Hoy en día, Santa Cruz es el núcleo más poblado de todo el archipiélago canario. Es una ciudad que ha sabido combinar perfectamente la modernidad con la tradición y la naturaleza con el urbanismo. En tu visita podrás encontrar muchas cosas que hacer en Santa Cruz de Tenerife.
Santa Cruz es la capital de Tenerife, situada en la parte más oriental de la isla. Destacada por sus magníficas instalaciones portuarias, su superficie costera de 58 kilómetros alberga algunas de las playas más populares de la isla.
Qué hacer en Santa Cruz de Tenerife
No siempre fue la capital, categoría que distinguió hasta 1883 a la ciudad de San Cristóbal de la Laguna. Fue el aumento del comercio y convertirse en escala importante en los viajes a América lo que incrementó su influencia.
De su esplendor ha quedado un casco antiguo con edificios bien conservados, que se puede conocer cómodamente, ya que los lugares más interesantes están muy cerca entre sí.
En el siguiente articulo conocerás algunas de las cosas más interesantes sobre qué hacer en Santa Cruz de Tenerife.
1. Aprovechar las ventajas de un free tour por el centro de Santa Cruz de Tenerife
Las dos horas de itinerario de este free tour gratuito por las calles de Santa Cruz, comienza en la plaza de España. El tour ofrece la ocasión de comentar los orígenes e historia de este lugar, contemplando los edificios y monumentos históricos de alrededor.
Entre ellos, el Palacio Insular, sede del Cabildo de Tenerife, el Real Casino y el obelisco en honor a la Virgen de Candelaria, patrona del archipiélago.
Descendiendo al subterráneo, encontraremos los restos del castillo de San Cristóbal, haciendo un auténtico viaje en el tiempo hasta el siglo XVI, para descubrir cómo se defendía Tenerife de los piratas y los intentos de invasión.
Paseando por las calles santacruceñas, alcanzaremos la iglesia de San Francisco de Asís, segunda parroquia en importancia de la ciudad, para admirar su fachada.
Llegando a la plaza del Príncipe de Asturias veremos el Museo de Bellas Artes y el Círculo de Amistad XII de enero, dos edificaciones emblemáticas.
Continuaremos hacia uno de los templos más antiguos, la iglesia de la Concepción, y acabaremos el free tour en el Mercado de Nuestra señora de África, con la oportunidad de hacer interesantes compras.
>>> Reserva aquí tu Free tour por Santa Cruz de Tenerife<<<
2. Conocer el cañón que hirió al Almirante Nelson en los restos del castillo de San Cristóbal
El Castillo de San Cristóbal fue la primera fortificación importante de Tenerife, el pilar del conjunto defensivo de la bahía de Santa Cruz, que entró en servicio en enero de 1577. Tenía planta cuadrada, con baluartes romboidales o puntas de diamantes en sus vértices.
Los muros se construyeron con sillares en la parte inferior y mampostería en la superior. Se asienta, casi sin cimentación, sobre lavas basálticas predominantes en la costa.
A pesar de la grandiosidad de su época, sólo se conservan unas murallas del edificio original, que se exhiben en una galería subterránea de la plaza de España. Olvidado bajo tierra durante años, la remodelación de la plaza hizo que saliera a la luz.
Los restos cuentan con un Centro de Interpretación que muestra un recorrido por el pasado, ilustrado con fotografías, mapas y explicaciones. Su visita puede es una interesante actividad para hacer en Santa Cruz de Tenerife.
Destaca la presencia del “tigre”, el histórico cañón de bronce, con un peso de 2.000 kilos y unos tres metros de largo.
Se dice que fue el que hirió al Almirante Horacio Nelson, causándole la pérdida del brazo, en la noche del 24 de julio de 1797, durante la resistencia a la toma británica de la ciudad.
3. Sumergirse en la majestuosidad de la plaza de España
Construida en 1929, es la plaza más grande de toda la isla, situada en primera línea de mar, con un aspecto recientemente renovado.
Consecuencia de esta reforma salieron a la luz los restos del Castillo de San Cristóbal, importante fortaleza cuyos restos pueden contemplarse ahora en un subterráneo de la plaza.
Con la renovación también se llevó a cabo un aumento de la masa vegetal, con 300 ejemplares de diversas especies.
Esta plaza, un enorme espacio abierto de más de cinco mil metros cuadrados, alberga edificios importantes, como el de Correos y el Palacio Insular, con su enorme reloj en lo alto, donde se encuentra el Cabildo de Tenerife, sede del gobierno.
Muy conocido es su gran lago central circular artificial, lleno de agua marina (la Charca) y el controvertido Monumento a los Caídos de la Guerra Civil, muestra de arquitectura monumental franquista con influencia de la arquitectura fascista italiana.
También acoge el popular letrero con el nombre de la ciudad, marca turística similar a otras ciudades del mundo, con el lema “Santa Cruz, el corazón de Tenerife”, donde los visitantes se hacen selfies de recuerdo.
Si visitas Santa Cruz de Tenerife te puede interesar una visita guiada por el centro histórico de la capital de la isla, que te dará a la vez la oportunidad de conocer toda su historia. La Plaza España y otros muchos lugares emblemáticos te esperan en tu visita a Santa Cruz de Tenerife.
>>>Visita guiada por Santa Cruz de Tenerife<<<
4. Gozar del sol y el mar en la playa de las Teresitas, un imprescindible que hacer en Santa Cruz de Tenerife
Conocer las playas de Tenerife es una actividad imprescindible en tu paso por la isla. Apenas a 9 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, disponemos de la playa de las Teresitas, una de las más bonitas de toda la isla.
La playa de las Teresitas es la más popular y emblemática del entorno. Sin duda es una visita imprescindible que hay que hacer en Santa Cruz de Tenerife.
La playa, de unos 1.300 metros de largo y anchura media de 80 metros, forma un precioso paisaje con arenas doradas y multitud de palmeras.
En origen, las Teresitas era una playa salvaje, de arena volcánica negra y gran oleaje. En los años 70 se decidió cubrir la playa con arena procedente del Sáhara, para adaptarla a un turismo más familiar, una especie de playa artificial a medida de los turistas.
El oleaje es muy moderado, por la instalación de diques que atenúan la fuerza de las olas y la hacen ideal para disfrutar de sus aguas.
Para ello, instalaron casi un kilómetro de rompeolas, acumulando rocas de grandes dimensiones, a una distancia media de 150 metros de la orilla, dependiendo de la marea.
Además de ser una playa preciosa, podemos disfrutar de muchas actividades y servicios. En sus alrededores encontraremos bares y restaurantes de todo tipo y hermosas vistas al mar.
Tal vez te interese también informarte sobre: Las mejores zonas dónde alojarse en Tenerife
5. Contemplar la Cruz de la Conquista en la antigua iglesia de la Concepción
La Cruz de la Conquista, que utilizaron los conquistadores españoles en 1498 y da su nombre a la ciudad, está custodiada en este templo del Barrio de la Concepción, cerca del mar y del puerto comercial.
Fue una de las primeras iglesias de la isla, del siglo XVI, edificada sobre el primer templo erigido por los conquistadores. Ahora mismo es el templo más importante de la ciudad, la iglesia matriz. No es la Catedral, que está en San Cristóbal de la Laguna, pero así la llaman los santacruceños.
Es una bonita muestra del barroco canario de estilo toscano, la única iglesia canaria que consta de cinco naves con planta de cruz latina. Su fachada se sale algo de lo común en los templos, al tener los peculiares balcones canarios de madera.
Aparte de ellos, los elementos más destacados son su alto campanario de estilo colonial canario y el elaborado trabajo de mampostería y piedra de todo el edificio.
En el interior hay 14 capillas, un maravilloso techo artesonado mudéjar y un precioso altar mayor de estilo barroco-churrigueresco. También alberga una imagen gótica de la Virgen de la Consolación, del siglo XV.
6. Recorrer la interesante ruta de arte callejero santacruceño
En los últimos años han proliferado en Santa Cruz de Tenerife murales y muestras de arte callejero.
Muchas paredes han dado un cambio radical hasta convertirse en obras artísticas que merecen ser admiradas. Todo surgió de un proyecto llamado “Sumérgete en Santa Cruz”, de la Fundación Cepsa, que comenzó en 2013.
Hasta el momento, ha cristalizado en una serie de 22 grandes murales. El último, de 2021, es “Diásporas”, del canario Feo Flip. La idea era hacer grafitis de calidad en un proyecto colectivo, apostando por el talento de los residentes canarios. Ahora, hay toda una ruta de murales, con su propio catálogo, por distintas zonas de la ciudad.
Los murales se reparten desde la entrada en Santa Cruz, por la Refinería Tenerife, hasta el centro, pasando por lugares como La Salle, el puente Serrador y las calles Santiago, Castillo, Miraflores o el Pilar, entre otras.
Son obras de gran formato, que han ayudado a transformar espacios deteriorados en otros dotados de gran vida y colorido.
Nos encontramos ante un auténtico museo al aire libre que acerca el arte a vecinos y visitantes a través de la mejora del entorno urbano, en el que han participado artistas variados y reconocidos.
7. Sorprenderse con el aspecto futurista del Auditorio Adán Martín
Es el edificio civil más moderno de Canarias y una verdadera atracción turística en la isla, por su peculiar diseño y ubicación, a orillas del mar, que guarda cierto parecido con la Ópera de Sidney.
Obra del famoso arquitecto español Santiago Calatrava, se inauguró en 2003 y se ha convertido en la imagen moderna más emblemática de la capital tinerfeña.
Actualmente, es sede de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Es un edificio de estilo futurista en forma de ola de mar y de un blanco muy intenso. No solo es llamativo por su sobrecubierta, sino también por su técnica de sustentación innovadora.
Sujeto por la base en uno de sus lados y por un punto de apoyo en el centro, que descarga sobre la cubierta principal. De esta forma, su extremo libre, en forma de punta, parece suspendido en un claro desafío a la gravedad.
En su interior cuenta con dos grandes salas, que abarcan más de 2.000 butacas. Su interesante programación cultural incluye un gran abanico de artes escénicas y estilos musicales muy diversos, como ópera, rock, pop, música clásica, jazz, flamenco e incluso danza.
8. Descubrir el Castillo de San Juan Bautista, clave en la defensa de la ciudad
Situado en pleno centro de la ciudad y más conocido como Castillo Negro, por el color de la piedra volcánica usada en su construcción.
Es una fortaleza construida en 1643 y, a pesar de no tener grandes dimensiones, fue una de las más importantes en la defensa costera de lo que antiguamente se conocía como Caleta de los Negros.
Su edificación fue estimulada por presión de la política internacional, suscitada primero por el ataque de la escuadra inglesa a Cádiz en 1625 y después por el estallido de la revolución de Portugal.
Conforma una torre de planta circular de cara al mar, con explanada al descubierto y parapetos con troneras para emplazar piezas de artillería.
Los alojamientos constan de dos locales abovedados bajo las explanadas, con superficie aproximada de 47 metros, siendo la anchura del muro de mampostería de 1,5 metros.
Engloba también la Casa de la Pólvora, construida entre 1756 y 1758, con planos del ingeniero Francisco la Pierre, para servir de almacén a los efectivos de artillería de los destacamentos militares.
Este almacén está construido en mampostería, con planta rectangular, circular en los lados menores y una cubierta con bóveda de medio cañón.
9. Participar en el ajetreo del Mercado Municipal de Nuestra Señora de África
Más conocido como La Recova, es el mercado con más encanto de la ciudad, inaugurado en 1943. Un lugar vibrante y con mucha vida local, uno de los lugares más coloridos de la ciudad.
Su fama ha resurgido en los últimos años llegando a convertirse en una visita imprescindible para los turistas.
De hecho, en 2019 fue elegido por el diario británico The Guardian entre los diez mejores mercados del mundo.
El edificio tiene estilo colonial neoclásico, combinado con un moderno sentido arquitectónico y urbanístico. Destaca su colorida fachada y su singular torre mudéjar, dos de los elementos más característicos del mercado, que no pasan nada desapercibidos.
El nombre es un homenaje a la Virgen de África, de la cual se conserva en el interior una talla pequeña. En sus dos plantas vende todo tipo de productos, como frutas, carnes o pescados, así como productos de la gastronomía canaria.
También cuenta con varias tiendas de artesanía, especias y puestos de restauración. La primera planta comprende tres patios, el mayor de todos, el central, asemeja una plaza de estilo español clásico.
En torno a ellos se distribuyen los diferentes puestos, bares y tiendas del mercado.
10. Disfrutar del peculiar sabor de la comida típica canaria
La gastronomía de Santa Cruz tiene origen sencillo y popular, arraigada en sabores del mar y herencias de comida americana.
Entre los alimentos típicos de Santa Cruz de Tenerife se encuentra el gofio, sabrosa harina mezclada de diversos granos tostados y molidos a la piedra. Comida prehispánica de los aborígenes canarios, tiene un gran aporte calórico. Históricamente indispensable en las provisiones de los emigrantes canarios.
Por supuesto, no hay mejor lugar donde comer plátanos que en Canarias, donde son marca registrada y destacada internacionalmente, aunque sus orígenes están en el sudeste asiático y al archipiélago llegó desde Guinea Ecuatorial.
Las papas arrugadas son otro clásico santacruceño, cocinado con unas patatas especiales que se cuecen enteras y con mucha sal.
Para el postre, la estrella es el frangollo, con ingredientes tan diversos como leche, harina, limón, huevos o azúcar. Puede parecer algo al gofio, pero el grano no está tan molido.
Aunque no sea un plato en sí, sino una salsa, el mojo picón es un destacado de la gastronomía canaria que acompaña a muchas comidas. Pimientos y pimentón son una base a la que se añaden otros varios ingredientes para condimentar esta salsa tan sabrosa y algo picante.
11. Descansar en plena naturaleza en el parque García Sanabria
Auténtico pulmón de la ciudad, inaugurado en 1926 con el nombre del alcalde que impulsó la creación del parque, para dotar a la ciudad de una zona ajardinada amplia.
Ahora mismo, es el mayor parque urbano de las Islas Canarias, con una extensión de más de 67.000 metros cuadrados. Es un lugar idóneo para el ocio o para dar un paseo relajado.
Está repleto de plantas y árboles procedentes de distintas partes del mundo, urbanizado con diferentes senderos que atraviesan el parque, salpicados de esculturas y fuentes.
Un elemento destacado es su famoso reloj, que está permanentemente adornado con flores frescas. Fue confeccionado en Suiza y donado a la ciudad en 1958 por el cónsul de Dinamarca.
En el centro del parque se exhibe una de las esculturas más conocidas de la ciudad, la Fecundidad, y junto a ella, el monumento dedicado a García Sanabria, del año 1938.
También cuenta con varias esculturas contemporáneas pertenecientes a la primera exposición internacional de esculturas en la calle, que se celebró en la ciudad entre los años 1973 y 1974.
Desde entonces, se conservan trece ejemplares, que adornan distintos rincones y paseos del parque.
12. Visitar a la patrona de la ciudad en la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria
La basílica que hoy acoge a la Virgen de la Candelaria, patrona de Canarias y punto de peregrinaje en las islas, es de construcción moderna, inaugurada en 1959. La inicial, de 1672, fue destruida tras un terrible incendio en 1789 y hubo varios intentos de reconstrucción.
Tiene su origen en la tradición que dice que, a finales del siglo XIV, cien años antes de la conquista de Tenerife, apareció en la costa una talla gótica a la que los guanches rindieron culto con el nombre de Chaxiraki.
Esa imagen original desapareció en un aluvión de 1826 y la talla actual es obra del tinerfeño Fernando Estévez, en 1827.
El templo es de estilo regionalista ecléctico, mezclando diferentes estilos. Se estructura en tres naves, con una techumbre que imita el estilo mudéjar, y una cúpula de 25 metros de altura.
Sobresale especialmente la torre central de 45 metros, que luce un balcón canario. La capilla mayor es la que custodia la imagen de la Virgen de la Candelaria.
En el interior hay murales de José Aguiar, como uno inmenso que cubre el altar mayor. También acoge un Cristo de la Reconciliación y una custodia barroca del siglo XVIII.
13. Pasar un día divertido en el Parque Marítimo César Manrique
Se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la ciudad, porque supone una excelente opción para pasar un día divertido y bañarse en alguna de sus piscinas de agua salada.
Se encuentra enclavado en la costa de Cabo Llanos, en lo que antiguamente era un terreno degradado por la industria y usos marginales.
Inaugurado en 1995, es la obra póstuma del famoso arquitecto y escultor canario César Manrique, famoso por su trabajo en Lanzarote, que también ha dejado huella en Tenerife.
Se trata de un precioso complejo de unos 22.000 metros cuadrados que combina perfectamente la naturaleza volcánica típica canaria, con la elegancia de modernas edificaciones, en un ambiente de estética subtropical.
Se puede pasear por hermosas zonas verdes, disfrutar de las piscinas y de muchas otras actividades, porque está dotado de restaurantes, gimnasio, ludoteca, jacuzzi de aguas termales, zonas de entretenimiento para niños, instalaciones deportivas e incluso una pequeña playa.
También permite disfrutar del Jardín Botánico Palmetum, con más de 3.000 especies de palmeras y se pueden contemplar hermosas vistas del futurista Auditorio Adán Martín.
Además también se puede visitar un antiguo embarcadero junto al Castillo de San Juan y la Casa de la Pólvora.
14. Ver las interesantes exposiciones del Museo de la Naturaleza y el Hombre
Más conocido como MUNA, es uno de los mejores museos de la ciudad, una visita cultural imprescindible que hacer en Santa Cruz.
Reconocido internacionalmente en el ámbito de la arqueología, es todo un referente en la conservación de momias.
Las instalaciones están en un antiguo hospital de monjas dominicas, un edificio de estilo neoclásico reformado para adaptarse a las nuevas circunstancias, habilitando salas y estancias.
Sus orígenes se remontan a la fusión de dos notables museos de los años 50, el Museo Arqueológico y el Museo de Ciencias Naturales, junto con el Instituto Canario de Bioantropología.
El museo ha ido creciendo acumulando colecciones privadas y públicas, hasta convertirse en un museo muy interesante.
Didáctico e intuitivo, combina métodos expositivos tradicionales con sistemas modernos que permiten a sus visitantes interactuar y realizar consultas relacionadas con sus temáticas principales.
En sus tres plantas se pueden ver distintos aspectos como el origen del archipiélago canario y conocer la naturaleza endémica de las islas.
Mención especial merece su excepcional colección de momias guanches, excepcionalmente conservadas.
Estos aborígenes canarios originarios del norte de África momificaban a sus muertos con un sistema diferente al egipcio, sin extraer las vísceras.
15. Ir de compras por Santa Cruz
Aunque pudiera parecer que Tenerife en general y Santa Cruz en particular no destacan por sus zonas comerciales, los más de 6 millones de visitantes anuales que recibe la isla, la han hecho dotarse de infraestructuras comerciales de primer nivel y tiendas para todos los gustos.
Hay zonas características y especialmente dotadas para los que consideren que una de las cosas divertidas que hacer en Santa Cruz es ir de compras.
Por diseño y tamaño, destaca el Centro Comercial Meridiano, a la entrada a la capital.
Es un complejo con más de 100 tiendas, uno de los lugares preferidos de los tinerfeños para sus ratos de ocio. Aparte de tiendas y comercios cuenta con muchos lugares para comer y divertirse, ofreciendo actividades durante todo el año.
En el centro mismo está el Centro Comercial Bulevar, edificio con encanto arquitectónico donde no están las típicas multinacionales.
Complejo formado por locales con productos típicos y muy buen ambiente en los alrededores, con muchas cafeterías y restaurantes.
Otro lugar de interés es la principal y más concurrida zona comercial es la calle del Castillo. Vía peatonal muy antigua, ya mencionada en crónicas del siglo XVII.
Allí, se pueden encontrar desde grandes marcas a los productos más típicos de las islas.
16. Asistir a una representación en el histórico teatro Ángel Guimerá
Es el teatro más antiguo del archipiélago canario, uno de los edificios históricos más importantes del corazón de Santa Cruz de Tenerife.
Conocer este teatro y asistir a alguna de sus representaciones teatrales es una de las mejores actividades que hacer en Santa Cruz.
Fue construido en el solar que ocupaba el convento de Santo Domingo, lugar que fue testigo de uno de los hechos más recordados de la santacruceña.
En 1797, las tropas del Almirante Nelson se refugiaron en este convento, tras el fallido intento de tomar el puerto y aquí se llevaron a cabo las negociaciones de rendición.
Con la desamortización pasó a manos públicas y se inauguró en 1851, rindiendo con su nombre homenaje al escritor y poeta tinerfeño Ángel Guimerá, que también tiene una estatua de bronce frente al edificio.
Su estilo arquitectónico es clasicista romántico, con planta rectangular y forma de herradura en uno de sus lados, como es común en los teatros decimonónicos.
Desde su inauguración, ha conocido a muchas actrices y actores de renombre, así como ballets, orquestas, zarzuelas y múltiples actividades.
Entre los eventos fijos habituales está el Festival de Música de Canarias y algunos actos del celebrado Carnaval de Tenerife.
17. Maravillarse con la grandeza natural del Parque Nacional del Teide
Sin duda, algo imprescindible para cualquier visitante de Tenerife es visitar el Parque Nacional del Teide, una de las mayores joyas de España, considerado entre las grandes maravillas naturales del mundo.
A poco más de 20 minutos de Santa Cruz, es el mayor y más antiguo de los cuatro parques naturales que hay en Canarias, con una superficie de 190 kilómetros cuadrados.
Se localiza en el centro de la isla, sobre una antigua y gigantesca caldera volcánica de 45 kilómetros de perímetro, una inmensa depresión conocida como las Cañadas del Teide.
Forma un paisaje único de cráteres, volcanes y ríos de lava petrificada que rodean la impresionante silueta del latente volcán Teide. Los guanches veneraban el lugar como montaña sagrada.
Su cráter es un cono de 80 metros de diámetro, que se alza hasta los 3.718 metros de altitud, la cota más alta de España.
Desde el siglo XVI, notables naturalistas y científicos acudieron a esta zona a estudiar sus riquezas, destacando entre ellos, Alexander von Humboldt.
Alexander fue uno de los primeros en estudiar la flora local, porque aquí se dan condiciones climáticas totalmente diferentes al resto del archipiélago.
>>> Reserva tu excursión para visitar el Parque Nacional del Teide <<<
18. Acercarse a la plaza del Chicharro, para conocer el mayor símbolo tinerfeño
Esta pequeña plaza acoge un auténtico símbolo para los naturales de Tenerife, la estatua del chicharro. Representa a una especie de pescado abundante en las costas de la isla, que presta su nombre a los tinerfeños, a los que se denomina “chicharreros”.
Lo curioso es que, en origen, es como llamaban los santacruceños a los habitantes de La Laguna.
Al final se ha terminado por convertir en uno de los símbolos más queridos de la isla, hasta el punto de que en los famosos Carnavales el “entierro del chicharro” sustituye al tradicional de la sardina.
La escultura actual es una réplica en bronce de la original, construida en 1979 y donada por una asociación venezolana, en nombre de la comunidad canario-venezolana.
Esta fue casi mutilada en el año 2000 en un acto vandálico y sustituida en 2003 por la actual, que pesa 600 kilos y reposa sobre una piedra de basalto.
Del original sólo se conserva la ola en la que parece estar saltando el pez, que se incluyó en la nueva escultura. La misma plaza acoge otro símbolo tinerfeño, el drago, árbol mítico y muy antiguo.
19. Pasear por los pasillos repletos de arte del Museo Municipal de Bellas Artes
La creación de esta institución, ubicada en la parte trasera del inmueble que fue el convento de San Francisco, se remonta a 1840.
El origen está en el deseo del ayuntamiento de encontrar alojamiento adecuado a las banderas conquistadas a la Armada británica durante la batalla contra el Almirante Nelson, en 1797.
Serían los primeros ejemplares del museo, que acabó por ser instalado en un edificio de estilo clasicista, de comienzos de 1929, obra del arquitecto Eladio Laredo.
La fachada exterior está adornada por diez bustos pertenecientes a tinerfeños ilustres, donde destacan Ángel Guimerá (poeta y dramaturgo), Antonio de Viana (poeta), Agustín de Betancourt (ingeniero), Juan de Iriarte (gramático), Teobaldo Power (músico y compositor), Valentín Sanz (pintor) o Villalba Hervás (historiador).
En su interior, el museo de Bellas Artes exhibe una amplia colección artística formada por magníficas obras, que van desde la pintura flamenca del siglo XVI hasta pinturas del siglo XIX.
Cuenta con un total de catorce salas, en las que muestra fondo propio, además de un depósito de obras del Museo del Prado de Madrid.
También cuenta con obras muy destacadas, como el “tríptico de Nava y Grimón”, del pintor flamenco Pieter Coecke y “Orfeo”, de Brueghel.
20. Hacer senderismo en el Parque Rural de Anaga
Este Parque Rural, declarado en 2015 como reserva de la Biosfera, es un paraje protegido enclavado en la zona noroeste de la isla. A poco más de media hora de la capital, es una de las principales áreas de esparcimiento para sus habitantes.
Hacer senderismo en el Parque Rural de Anaga es un plan imprescindible qué hacer en Santa Cruz de Tenerife.
Es una de las zonas más antiguas de la isla, entre 7 y 9 millones de existencia, con una cordillera abrupta, cumbres por las que descienden impresionantes valles y barrancos que llegan hasta el mar.
Este espacio natural protegido tiene una extensión aproximada de 14.420 hectáreas. Presenta cotas de altitud entre los 1.204 metros del pico Cruz de Taborno, hasta el nivel mismo del mar.
Es ideal para recorrer paseando, en bicicleta o a caballo sus numerosos senderos y llegar hasta algunas de sus encantadoras calas de arena negra fina y brillante que salpican la costa.
Sorprende por sus impresionantes contrastes, su abundante flora y fauna endémicas, por su aislamiento y su diversidad ecológica.
La climatología especial de la zona ha hecho posible que el parque albergue una de las muestras de laurisilva más importantes del mundo, con bosques de tipo terciario que hoy en día solo se conservan en Canarias y las islas Azores.
La mejor manera de conocer este parque es hacerlo de la mano de un guía que te lleve por las partes más interesantes del mismo. Puedes contratar una excursión de senderismo por el parque aquí.
Foto: Shutterstock