadal cuenta con su propio museo en Manacor, el “Rafa Nadal Museum Xperience”, donde se exponen trofeos y material deportivo.
El museo es interactivo, dotado de las últimas tecnologías en medios audiovisuales. Naturalmente, no es lo único que se puede ver en Manacor, una ciudad fundada en el siglo XIV que atesora un rico patrimonio artístico y cultural.
En Manacor destacan monumentos como la imponente iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, la iglesia de San Vicente Ferrer o la torre de Ses Puntes.
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Toda una gran variedad de actividades por la que no puedes dejar de escapar en la isla.
Gran artículo.
¡Saludos!