Si te estás preguntando qué ver en Marruecos es importante que sepas que Marruecos es un país dotado de una gran diversidad paisajística y una interesante mezcla cultural. Toda esta diversidad es fruto de las diferentes civilizaciones que se asentaron en su territorio.
Destino perfecto por su exotismo y cercanía, durante tu visita encontrarás ciudades imperiales, medinas laberínticas de estrechas callejuelas y pueblos costeros.
También te permitirá disfrutar de noches estrelladas entre inmensos mares de dunas y bonitos paisajes montañosos de cordilleras y gargantas.
Visitar Marruecos es sin duda una auténtica experiencia para todos los sentidos, una explosión de olores, sabores e imágenes llenas de colores e historia.
Qué ver en Marruecos
1. Marrakech, una ciudad imprescindible que ver en Marruecos
Marrakech, conocida como la “ciudad roja” por el aspecto de sus antiguas construcciones, es una de las tradicionales ciudades imperiales marroquíes. Se encuentra ubicada a las faldas de las montañas del Atlas.
El corazón de Marrakech es su histórica Medina, la ciudad antigua amurallada, un laberinto de callejuelas de color ocre y adoquinadas que alberga zocos llenos de productos coloridos.
Incluye la icónica plaza de Jemaa el-Fna, todo un espectáculo de vida, repleto de actividades y comida callejera, especialmente por la noche.
Otro de los símbolos de Marrakech es la monumental Koutoubia, imponente minarete de una mezquita del siglo XII, destacando también el opulento Palacio de la Bahía, del siglo XIX, con intrincada y rica decoración.
Para escapar del bullicio urbano, los Jardines Majorelle, diseñados por el famoso pintor francés Jacques Majorell y propiedad del conocido diseñador Yves Saint Laurent.
Ubicados en el barrio europeo de la capital, los jardines son un verdadero oasis de tranquilidad, con una interesante colección de plantas exóticas y estanques.
De estilo morisco y art déco muchos viajeros incluyen en esta ciudad toda una lista de cosas que hacer en Marrakesh.
Marrakech es también famosa por sus tradicionales hammams, baños públicos donde se experimenta la relajación al estilo marroquí.
La ciudad también ofrece lo mejor de la gastronomía marroquí, con platos tan deliciosos y emblemáticos como el cuscús, el tajine o los sabrosos dulces tradicionales.
Además de deleitarte con su gastronomía, también se pueden realizar diferentes excursiones desde Marrakesh que te permitirán conocer algunos de los lugares más interesantes que ver en Marruecos.
Marrakech debe figurar en lo más alto de tu lista de cosas que ver en Marruecos. Gracias a su ubicación, Marrakech es la puerta de entrada al desierto del Sáhara.
Una de las actividades que no te puedes perder es experimentar el desierto y pasar la noche en algún campamento bereber bajo el impresionante cielo estrellado.
Una buena opción para conocer parte de «la ciudad roja» es realizando este free tour por Marrakesh o realizando el siguiente tour privado con un guía exclusivo a vuestra disposición.
2. Fes «la Atenas de África», estampa Icónica de Marruecosy
Conocida como la “Atenas de África” ha sido la capital religiosa, cultural e intelectual durante siglos, así como el mayor centro de artesanía del país.
Fez (o Fes) es otra de las cuatro denominadas ciudades imperiales que recomendamos ver en Marruecos. La auténtica joya de Fez es su impresionante medina, una de las más grandes y antiguas del mundo, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Es una ciudad con un personalidad y singularidad peculiar y suele cautivar a muchos viajeros porque te traslada a un evocador pasado. Para poder dedicarle unos días, es posible que te interese averiguar cuáles son las mejores zonas dónde alojarte en Fez.
Recorrer tanto sus intrincadas y laberínticas calles como sus mercados bulliciosos o admirar su arquitectura histórica son algunas de las cosas que hacer en Fez.
Visitar las mezquitas de Karaouine y la de los andaluces transporta al visitante a un fascinante mundo medieval.
Destacan sus impresionantes murallas y puertas monumentales como la emblemática Bab Bou Jeloud, conocida como la Puerta Azul. Es una obra maestra de arquitectura islámica decorada con azulejos cerámicos azules y verdes.
En el aspecto arquitectónico y cultural destacan también la Madraza Bou Inania del siglo XIV, un impresionante edificio religioso y educativo con exquisitos detalles ornamentales.
Otra parada interesante es la Universidad de Al Quaraouiyine, fundada en el siglo IX, que la convierten en una de las más antiguas de todo el mundo. También cabe destacar como visita obligada la Mezquita Karaoine, considerada una de las más grandes de Marruecos.
Desde el punto de vista comercial, Fez es conocida por sus curtidurías, famosas por su producción de cuero. Actualmente continua con un proceso tradicional y constituye una de las estampas más icónicas de Marruecos.
Uno de los secretos escondidos de Fez para ver en Marruecos es la Curtiduría Chouwara, una de las cuatro curtidurías que continúan funcionando de manera tradicional en Fez.
Realizar el siguiente Free Tour por Fez es una forma ideal de conocer la ciudad si acabáis de llegar. Te permitirá descubrir en compañía de un guía las atracciones turísticas más interesantes de la capital cultural de Marruecos.
3. Casablanca y la Gran Mezquita
Casablanca es la ciudad más grande de Marruecos, un bullicioso destino cosmopolita que fusiona la modernidad con la tradición y constituye el principal centro económico del país.
Entre algunas de las cosas que ver y hacer en Casablanca se encuentra como principal atractivo monumental, la importante Gran Mezquita Hassan II.
Es una joya arquitectónica construida sobre el agua, una de las mezquitas más grandes del mundo, con un minarete imponente visible desde toda la ciudad y unas preciosas vistas del Atlántico.
Otra maravilla arquitectónica que ver en Marruecos durante tu visita a Fez es su Palacio Real, un buen ejemplo de arquitectura islámica construido en el S.XII. El Palacio se ubica cerca del Quartier Habous, el barrio Judío la “Mellah” y del histórico palacio Mahkama du Pacha.
Casablanca tiene un bonito paseo marítimo que bien merece la pena acercarse, pasear y disfrutar de su ambiente animado.
La Corniche es un lugar muy popular repleto de bares y restaurantes, ideal para pasear a orillas del océano y disfrutar de la vida nocturna de la ciudad.
El epicentro de la ciudad es la plaza Mohammed V, rodeada de majestuosos edificios gubernamentales como el Ayuntamiento o el Palacio de Justicia, un entorno muy animado donde se reúnen locales y visitantes.
La Medina, aunque no sea tan famosa como la de otras ciudades marroquíes, ofrece la oportunidad de conocer la esencia de la vida tradicional de Casablanca, dentro de unas murallas del siglo XIV.
Un lugar clave para disfrutar de la gastronomía típica marroquí es el Mercado Central, donde, además, se pueden comprar productos locales, especias y los inevitables souvenirs.
El pasado colonial de Casablanca ha dejado también huellas de una combinación de Art Decó y elementos tradicionales marroquíes.
Para conocer la esencia de la ciudad también te recomendamos algunas de las mejores zonas donde alojarse en Casablanca, te permitirá conocer algunos de los mejores barrios de la ciudad y poder disfrutar al máximo de tu viaje.
4. Chefchaouen una de las ciudades más bonitas que ver en Marruecos
Chefchaouen, coloquialmente conocida como Chaouen, está considerada por muchos como la ciudad más bonita de Marruecos. Conocida como la “perla del norte” está ubicada a los pies de las montañas del Rif.
Su característica más distintiva y famosa es la dominante presencia de toda una paleta de colores azules de diferentes gamas.
Encontrarás las diferentes gamas azuladas tanto en las calles empedradas como en las fachadas de las casas o en su antigua medina, situada en una ladera. Es todo un paraíso para los amantes de la fotografía por sus rincones llenos de encanto.
El corazón de la “ciudad azul” es la plaza Uta el-Hammam, donde se agrupan cafeterías, restaurantes y tiendas en un ambiente muy animado que permite compartir la atmósfera relajada de Chaouen.
Desde la plaza también podrás acceder al Zoco de Chefchouen, una interesante zona llena de tiendas con mucho encanto y productos variopintos.
Arquitectónicamente, destaca la Gran Mezquita, una de las pocas que permite el acceso a los no musulmanes para apreciar sus detalles constructivos, así como la kasbah, una antigua fortaleza que ofrece unas interesantes vistas panorámicas.
Además de sus atractivos propios, Chaouen es un punto de partida ideal para practicar senderismo por las rutas de las montañas del Rif y disfrutar de la belleza natural de lugares como la cascada de Ras El Maa, un lugar tranquilo y hermoso que ofrece la posibilidad de nadar en piscinas naturales.
Además de recorrer la ciudad por tu cuenta también una buena alternativa es conocerla en compañía de un guía local en español.
Puedes utilizar una pequeña parte del día con este tour privado por Chaouen que te permitirá conocer los rincones más emblemáticos de la ciudad junto a su historia, tradiciones y simbolismos.
Si no estuvieras alojado en Chaouen también tienes la opción de realizar algunas excursiones con guía español desde las ciudades de Tanger o Fez.
5. Tánger fusión de influencias europeas y africanas
Tánger es una ciudad portuaria del norte, una puerta a África con una rica historia internacional, que representa una fusión de influencias europeas y africanas.
Entre sus principales atractivos destaca su laberíntica medina, con mercados bulliciosos y muestras de arquitectura histórica.
Entre los lugares de interés turístico está la kasbah, antigua fortaleza ubicada en una colina con hermosas vistas panorámicas de la ciudad y el mar, rodeado de jardines con encanto.
El punto central de la ciudad nueva de Tánger es la plaza de la Alcazaba, un lugar animado, foco de la vida social, rodeado de restaurantes y tiendas.
Entre sus iconos arquitectónicos destaca el palacio de Dar el Makhzen, impresionante ejemplo de estilo árabe-andaluz.
No se puede olvidar el bullicioso zoco, el mercado local en el que se concentra la vida cotidiana de los ciudadanos de Tánger y se pueden adquirir productos tradicionales como alfombras, cerámica y especias.
Dentro de sus atractivos naturales, ya fuera de la ciudad, todo un símbolo es la famosa Gruta de Hércules. Emplazamiento de carácter casi mitológico, especialmente conocido por su entrada natural con una peculiar forma que reproduce el mapa de África.
Desde allí, las vistas del océano son espectaculares. Además, Tánger ofrece la oportunidad de relajarse y disfrutar del sol y el mar en playas como Achakkar o Malabata.
Tanto si dispones de pocos días por Tánger como si te apetece hacer una vista general de la ciudad cómodamente, puedes optar por un bono que te permitirá utilizar las diferentes líneas del autobús turístico tantas veces como deseéis. Se puede utilizar en cualquiera de sus paradas y rutas.
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6. Desierto del Sahara, el desierto más grande del mundo y un imprescindible que ver en Marruecos
El desierto del Sáhara, el más grande del mundo, es uno de los principales destinos turísticos de Marruecos. En su totalidad, se trata de una vasta extensión de terreno al sur del país, de más de 9 millones de kilómetros.
En su mayor parte es terreno árido y pedregoso, pero cuenta con espacio para fértiles valles en forma de oasis, palmerales como el de Draa y grandes áreas de dunas, conocidos como ergs.
Estos mares de dunas son la parte más visitada y famosa y el lugar ideal para contemplarlas es Merzouga, un pequeño y remoto pueblo desde donde se accede a las imponentes dunas de Erg Chebbi.
Esta es la tradicional postal del desierto marroquí, con dunas de gran altura que impresionan por su belleza natural y se pierden de vista en el horizonte. Se pueden acceder tanto desde Marrakech como desde Fez.
Por su cercanía a Marrakesh existe otra zona tradicional de visita al desierto, la zona de Zagora cruzando el valle del Draa. Sus dunas no son tan espectaculares, su paisaje es más bien rocoso con pequeñas montañas de arena.
Otra zona de gran belleza natural es la parte de Erg Chigaga conocido como el gran desierto. Si lo incluyes en tu itinerario ya verás que una vez accedas a esta parte del desierto tendrás la sensación de encontrarte perdido en medio de un mar de dunas.
En el desierto se pueden vivir experiencias extraordinarias, con el impresionante silencio, increíbles puestas del sol entre las dunas y cielos estrellados nocturnos, excepcionalmente visibles por ausencia de contaminación lumínica.
Entre las actividades más habituales están los paseos en dromedario y las estancias nocturnas en las tradicionales jaimas bereberes. Una de las excursiones populares que se realizan desde Marrakesh es experimentar una noche en el desierto de Agafay en una jaima bajo las estrellas.
Desde Marrakesh se puede acceder fácilmente a las zonas de Zagora y Mezourza en taxi o coche de alquiler hasta la entrada del desierto. Después contratar alguno de los tours en 4X4.
Otra forma más cómoda y sencilla es contratando alguna de las siguientes excursiones con recogida en el hotel y guía en español.
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7. Montañas del Atlas Marroquí, una imponente cadena montañosa
El Atlas Marroquí es una imponente cadena montañosa que atraviesa Marruecos de nordeste a suroeste, dividido en tres grandes zonas como son el Alto Atlas, Atlas Medio y el Anti-Atlas.
Incluye la Reserva Natural de Tamga, formada por ocho parques naturales de belleza única, con bosques de robles y abundante fauna.
El techo del Atlas es el pico Toubkal, con más de 4.000 metros de altura, envuelto en nieve casi todo el año. Entre sus valles se encuentran el de Ait Bououlit, Ait Bou Guemez, el valle de Ourikay o el valle de las Rosas.
Destaca la localidad de Kelaa M’Gouna, famosa por su agua de rosas que acoge el popular Festival de las Rosas, frecuentado por visitantes de todo el mundo.
A lo largo de una carretera serpenteante se descubren pintorescos pueblos bereberes que aprovechan los recursos naturales encaramados en las montañas y muestran una visión muy auténtica de la vida tradicional.
Son localidades muy reconocidas por su artesanía, que incluye alfombras, cerámica, tejidos o joyería, a la venta en mercados con gran variedad de productos únicos.
Entre estas montañas se esconden tesoros naturales como las cascadas de Ouzoud, las más espectaculares del norte de África, con caídas de hasta 110 metros de altura y piscinas naturales para nadar.
Marrakech es el punto de inicio perfecto para visitar las montañas del Atlas, basta recorrer 20 km para iniciar bonitas excursiones a lo largo de la cordillera. Los amantes del senderismo de montaña podrán encontrar maravillosos paisajes y conocer los tradicionales pueblos bereberes.
La zona más desconocida y alejada de las rutas turísticas se encuentra en la zona del pequeño atlas o anti-atlas. Si eres de los que buscan paisajes completamente vírgenes y menos concurridos aquí encontráis lugares fantásticos y rincones llenos de calma y paz.
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8. Meknes entre las ciudades más selectas que ver en Marruecos
Meknes es otra de las localidades del selecto grupo de las ciudades imperiales de Marruecos. En su época como capital marroquí, en el siglo XVII, se engrandeció con sus murallas, palacios y jardines hasta el punto de ser conocida como la Versalles marroquí.
Meknes es un destino con atmósfera relajada que deslumbra con su autenticidad y rica herencia histórica y cultural.
Una muestra es la medina, tradicional laberinto de callejones estrechos y mercados tradicionales que resume una auténtica experiencia marroquí.
El Palacio Real de Meknes es un ejemplo imponente de arquitectura marroquí, con una puerta monumental que es referencia simbólica de la ciudad.
Otro punto arquitectónico clave es el llamado Granero de Moulay Ismail, famoso sultán que se recuerda como uno de los gobernantes más importantes de Marruecos.
Se trata de un gran almacén subterráneo con techos de bóveda impresionantes que muestran una avanzada ingeniería de la época.
A este mismo sultán se dedica otra importante construcción, el mausoleo de Moulay Ismail, en un entorno arquitectónico impresionante.
También cabe destacar como otra obra maestra de la arquitectura marroquí la puerta Bab Mansour. Su construcción finalizó en 1732, fue adornada con mosaicos de color verde en su mayoría. Con 16 metros de altura, es la puerta más grande de Marruecos.
En el aspecto comercial, Meknes es un centro productor artesanal donde destacan los “damasquinados” de metal con incrustaciones de hilo de plata.
En las cercanías de Meknes se encuentran las importantes ruinas romanas de Volubilis, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Es el yacimiento romano mejor conservado del norte de África y uno de los lugares imprescindibles de visitar en Marruecos.
Si te encuentras en Fez puedes realizar una excursión a Volubilis, Mulay Idrís y Meknes que te permitirá conocer tres lugares únicos del interior de Marruecos, todos ellos destacados por sus paisajes e historia.
9. Essaouira, la perla del Atlántico
Esta ciudad costera, conocida como la “perla del Atlántico”. Es una localidad con encanto que conserva su autenticidad y mantiene un aire relajado a menos de 200 kilómetros de la bulliciosa Marrakech.
En Essaouira destaca la habitual medina laberíntica, con calles adoquinadas salpicadas de mercados y tiendas de artesanía.
Representa un lugar con mucho encanto para pasear disfrutando de su arquitectura de influencia portuguesa.
Completa su atractivo la impactante muralla fortificada que rodea esta ciudad antigua, a la que se podía acceder por puertas tan impresionantes como las de Bab el-Marsa o Bab Doukkala.
Uno de sus bastiones defensivos, conocido como la Scala de la Ville sirve de hermoso mirador desde donde se disfruta de excepcionales panorámicas de la ciudad y el océano.
Una característica singular de Essaouira es su animado puerto pesquero, donde se puede disfrutar de pescado fresco, no solo a la venta, sino también preparado en los restaurantes de la zona en platos característicos como la sopa de pescado o el tajine de mariscos.
Otro de los atractivos de Essaouira son sus playas, relajantes para un día de baño al sol, aunque también son un destino muy popular para practicantes del windsurf o el kitesurf, por los constantes vientos.
Essaouira ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y se encuentra entre los destinos turísticos más populares que ver en Marruecos. Es fácilmente accesible ya que se encuentra a 3 horas en autobús desde Marrakesh.
Si dispones de poco tiempo, otra opción para visitar la ciudad es reservar esta excursión con guía español a Essaouira desde Marrakesh.
10. Agadir uno de los destinos turísticos más apreciados que ver en Marruecos
Ubicada en la costa suroeste, frente al Atlántico, Agadir es uno de los destinos turísticos más apreciados que ver en Marruecos.
Destacan sus hermosas y extensas playas a lo largo de sus aproximadamente 12 kilómetros de litoral con arena fina y protegido del viento del norte.
Desde la ciudad podrás encontrar tanto en dirección sur como norte algunas de las playas más espectaculares que ver en Marruecos
Entre los atractivos de esta ciudad portuaria fundada por los portugueses a principios del siglo XVI está la Marina de Agadir, un moderno puerto deportivo con encanto para pasear y disfrutar de restaurantes y tiendas que se extienden a todo lo largo.
En cuanto a lo tradicional, Agadir alberga la antigua kasbah, que, aunque esté en gran parte reconstruida tras el devastador terremoto de 1960, ofrece hermosas vistas panorámicas de la ciudad y el océano.
También cuenta con imponentes mezquitas, como las mezquitas de Mohamed V o la de Loubnane.
Con gran tradición comercial, Agadir está bastante bien surtida, no solo con el tradicional zoco, sino también con uno de los mayores mercados de Marruecos, el Souk El Had d’Agadir, donde se puede comprar todo tipo de productos locales y souvenirs.
Aun siendo una localidad de litoral, Agadir sirve también como base de exploración para visitar el desierto y las montañas del Atlas así como de Parques Naturales como Paradisse Valley o Souss-Massa.
Desde Agadir y a tan sólo 20 Km puedes acceder a Parque Natural de Paradisse Valley, una joya natural salplicada de palmeras y ríos. Además es conocido por sus cascadas y piscinas naturales.
Además también puedes disfrutar del contacto con la naturaleza exuberante del cercano Parque Nacional de Souss-Massa, refugio de vida silvestre con safaris y avistamiento de aves. Es uno de los destinos para el turismo ornitológico más populares de Marruecos.
11. Rabat, la capital de Marruecos
Rabat, la capital de Marruecos, es otra de las ciudades imperiales que ver en Marruecos. Una ciudad que respeta la autenticidad tradicional del país, pero dentro de un entorno contemporáneo y actual.
Entre los principales atractivos de Rabat, principal centro administrativo y político nacional destaca la kasbah des Oudaias, antigua fortaleza y barrio histórico repleto de calles pintorescas con vistas panorámicas del río Bou Bou Regreg.
Este río parte el asentamiento de población en dos partes que incluso tienen nombres diferentes: Rabat y Salé.
Otro punto de gran interés es la Ciudadela y necrópolis de Chellah, un importante yacimiento arqueológico que conserva ruinas romanas y meriníes en buen estado de conservación, en medio de exuberantes jardines.
Aunque sea menor y menos concurrida que otras más famosas, también hay que mencionar la medina de la capital marroquí, que conserva una buena cantidad de tiendas de artesanía y restaurantes locales que ofrecen una experiencia más relajada.
Arquitectónicamente, entre los símbolos de Rabat se encuentra la Torre Hassan, un gran minarete de 45 metros perteneciente a una mezquita inconclusa del siglo XIII.
Frente a la torre, también encontramos el imponente Mausoleo de Mohamed V, edificado en tradicional estilo marroquí a mediados del siglo XX. El Mausoleo conserva una gran importancia histórica para los marroquíes.
Entre otros lugares de interés qué ver en Rabat encontramos el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Mohamed VI, el Museo Arqueológico, el Jardín exótico de Bouknadel y la Playa de los Oudayas.
Si durante tu visita a Marruecos estás interesado en conocer más sobre la capital de Marruecos puedes consultar los siguientes posts sobre donde alojarse en Rabat y qué hacer en Rabat.
12. Asilah localidad costera, bonitas playas y festivales artísticos
Asilah está ubicada en la costa atlántica septentrional de Marruecos, en una posición estratégica que sirvió de fortaleza para diferentes civilizaciones. La localidad costera está ubicada a menos de 50 kilómetros al sur de Tánger.
Su rica historia se remonta a la época fenicia, pero es la época de dominación portuguesa la que ha dejado algunas de las construcciones más emblemáticas, como las murallas del siglo XV, dotadas de tres puertas de acceso.
En el interior, la medina, con calles estrechas que serpentean, repletas de casas con paredes pintadas de blanco, tiene fama de ser la más limpia y cuidada de Marruecos, con edificaciones neoárabes en perfecto estado, restauradas y rehabilitadas.
Entre sus atractivos arquitectónicos destaca la mezquita de Sidi Ahmed el Mansur, construida junto al mar, con su llamativa cúpula de color verde y un pequeño cementerio con tumbas cubiertas de cerámicas esmaltadas.
También el Palacio de Raisuni, que acoge un centro cultural en lo que fue morada del gobernador de Asilah. Desde la terraza del palacio se puede admirar una impresionante vista panorámica de la ciudad y el océano.
Pero, entre los mayores atractivos turísticos de Asilah no se puede dejar de mencionar sus playas de aguas cristalinas y arenas doradas. Son muy populares y permiten la realización de deportes acuáticos como el surf o el windsurf.
Asilah también es conocida por sus festivales de verano, lugar de encuentro de diversas manifestaciones artísticas que convierten a la ciudad en un museo al aire libre. Entre sus festivales el más conocido es el Festival internacional de arte y cultura de Asilah.
Una las maneras más populares de llegar a Asilah es accediendo en tren desde Tanger aunque también se puede optar por ir en autobús, taxi o realizando una excursión privada.
13. Tetuán la ciudad blanca de Marruecos y su interesante histórica Medina
En el extremo norte, cercano al estrecho de Gibraltar, se encuentra Tetuán, una ciudad con gran influencia española y patrimonio arquitectónico y cultural muy amplio, caracterizado por la diversidad, como atestigua la antigua comunidad judía del barrio de la Mellah.
El atractivo más popular de esta ciudad conocida como la “paloma blanca” es su medina, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Un paseo por ella, por sus calles estrechas llenas de patios en las viviendas, jardines coloridos y tiendas de artesanía local es disfrutar de una experiencia que conjuga influencias árabes, andaluzas y judías, conservando la esencia de la arquitectura andaluza.
El barrio de el Yun y el barrio de el Blad son barrios que te recomiendo visitar ya que albergan interesantes lugares turísticos con una animada vida social.
El barrio de El Yun en él se encuentra el mercado tradicional de Tetuán y alberga diferentes lugares de interés turístico. En el barrio de el Blad encontrarás una animada zona de artesanos y la Place de l’Ussà.
La medina conecta la ciudad moderna, donde se concentra gran parte de la vida local de Tetuán, en la concurrida plaza Hassan II o también conocida como Plaza Feddan. La plaza se encuentra rodeada de restaurantes donde se puede probar lo mejor de la gastronomía marroquí.
Una de las joyas arquitectónicas más destacadas de Tetuán es el Palacio Real, también conocido como “palacio de Lyautey”, construido durante el período colonial francés. Su impresionante fachada muestra retazos innegables de influencia europea.
De la antigua muralla han quedado algunas puertas que representan una genuina muestra de la arquitectura defensiva local, como Bab Mkabar o Bab Okla.
Entre algunos de sus museos más interesantes se encuentran el Museo Etnográfico y el Museo de Arte Marroquí.
14. Ouarzazate entre dunas, cine y autenticidad
Ouarzazate es una localidad de interior en el sur, ubicada en un impresionante paisaje natural de montañas y a 1.160 metros de altitud. Se extiende en el valle donde se unen los ríos Draa y Dades a los pies de la cordillera del Atlas.
Supone una auténtica puerta hacia el desierto y punto de partida clave para explorar los oasis de la zona.
La ciudad es muy conocida por su relación con el cine, ya que aloja algunos estudios como Atlas Studios donde se han filmado algunas películas muy conocidas.
El desierto, las kasbahs y los montes nevados del Atlas ofrecen un fondo único para películas épicas.
Arquitectónicamente, la joya de Ouarzazate es la kasbah de Taourirt, una de las más importantes de Marruecos, que conserva su estructura original con sus torres almenadas.
Esta fortaleza de adobe del siglo XVIII sirvió para controlar la ruta del oro que llegaba hasta Marrakech. Junto a ella, construyeron los colonizadores franceses la ciudad nueva.
Otros de los lugares que merecen la pena visitar es la Plaza Mauahidine y el Mercado Central, dos paradas casi obligatorias donde sumergirte en la cultura local.
La artesanía también ocupa un lugar destacado entre los atractivos de Ouarzazate, donde se pueden no solo comprar sino ver cómo se fabrican de forma artesanal piezas de alfarería, tapices o las famosas alfombras de la región.
Sin duda, Ouarzazate es un destino ideal para vivir con autenticidad las tradiciones, artesanía, música y danzas folclóricas.
15. Ifrane la pequeña suiza marroquí
Conocida como la “pequeña suiza” marroquí, Ifrane es una pintoresca ciudad con ambiente alpino a menos de 70 kilómetros de Fez.
Está en las montañas del medio Atlas, en el fondo de un antiguo cráter y rodeada de árboles.
Su construcción por los franceses se remonta a 1929 como estación balnearia, lo que le proporciona una arquitectura muy peculiar.
Con casas de tejados puntiagudos a dos aguas y detalles de madera le otorgan un encanto especial. Además ofrece un entorno de jardines muy bien cuidados y calles muy limpias.
Ifrane es un refugio ideal para amantes de la naturaleza y la tranquilidad. Se encuentra alejado de las multitudes de otras ciudades marroquíes, al tiempo que disfruta de un clima fresco todo el año por su altitud.
El punto de encuentro más icónico de la ciudad es el conocido como “león de Ifrane”, estatua de piedra en pleno centro urbano.
Además, Ifrane alberga la prestigiosa y elitista Universidad Al Akhawayn, que proporciona un ambiente académico internacional.
También se puede admirar el Palacio Real, una de las residencias oficiales de la familia real marroquí.
El entorno es precioso, pudiendo visitar el Parque Nacional de Ifrane, con una extensión de unos 500 kilómetros cuadrados, cubierto por exuberantes bosques de cedros. Otra atracción de interés natural es el Lago OUAt, uno de los más famosos del país.
Es importante saber que Ifrane es un lugar ideal para emprender rutas de senderismo e incluso esquiar en estaciones como Michlifen.
16. Erfoud una auténtica puerta al desierto
La ciudad de Erfoud está situada en el sureste de Marruecos, entre las estribaciones del valle del río Ziz, rodeada de vergeles y el impresionante desierto de dunas.
Es una ciudad pequeña y moderna, fundada por el protectorado francés en 1917. Por eso, carece de la tradicional medina y la disposición de sus calles es rectangular, con avenidas más anchas.
El producto más conocido de Erfoud es el dátil, con más de 100 variedades. Incluso, cuenta con un famoso festival anual en su honor, con numerosas actividades llenas de colorido, siguiendo tradiciones bereberes.
Entre los atractivos monumentales, destaca el fuerte Borg Est, ubicado en la cima de una montaña. Se disfruta de impresionantes panorámicas de todo el valle y el palmeral que rodea la ciudad.
Erfoud también cuenta con importante zoco y mercado junto a la plaza central donde se pueden adquirir todo tipo de productos artesanales locales. Productos como cerámica, alfombras, tejidos de lana o joyas de plata con piedras semipreciosas.
Erfoud también es lugar ideal para comprar fósiles en las numerosas tiendas que frecen gran variedad entre los muchísimos ejemplares que se encuentran. Esta región que estuvo cubierta por el mar en la era primaria.
Es un excelente punto de partida para lugares tan fascinantes como el desierto de Merzouga, las Gargantas del Todra o las dunas de Erg Chebbi.
17. Tiznit, auténtico tesoro monumental y tradición bereber
La ciudad de Tiznit, famosa por sus murallas rosadas almenadas, está ubicada al sur de Agadir y a unos 15 kilómetros de la costa atlántica.
Este recinto amurallado cuenta con unos 7 kilómetros de perímetro y 3 metros de altura, atravesado por torres y con acceso por cinco puertas.
Encierra una medina que es un auténtico tesoro monumental, un laberinto de calles empedradas donde pervive la tradición bereber.
Esta medina se divide en cuatro barrios, que se despliegan alrededor de la crucial Aïn Zerka (fuente azul), que ha surtido siempre de agua la ciudad.
Aquí, la actividad más destacada es la artesanía en plata y latón, trabajada con técnicas y símbolos tradicionales durante siglos.
Especialmente atractiva es la visita al zoco de estos joyeros de plata y latón. Es un lugar ideal donde se pueden adquirir brazaletes, collares y todo tipo de adornos ligados a la tradición bereber.
La medina alberga otros atractivos como la kasbah Aghennaj, la mezquita Jamaâ Al Kabir o la gran plaza del Mechouar.
La plaza es el mejor lugar para experimentar el ambiente nocturno de Tiznit, con música en vivo, vendedores ambulantes y embriagadora mezcla de aromas.
Los alrededores ofrecen la oportunidad de explorar el paisaje montañoso y desértico de la región y entrar en contacto con el desierto del Sáhara o descansar en la cercana playa de Aglou.
18. Valle del Dades deleitate entre los paisajes más espectaculares que ver en Marruecos
El valle del Dades se encuentra en una región montañosa en el sur de Marruecos. El río Dades nace en el alto Atlas, discurriendo entre montañas hasta desembocar en el río Draa, junto a Ouarzazate.
El valle ofrece una amplia variedad de paisajes, con gargantas y cañones kársticos, ricos yacimientos geológicos y minerales.
Este recorrido conforma la conocida como ruta de las mil kasbahs, impresionante trayecto de más de 160 kilómetros, que atraviesa montañas y valles. Conectan Ouarzazate con las Gargantas del Todra, en la zona oriental de Marruecos.
La ruta es espectacular, con paisajes propios del desierto del Sáhara, bosques, palmerales y cientos de kasbahs erigidas por los bereberes para defenderse.
El río Dades serpentea entre montañas a lo largo de recorrido, con acantilados de color ocre, terracota y rojo. Aquí se forman algunos de los paisajes más espectaculares de Marruecos.
Destacan las gargantas del Todra y del Dades, ideales para practicar senderismo, con numerosas rutas que permiten adentrarse en las montañas. Podrás disfrutar de paisajes espectaculares o visitando palmerales, como el oasis verde de Skoura.
La Garganta del Dades, camino hacia el desierto de Merzouga es la más espectacular, con 25 kilómetros de largo y cañones rocosos con paredes de hasta 300 metros, ideales para la escalada.
También son espectaculares las impresionantes paredes verticales del desfiladero de la Garganta del Todra, en el extremo del valle.
19. El Jadida una de las ciudades costeras más hermosas que ver en Marruecos
Considerada entre las más hermosas ciudades costeras de Marruecos, El Jadida es uno de los destinos más populares del país.
La ciudad cuenta con rica historia y mezcla de culturas que se evidencia en su arquitectura, gastronomía y estilo de vida. Su origen es la antigua ciudadela portuguesa fortificada de Mazagán, impresionante fortificación del siglo XVI declarada Patrimonio de la Humanidad.
Su ubicación defensiva privilegiada frente al océano permite unas vistas espectaculares de la costa desde sus bastiones. En la muralla destaca, por su carácter histórico, la llamada Puerta del Mar, vía de escape de los portugueses cuando abandonaron la ciudad en 1769.
La medina de El Jadida tiene sabor esencialmente portugués, con calles empedradas y edificios históricos de la época de dominación de Portugal.
Entre sus atractivos más destacados se encuentra la cisterna portuguesa, el monumento de origen europeo más importante conservado en Marruecos. Es una impresionante estructura subterránea del siglo XVI, para almacenar el agua.
Su interior, con arcos y columnas, tiene apariencia gótica. También es emblemática la gran mezquita, reconocida por su hermosa arquitectura y su imponente minarete pentagonal.
A la tradicional gastronomía marroquí El Jadida aporta abundantes freidurías de pescado y los típicos tenderetes donde se puede comer el pescado frito. Cuenta, además, con playas de arena dorada y fácil acceso, frecuentadas por surfistas.
20. Ksar de Ait Ben Haddou un ejemplo arquitectónico y peculiar que ver en Marruecos
Ait Ben Haddou es una icónica y espectacular kasbah, una de las más impresionantes y mejor conservadas. Está ubicada en la región de Ouarzazate, en la vertiente sur del Gran Atlas.
Es un ejemplo extraordinario de arquitectura de los valles de Draa o Dades. Sin duda, es uno de los lugares más hermosos y peculiares de Marruecos y visita obligada que ver en un viaje al sur de Marruecos.
Es un lugar protegido por su gran importancia histórica, declarado Patrimonio de la Humanidad y utilizado como lugar de rodaje de numerosas producciones cinematográficas.
Ait Ben Haddou es una fortaleza construida en forma de aldea amurallada que representa un testimonio de la vida bereber en el desierto marroquí.
Está situada en una situación estratégica, sobre una colina de 100 metros de altura. Construida en adobe y arcilla, destacan sus impresionantes torres angulares y la muralla defensiva, con solo dos accesos de entrada.
Antiguamente, estas kasbahs eran grandes poblaciones bereberes en el desierto, con murallas que defendían sus casas, cosechas y palmerales.
El interior tiene un trazado de calles estrechas, que albergan la plaza pública, la mezquita y las viviendas. Entre las viviendas destacan las de las familias nobles, bastante más ornamentadas.
Desde sus torres se disfrutan unas espléndidas panorámicas del valle y las montañas circundantes.
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