Corfú es una isla griega de gran belleza, situada en el mar Jónico, muy cerca de Albania. Tal vez sea tu próximo destino para este año. Si es así, seguro que te vendrá bien tener algunas sugerencias sobre las mejores cosas qué hacer en Corfú.
La isla de Corfú es una isla verde, con inmensas playas de ensueño y calas casi vírgenes bañadas por un mar azul.
Por su posición estratégica estuvo bajo el dominio de la República de Venecia, a la que siguió la ocupación francesa e inglesa hasta que en 1864 pasó a formar parte del estado griego.
Estas presencias tan variadas dejaron huella imborrable que se manifiesta en la arquitectura local característica y un legado cultural único en sus pueblos pintorescos y elegantes ciudades. Estas son algunas de las mejores cosas que hacer en Corfú:
Qué hacer en Corfú: los 20 planes que no te puedes perder
1. Disfrutar de las hermosas playas de Corfú
Las aguas de Corfú riegan algunas de las playas más hermosas de Grecia. De hecho, es destino clave preferido entre quienes buscan relajarse en un entorno de estas características.
Corfú ofrece muchas oportunidades de disfrutar de espléndidas playas paradisíacas, sean urbanas, vírgenes, calitas pequeñas o arenales kilométricos, pero siempre con aguas cristalinas de tonalidades turquesas.
Toda la costa, de norte a sur y de este a oeste está salpicada por playas para todos los gustos, rodeadas de paisajes de gran belleza, con colinas y montañas repletas de densa vegetación.
En la costa norte proliferan playas más tranquilas y menos desarrolladas, rodeadas de acantilados imponentes, como Agios Stefanos o Kerasia.
A lo largo de la parte más meridional son más características las playas de arena dorada y aguas cristalinas, con ambiente más relajado, siendo ejemplos populares Issos o Agios Georgios.
En el litoral este, suelen ser playas más protegidas, de aguas tranquilas y poco profundas, bien dotadas de servicios. Entre las más populares están Ipsos, Barbati o Nissaki.
En la costa occidental se encuentran playas como Palekastritsa, Glyfada o Ermones, con aguas más profundas y mayor oleaje, ideales para actividades acuáticas como el surf y con impresionantes puestas de sol.
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2. Recorrer el casco histórico de Kerkyra, un imprescindible que hacer en Corfú
El caso histórico de la ciudad de Corfú, capital de la isla y también conocido como Kerkyra, es una verdadera joya arquitectónica que ha merecido su inclusión dentro del Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Algo imprescindible que hacer en Corfú es pasear por su capital, recorrer el encantador laberinto de callejuelas estrechas y empedradas donde se funden las influencias bizantinas, venecianas, francesas y británicas.
Es toda una muestra de una herencia multicultural que se plasma en sus edificios de colores pastel con balcones floridos y plazas muy animadas.
Recorrer la vieja ciudad de Kerkyra permite descubrir construcciones tan emblemáticas como las dos fortalezas que la rodean y defendieron los intereses del comercio marítimo veneciano.
Kerkyra cuenta con edificaciones tan hermosas como el británico palacio de San Miguel y San Jorge, en la plaza de la Spianada, el peculiar Parlamento Jónico o la iglesia de San Spyridon que, con su cúpula roja marca un punto de referencia de la ciudad.
Además de la riqueza arquitectónica, el casco histórico de Kerkyra está repleto de tiendas de artesanías, tabernas y bares tradicionales donde se puede degustar lo mejor de la gastronomía isleña.
3. Conocer las dos emblemáticas fortalezas que protegieron durante siglos Corfú
Si hay monumento emblemático en Corfú, son las dos grandes fortalezas que protegieron durante mucho tiempo la ciudad de Kerkyra, alzándose sobre sendos promontorios rocosos del mar Jónico, desde donde se aprecian impresionantes panorámicas.
Por distinguirlas, la que está al este del casco antiguo de Kerkyra se denomina Vieja Fortaleza, originaria del siglo VI, aun cuando fue reformada intensamente por los venecianos del siglo XV.
La otra, hacia el oeste, aunque se remonta a finales del XVI, es conocida por los corfiotas como Nueva Fortaleza. Antiguamente, ambas estuvieron conectadas por una muralla.
La Antigua Fortaleza se erige sobre una isla artificial rodeada de una fosa de agua (Contrafossa), que se atraviesa por un puente, que antiguamente era levadizo y de madera.
Alberga en su interior museos y edificios históricos, como la iglesia de San Jorge, que recuerda a un antiguo templo dórico. Además, acoge eventos culturales y conciertos.
La Fortaleza nueva o de San Marcos fue erigida sobre el puerto viejo, como una intrincada red de galerías en una estructura muy compleja.
También cuenta con foso, aunque este es seco. Como piezas históricas más destacadas, permanecen sus representaciones de leones alados de San Marcos, símbolo de la República veneciana.
4. Nadar para alcanzar el amor eterno el Canal del amor
Otra de las actividades imprescindibles que hacer en Corfú es desplazarse a la localidad de Sidari, al norte de la isla, para conocer sus peculiares formaciones rocosas y muy en particular el icónico Canal del amor.
Se trata de una maravilla natural de roca blanca de arenisca esculpida a lo largo del tiempo por el aire y las aguas del mar, que han creado una especie de canal y han horadado esas rocas, creando cuevas y acantilados.
También alberga una playa pequeña, de aguas cristalinas, pero muy concurrida. Porque, además de la hermosura natural, las leyendas locales aseguran que todos aquellos que nadan en las aguas de este peculiar canal serán especialmente afortunados en el amor.
Es una especie de promesa de amor verdadero y eterno para las parejas que miles de personas se acercan a comprobar cada año hasta convertirlo en una de las imágenes más características de Corfú.
Además, a los depósitos de arcilla que provienen de la erosión de la arenisca se les atribuye propiedades curativas y desintoxicantes.
5. Deleitarse con lo mejor de la gastronomía típica de Corfú
Otro de los tesoros de esta isla griega es su deliciosa gastronomía, mezcla de influencias griegas, venecianas, británicas y balcánicas que origina unos platos únicos que forman parte de la historia y cultura de Corfú.
Podrás degustar cada una de sus especialidades gastronómicas en restaurantes y tabernas tradicionales.
Entre los imprescindibles, el plato más emblemático de Corfú es la pastitsada, de procedencia veneciana. Es una especie de cazuela de estofado de carne con pasta que consigue un sabor muy específico gracias a la salsa de tomate, ajo y especias.
Otro de los platos icónicos de la isla es el sofrito, receta veneciana tradicional a base de ternera cocida a fuego lento con ajo, vino blanco y especias, que se sirve junto con pasta o arroz.
Al ser una isla, también los platos de pescado ocupan lugar importante en la gastronomía de Corfú, con especialidades tan típicas del lugar como el bianco o el bourdeto, un estofado de pescado fresco cocido en una característica salsa de color rojo y sabor picante.
Aparte de esto, lógicamente, se encuentra por toda la isla lo mejor de la cocina griega, como sus característicos gyros, alternativa nacional a la hamburguesa o la musaka.
6. Sorprenderse con el lujoso palacio Achilleion, refugio de la famosa emperatriz Sissi
La fama del Palacio de Achilleion no solo tiene su origen en la belleza de su construcción, con un elegante e imponente diseño neoclásico, sino por haber sido residencia de verano de la emperatriz de Austria Isabel de Baviera, mundialmente conocida como Sissi.
Ubicado a unos 10 kilómetros de la capital, está en una villa de estilo italiano testimonio del gusto refinado de la época, decorado con numerosas estatuas y relieves de inspiración griega.
Destaca de forma muy especial, en el recinto mismo de recepción, un suntuoso mural que representa la escena clásica de Aquiles cargando con el cadáver de Héctor.
Al estar en lo alto de una colina, desde los jardines, que son especialmente encantadores, se disfruta de impresionantes vistas del Mar Jónico y la bahía de Benitses.
Tras la muerte trágica de Sissi pasó a manos del káiser alemán Guillermo II, del que se dice que retiró gran parte de las estatuas de dioses griegos, hasta que, tras la Segunda Guerra Mundial, el edificio fue cedido al estado griego.
Actualmente, el palacio se puede visitar como museo, lo que permite contemplar las lujosas salas, estancias y escaleras del majestuoso edificio.
Te aconsejo que le eches un vistazo a la siguiente actividad un tour por Corfú, el Palacio de Achilleion y la península de Kanoni. ¡No te lo pierdas!
7. Divertirse con la vida nocturna de Kavos
Para todos aquellos que no tienen bastante con la belleza natural única de esta isla jónica y las maravillas arquitectónicas que alberga y quieren algo más de animación y vida nocturna, Corfú tiene también su propia oferta.
Uno de los centros más reconocidos en ese aspecto es Kavos, el “cavo bianco” de los venecianos, en el extremo sur de la isla.
Es un destino turístico muy popular y bien dotado, por lo que miles de jóvenes se desplazan cada año para disfrutar de su larga playa de arena dorada y esa mezcla de bares, restaurantes, pubs, discotecas y fiestas que continúan hasta entrado el amanecer.
Esto permite presentar una variedad bastante amplia de opciones para contentar a todos. Desde música griega, pop, tecno pop, electrónica y otros estilos se puede encontrar en estos establecimientos.
Los clubes nocturnos de Kavos han ganado popularidad por la presencia de DJs internacionales y fiestas temáticas con espectáculos en vivo y eventos especiales.
No obstante, Kavos también tiene una oferta de ocio más tranquila, con bares y restaurantes junto al mar donde es posible divertirse más relajadamente, con música en vivo y vistas impresionantes del mar Jónico al atardecer.
8. Admirar el paisaje más fotografiado de Corfú, en la península de Kanoni
Otro de los lugares imprescindibles de Corfú es Kanoni, una colina que forma una península pintoresca, de un verde exuberante.
Kanoni, que está a no mucha distancia de la capital, tomó su nombre del periodo de dominación francesa, cuando una batería de artillería vigilaba la costa.
Es otra de esas visitas que hay que hacer en Corfú por su importancia histórica y sus vistas espectaculares, probablemente el lugar más fotografiado de la isla, que incluye el monasterio de Vlacherna y la pequeña isla de Pontikonisi, coloquialmente conocida como isla ratón, por su forma.
El monasterio de Vlacherna, del siglo XVII, con su característica iglesia blanca y su atmósfera serena, tiene una conexión muy estrecha con la tradición religiosa de Corfú.
Para acceder a ella desde Kanoni es necesario cruzar a pie un estrecho pasillo, una especie de dique de unos 300 metros de longitud.
La isla del ratón es un pequeño islote absolutamente cubierto de vegetación, al que se puede acceder en barco en apenas cinco minutos.
Según la mitología, este es el barco de Ulises convertido en piedra tras el ataque de Poseidón. En el centro del islote se encuentra la iglesia del Pantokrator, del siglo XIII.
9. Hacer senderismo en el monte Pantokrator, el más alto de la isla
El monte Pantokrator, con sus 917 metros de altitud hasta la cima, es el techo de Corfú. Este punto más elevado de la isla ofrece experiencias únicas de senderismo para los amantes de disfrutar la naturaleza al aire libre.
Para ello, cuenta con senderos bien señalizados, con variados niveles de dificultad. Estos senderos van serpenteando a través de una frondosa vegetación, con caminos flanqueados por cipreses y permiten conocer algunas iglesias y construcciones que mezclan estilos griegos e italianos.
También, se descubren algunos pequeños pueblos tradicionales, como Palea Perithia (antigua Perithia), un histórico pueblo fantasma prácticamente deshabitado, pero con unos restos arquitectónicos verdaderamente imponentes.
Además, alcanzando la cima nos encontramos con otro gran aliciente histórico como es el monasterio de Pantokrator, que ha dado nombre a la montaña.
Originariamente, el monasterio fue fundado en la primera mitad del siglo XIV y es objeto de visitas de peregrinos durante todo el año.
Desde aquí se disfruta, también, de unas impresionantes vistas de la isla y del mar Jónico, en una panorámica global de 360 grados.
10. Desplazarse al yacimiento arqueológico de Paleópolis
Paleópolis es el yacimiento arqueológico más importante de Corfú, en las cercanías de la capital corfiota.
Esta “ciudad vieja”, como significa su nombre, se extendía en el punto de la bahía en el que hoy se encuentra el Palacio de Mon Repos, que fue residencia de verano de la familia real griega.
Se cree que esta antigua ciudad data del siglo VIII a. C. por obra de los corintios. Igualmente, se cree que fue abandonada en la época medieval, por la destrucción de las invasiones bárbaras.
Hoy se pueden contemplar ruinas de antiguos santuarios, ágoras, talleres, baños públicos o viviendas, rememorando la vida cotidiana de sus habitantes.
Fruto de la extensión en el tiempo de la presencia de habitantes en Paleópolis, también se destaca la presencia de unas termas romanas y una basílica paleocristiana.
Además de las ruinas en sí, el Museo Arqueológico de Paleópolis expone una serie de diferentes artefactos y objetos que se han ido encontrando en el yacimiento.
Se han encontrado restos como frontones de algunos templos arcaicos, cerámicas, estatuas o monedas de diversas épocas, a pesar de que buena parte de los descubrimientos fueron a parar a Londres durante la ocupación británica.
11. Probar el emblemático licor de Kumquat
No se puede visitar Corfú sin probar el licor de kumquat, una delicia casi única de esta isla jónica.
El árbol que da este fruto cítrico existe en la isla desde 1924, cuando lo introdujo el agrónomo británico Sidney Merlin, expandiéndose por el clima ideal de Corfú y convirtiéndose pronto en su marca registrada.
Su nombre, en la traducción literal del idioma chino, de donde se supone que procede, significa “naranja dorada”.
El proceso de elaboración del licor de kumquat es cuidadoso y básicamente artesanal, macerando los frutos en alcohol con azúcar durante semanas para que se produzca su mezcla de sabor característica.
El resultado es un licor dorado y aromático que se disfruta frío y especialmente tras una comida, acompañando un postre o como un buen digestivo.
Si se tiene en cuenta, además, los efectos beneficiosos de esta “naranja dorada”, baja en calorías, rica en antioxidantes y toda una fuente de vitaminas se comprende la popularidad del producto.
Naturalmente, el licor de kumquat se puede encontrar en casi cualquier tienda que se dedica a vender souvenirs, ya que es uno de los recuerdos más habituales para los visitantes.
12. Bucear y hacer snorkel en las aguas cristalinas del mar Jónico
Se puede asegurar que Corfú es un auténtico paraíso para los amantes del buceo y el snorkel, porque sus aguas cristalinas tienen una visibilidad máxima y presenta una rica biodiversidad marina.
Especies tan diversas como el pez arco iris, el besugo o el pez cardenal rojo, además de caracoles marinos, caballitos y estrellas de mar, peces esponja, pulpos, tortugas y, a veces, hasta delfines.
Los mejores lugares para practicar snorkel se encuentran en la zona noroeste de la isla, donde la costa es más rocosa y escarpada, mientras que hacia sur predominan más las playas de arena.
Por destacar algún lugar, Paleokastritska en una zona ideal, conocida por sus impresionantes acantilados y aguas de tonalidad turquesa.
Aquí, entre sus calas rocosas y cuevas submarinas es posible nadar junto a bancos de peces de colores y observar una poblada vida submarina de especies muy variadas, en un entorno natural espectacular.
Los mejores lugares están en la playa de Ampelaki y la de Agia Triada. También es ideal la bahía de Agios Georgios, con su gran playa de arena y la cercana bahía de Porto Timoni, a lo largo de las formaciones rocosas que dan al mar.
13. Relajarse en los serenos jardines Durrell Boschetto
En pleno corazón de la capital corfiota, junto a la Antigua Fortaleza, se encuentra este oasis verde que derrocha tranquilidad y serenidad.
Estos jardines públicos, cuyo nombre evoca en italiano un “bosquecillo”, constituyen un espacio verde muy popular entre locales y visitantes.
Su nombre actual, “Durrell Boschetto”, se remonta al año 2006, en honor a los dos hermanos escritores británico Lawrence y Gerald, que vivieron en la isla entre 1935 y 1939 y la hicieron conocida internacionalmente por sus obras.
En el parque, no solo consta una placa conmemorativa con su nombre, sino que además se muestran dos bustos de bronce.
Los jardines cuentan con un diseño rectangular simétrico, siguiendo el estilo renacentista italiano, combinado con elementos británicos. Están dotados de exuberante vegetación.
Albergan una gran variedad de árboles, plantas exóticas y coloridas flores le proporcionan belleza natural en cualquier época del año.
Completan el entorno una serie de senderos, fuentes decorativas y diferentes estatuas, entre las que destaca una escultura de mármol blanco que homenajea a Lord Guilford, fundador de la Academia Jónica.
Además, ofrece impresionantes vistas panorámicas de la propia ciudad y la inmensidad del mar Jónico.
14. Pasear por Liston, una calle antiguamente reservada a las élites
Un lugar destacado en la capital de la isla lo ocupa Liston, una elegante calle adoquinada de la ciudad. Fue edificada durante el dominio francés de las islas Jónicas, a principios del XIX, inspirada en la Rue de Rivoli de París.
En principio era una zona vedada, ya que solo tenían permitido el acceso a esa travesía tan elitista aristócratas y nobles.
Dice la tradición que el nombre de Liston responde a la existencia de una auténtica lista donde se recogían los nombres de ciertas personas y familias.
Hoy en día es una vía pública peatonal en la que destacan sus arcos venecianos, bajo los que se despliegan tiendas de lujo, restaurantes y cafés al aire libre.
Este es un lugar perfecto para pasear, algo imprescindible que hacer en Corfú para disfrutar del auténtico ambiente local.
Junto al Liston se encuentra la Spianada, la plaza principal de Corfú y uno de los espacios públicos más grandes de toda Grecia.
Se convirtió en plaza pública durante la ocupación francesa, diseñada de acuerdo a la arquitectura de jardines de aquel país, con gran cantidad de árboles y parterres de flores. Ofrece unas vistas impresionantes del mar Jónico.
15. Observar unas panorámicas impresionantes desde el castillo de Angelokastro
La costa de Corfú conforma unos paisajes únicos y espectaculares, alberga inmensas playas, aguas de un color azul puro y con imponentes acantilados. Observar su bello paisaje desde la altura es algo que verdaderamente impresiona.
Hay bastantes lugares desde los que se puede disfrutar de excelentes panorámicas. Uno de los miradores más valorados se encuentra en el lugar mismo donde se erige la fortaleza de Angelokastro.
Este castillo, situado en una colina de unos 300 metros de altura sobre el nivel del mar, está cerca de la localidad de Paleokastritsa.
Construido en el siglo XIII, fue una imponente fortaleza que, en su momento, jugó una importancia crucial en la defensa contra las incursiones otomanas, con sus robustas murallas y torres defensivas.
Hoy, solo nos podemos hacer una idea, porque quedan las ruinas y algunas estructuras antiguas como testimonio de su importancia estratégica.
Realmente merece la pena visitarlas por esas impresionantes vistas panorámicas de Corfú, con el mar Jónico perdiéndose en el horizonte y la costa salpicada de pintorescos pueblos. Un momento especialmente emotivo y único es la puesta de sol.
16. Navegar en un bote alrededor del espectacular cabo Drastis
El cabo Drastis es el punto más septentrional de Corfú, un impresionante promontorio que domina el noroeste de la isla. El lugar se ha hecho muy popular por sus espectaculares acantilados.
Compuestos por caliza blanca, se alzan sobre aguas de color turquesa, rodeados de olivos y exuberante vegetación. Durante siglos, el viento y el oleaje han contribuido a formar estas asombrosas esculturas naturales, creando una panorámica única sobre el mar Jónico.
El acceso por tierra a la zona es posible desde Peroulades una pequeña población de apenas 800 habitantes. Puedes seguir un camino por el que se alcanzan diferentes miradores. Se pueden ver los acantilados desde ángulos diferentes y las playas a las que solo se puede acceder por mar.
Por eso, es buena idea alquilar alguno de los botes, de los muchos que se ofrecen por la zona. Podrás tener una vista directa y cercana de estos impresionantes acantilados.
La forma de estas paredes colosales, alternando franjas de arena con cuevas pequeñas, hace del cabo Drastis un lugar de ensueño para visitar en barco.
Podrás disfrutar de playas de arena fina y suave, como la arcilla, con aguas claras de poca profundidad, en un entorno virgen.
17. Realizar un viaje al pasado en el pueblo fantasma de Antigua Perithia
El pueblo de Antigua Perithia (Palea Perithia) está situado en las laderas del monte Pantokrator, el más elevado de Corfú.
Ubicado muy cerca de la ciudad de Kassiopi, es la población más antigua de Corfú, habitada desde la época bizantina.
Surgió como necesidad de alejarse de la costa ante el peligro continuo de ataques enemigos y piratas. Cuando se consiguió combatir más efectivamente contra ellos, a finales del siglo XIX, la población comenzó a desplazarse de nuevo hacia las costas.
Actualmente, parece un lugar detenido en el tiempo dese hace mucho tiempo, casi una ventana al pasado de la isla. Durante todo el año apenas viven unas pocas personas, como si fuera un auténtico pueblo fantasma.
Lo conforman un laberinto de callejuelas empedradas, con antiguas iglesias, mansiones y casas tradicionales de piedra que muestran arquitectura clásica veneciana.
Muchas de las casas, hoy abandonadas, están casi en ruinas, permaneciendo la poca gente que permanece alrededor de la plaza central, donde sobreviven algunas tabernas.
Por su ubicación, a más de 600 metros de altura, el paisaje y las vistas de los alrededores son imponentes. Abarca el valle circundante y el mar Jónico en la distancia.
18. Navegar hacia las paradisíacas islas Paxos y Antipaxos, una excursión casi obligada que hacer en Corfú
Otra de las actividades interesantes que hacer en Corfú es embarcarse en un crucero hacia algunas islas verdaderamente paradisíacas de alrededor.
Es el caso de las islas Paxos y Antipaxos, situadas hacia el sur, conocidas como “gemas del Jónico”. La visita es bastante accesible con los ferris desde Corfú.
Allí, los paisajes son verdaderamente idílicos, con ambiente más tranquilo y relajado que en Corfú y playas maravillosas con aguas cristalinas.
Paxos es la más grande, con una superficie de unos 19 kilómetros cuadrados. Conocida por sus impresionantes acantilados y los olivares frondosos que cubren la isla.
La costa occidental es empinada y escarpada, con acantilados abruptos de hasta 200 metros de altura. El puerto principal y capital de Paxos es Gaios, que ha mantenido fielmente el diseño y arquitectura venecianos originales.
En el caso de Antipaxos, con apenas 3 kilómetros de longitud, lo más valorado son sus playas de arena blanca y aguas turquesas. Forman paisajes de postal, con pinos y cipreses intercalados con vides por toda la isla.
Aunque de producción pequeña, el vino de Antipaxos, dulce y oscuro, hay que probarlo porque se considera entre los mejores de Grecia.
Una de las mejores formas de disfrutar del mar Jónico, es realizando una excursión en barco por el archipiélago de Paxoí, las Cuevas Azules y la bahía de Lakka. Podrás visitar las islas de Paxos y Antipaxos, mientras disfrutas de unas vistas increíbles navegando.
19. Visitar la interesante colección artística del Museo de Arte Asiático
Se trata de uno de los museos más importantes de Corfú, una impresionante colección artística con objetos procedentes de diversas zonas de Asia.
La colección fue recopilada y donada por el filántropo y antiguo embajador Gregorio Manos durante sus viajes a principios del siglo XIX.
La exposición está ubicada en el imponente palacio neoclásico de San Miguel y San Jorge. Es una joya arquitectónica en sí mismo, construido durante la época colonial británica.
Este edificio fue la mansión del gobernador británico en la isla y residencia de verano de la familia real griega. Incluso llegó a acoger, durante una época, la sala del Senado Jónico y la Orden de San Miguel y San Jorge.
La colección permanente del museo asiático incluye una amplia variedad de más de 11.000 piezas. Las piezas datan desde el siglo XI a. C. hasta tiempos más contemporáneos.
Entre estas piezas se encuentran pinturas, porcelanas, esculturas, tallas de madera y bronce, armaduras y armas samurái. También alberga máscaras de teatro, textiles, objetos decorativos y mucho más.
Además, el Museo de Arte Asiático organiza de forma regular exposiciones temporales y organiza diversos espectáculos sobre temas culturales. Los exteriores no desmerecen el conjunto, con unos hermosos jardines con vistas al mar.
20. Asistir a un partido de cricket en la Spianada
Curiosamente, porque no tiene tradición en el resto de Grecia, el cricket es el deporte más popular de la isla de Corfú. Forma parte esencial de la cultura deportiva de la isla,. El origen de esta tradición, está en el periodo de dominación británica, entre 1815 y 1864.
Fue en abril de 1823 cuando los oficiales de la Royal Navy empezaron a jugarlo, por añoranza de su propia tierra.
Dejó tanta huella que los corfiotas aprendieron a jugarlo y lo mantuvieron como un entretenimiento propio cuando la isla volvió a reconectarse con Grecia.
Por eso, entre las actividades más entretenidas que hacer en Corfú se encuentra asistir a uno de estos partidos.
El mejor lugar es la gran pradera de la parte norte de la enorme plaza de la Spianada, una de las más grandes de Europa.
Allí es dónde lo establecieron los propios británicos, aunque por entonces era un campo de tierra, no una pradera como ahora.
Actualmente, durante la primavera y verano de cada año se celebran torneos y competiciones de cricket. Aquí acuden equipos de cricket de todas las partes del mundo en las que se practica este deporte.