Si estás pensando en viajar a la capital checa, es posible que no sepas por dónde empezar. No es de extrañar, la ciudad es un museo al aire libre que encierra todo tipo de atractivos. Por ello, seguro que este itinerario para ver Praga en 2 días te será muy útil.
Antes de entrar de lleno en el itinerario, te recomiendo que consideres adquirir la Prague CoolPass. Es un abono turístico que te permitirá entrar gratis en los principales atractivos turístiscos de la ciudad. Te ahorrarás un buen dinero.
Toma nota y prepara tu equipaje.
Praga en 2 días: Día 1
La ciudad se divide en dos partes, una a cada orilla del río Moldava. En esta primera jornada nos centraremos en la parte de la Ciudad Antigua.
Te aconsejo que sigas esta ruta de forma ordenada. En un radio de dos kilómetros podrás ir viendo todo lo que ahora te cuento.
Únete a un Free Tour
No hay mejor manera para empezar a conocer Praga que uniéndote a un Free Tour. En Praga podrás aprovechar varios. El que te recomiendo aquí es el que discurre por la Ciudad Vieja y el Barrio Judío.
De la mano de un guía en español conocerás esta parte de la ciudad sin coste alguno para ti. Únicamente es costumbre dar una propina voluntaria para el guía si quedas contento con el free tour.
Una vez haya finalizado el tour podrás visitar otra vez las cosas que quieras, y eventualmente entrar en las que quieras, ya que las distancias son francamente cortas.
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Torre de la Pólvora
Es de las más reconocibles de la ciudad gracias a sus 65 metros de altura y a su conexión con la casa municipal mediante un puente cubierto. Praga es conocida como la ciudad de las torres.
Se comenzó a construir en 1475 como contraposición a la Torre Nueva. Justo a sus pies se encuentra una de las 13 puertas de acceso a la ciudad (otrora amurallada). En el siglo XVIII comenzó a usarse como arsenal lo que le dio su nombre actual.
En la última planta, tras subir 200 peldaños, accederás al mirador desde donde tendrás muy buenas vistas de la Ciudad Antigua.
El monumento está abierto todos los días. Dirección: nám. Republiky 5.
Plaza de la Ciudad Vieja
A pocos metros del punto anterior se encuentra el corazón del casco viejo y una de las experiencias que más vas a recordar de tu visita a Praga en 2 días: la Plaza de la Ciudad Vieja.
En el centro encontrarás una estatua en memoria de Jan Hus. El que fuera líder protestante fue quemado en 1415 y 500 años después se le dedicó una obra tan impresionante como imprescindible.
En la misma plaza se encuentran algunos de los atractivos turísticos más importantes de la ciudad como la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, la Iglesia de San Nicolás, o el Reloj Astronómico.
La iglesia de Nuestra Señora de Tyn
La identificarás de inmediato por sus torres góticas y estilizadas. El dorado de su reloj contrasta con la piedra de color oscuro que remata la parte superior de su fachada.
En el siglo X era una capilla que estaba asociada a un hospicio. Tres siglos más tarde se comenzó la construcción de la actual.
Su construcción obedecía al interés de los burgueses del centro histórico por crear un templo que se equiparara en belleza a la catedral de San Vito, al otro lado del río. Por ello, se sigue conociendo como la catedral de los burgueses.
La iglesia de San Nicolás
Contrasta con la anterior, ya que su estilo es barroco. Se comenzó a construir en 1620, tras la batalla de la montaña blanca. La victoria católica frente a los protestantes provocó que se impusiera el barroco como estilo arquitectónico.
No te pierdas los frescos que incluye la cúpula situada a 50 metros de altura. Busca al monje que espiaba al autor y que no quería ser visto, pero terminó retratado para la eternidad.
Tanto el púlpito como el órgano, tocado por Mozart en 1787, son también dignos de mención.
Anímate a subir al campanario para ver la ciudad desde otro punto de vista. Al salir, admira la columna de la Santísima Trinidad que se construyó en el siglo XVIII para conmemorar el final de la epidemia de peste en la ciudad.
En la actualidad se usa también como sala de conciertos.
Subir a la Torre del Antiguo Ayuntamiento
Data del siglo XIV y su base fue la llamada Casa Wolfflin. Poco a poco, se le incorporaron otros edificios hasta convertirse en una amalgama de estilos arquitectónicos que van del gótico al barroco pasando por el neorrenacentista.
En el interior puedes visitar la sala de plenos y una capilla religiosa que es el mejor reflejo del gótico praguense. La torre tiene una altura de 70 metros y, sin duda, el mejor punto para hacer fotografías de tan bella plaza.
Y de las alturas al sótano para comprobar los restos de otras civilizaciones y cómo desde el Románico esta plaza fue siempre la más importante de Praga.
El Reloj Astronómico
El Reloj Astronómico es todo un símbolo de la ciudad. Es de los más famosos y antiguos del mundo. Asistir al momento en que se pone en marcha el carrillón y salen sus figuritas es una de las cosas que hay que hacer en Praga imprescindibles.
Cada hora en punto es posible ver a los ocupantes del reloj hacer una procesión con sus peculiares movimientos. El espectáculo conlleva que buena parte de los turistas aprovechen el momento para poner sus cámaras en funcionamiento.
Pero no creas que se trata de una mera distracción. Lleva funcionando desde el siglo XV, pero no sin remodelaciones, leyendas y misterios que ahora te comento. Antes, te explico cómo interpretar las distintas partes que lo componen:
- La esfera superior incluye un reloj con las horas indicadas en números romanos. Data de la época medieval.
- La esfera con tonos azules es un astrolabio. En ella encontrarás la luna, el sol y dos anillos: el de los horóscopos y el de rotación. En la esfera anaranjada encontrarás, a su izquierda y a su derecha, las palabras aurora y crepúsculo.
Comenzamos con las curiosidades. El reloj te puede dar la hora si consultas la mano dorada, el anillo exterior o el círculo con números árabes.
En la esfera superior hay cuatro figuras: la muerte, la lujuria, la soberbia y la avaricia. En cuanto de la hora en punto las verás moverse. La avaricia y la soberbia te recordarán que no debes caer en ellas, la muerte les da la razón con la cabeza.
A las esculturas anteriores se les añaden los 12 apóstoles y un gallo dorado que mueve sus alas en la esfera del mismo color.
Josef Mánes creó, en el siglo XIX, un calendario en una esfera interior donde se plasman los 12 meses del año rodeando el escudo de la ciudad. También añadió un cronista, un astrónomo, un ángel y un filósofo.
No fue hasta el siglo XX cuando se descubrió que quien creó semejante obra maestra fue el relojero Mikulas de Kadan con la ayuda de Jan Šindel (un astrónomo).
Sin embargo, la historia consideró a Hanus, quien se encargó de su mantenimiento, el autor de la obra que despertó el interés de los reyes europeos.
Tras conocerse que el técnico podría fabricar relojes similares en otras ciudades se ordenó que le dejasen ciego. Ello provocó, según la leyenda, que él mismo, o quizá su ayudante, paralizasen el mecanismo alterándolo.
Incluso hoy en día, los praguenses piensan que si el reloj se para es porque se avecina una tragedia.
Calle Parizska
Parte de la plaza anterior hacia la próxima parada de nuestro recorrido. La calle de París es la más lujosa de la capital checa y combina un estilo arquitectónico que recuerda al de las zonas más caras de la capital francesa con tiendas de las mejores marcas de moda.
Barrio Judío
Es uno de los puntos clave de este itinerario para ver Praga en 2 días.
La comunidad judía llegó a la ciudad en torno al siglo X. La primera cruzada provocó una matanza que solo superaron los que decidieron comenzar a vivir en el área que podrás visitar.
Obligados a crear una ciudad con sus propias normas, en 1292 lograron la independencia administrativa. En 1389 se asesinó a 3000 judíos, pero ello no provocó que el resto se marchase.
No fue hasta el siglo XVI cuando Mordecai Maisel se convirtió en alcalde de Praga y comenzó a dignificar la situación de esta comunidad. En el siglo XIX se le cambió el nombre al barrio por el de Josefov. Poco a poco, los judíos se fueron trasladando a otras partes de la ciudad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, todos los judíos fueron obligados a abandonar Praga y sus viviendas se malvendieron al mejor postor.
En el barrio no hay que perderse una visita a las 6 Sinagogas y al Cementerio Judío.
Al principio del post te recomendé un free tour que visita también el Barrio Judío. Además, si quieres produndizar más sobre esta zona y su comunidad puedes reservar un tour por el barrio judío.
Las seis sinagogas
Todas son igualmente interesantes.
- La Sinagoga Alta data del siglo XVI y la construyó el citado Maisel. Tiene dos pisos, accede al segundo para apreciar objetos históricos de plata y tela.
- La sinagoga española se terminó en 1868 e incluye matices como mosaicos que replican los de la Alhambra. La exposición sobre los avatares de los judíos en Praga es bastante didáctica. Sin lugar a dudas es la más bonita de todas.
- La sinagoga Klausen es de 1694 y contiene una extensa colección de textos en hebreo y de dibujos de niños judíos que se encontraron en Terezín, el campo de concentración al que fueron deportados.
- La sinagoga Maisel se erigió como homenaje al mencionado político. Se construyó en el siglo XVI y es la que ha sufrido más incendios. Alberga una exposición de objetos tradicionales.
- La sinagoga Pinkas es de las más visitadas y data del 1479. En ella verás los nombres de los más de 77 000 judíos que fueron asesinados por las tropas nazis. Su arquitectura es distinta a las anteriores y el silencio en su interior te sobrecogerá.
- Y, para acabar, la Sinagoga Vieja Nueva es la más antigua de todas ellas.
El cementerio judío
Era el único espacio donde los judíos podían enterrar a sus difuntos. Los distintos mandatarios locales impidieron que se ampliase, lo que provocó que en cada una de las 12 000 tumbas que incluye se enterraran a más de nueve personas.
El recinto del cementerio con todas sus losas apiladas una sobre la otra y en total anarquía es un lugar sobrecogedor.
Clementinum
Muy cerca del barrio anterior, justo detrás de la catedral de San Clemente (de rito católico bizantino) en dirección al puente de Carlos, encontrarás el Clementinum.
Fue en el siglo XVI cuando los jesuitas se encargaron de gestionar la que fuera sede de la Universidad de Carlos. En el siglo XVIII se les expulsó para ser sede primero de la biblioteca imperial y actualmente la nacional de la República Checa.
No puedes acceder libremente y has de contratar una visita. Te aseguro que no te arrepentirás. Sus cinco patios sirven de eje central para distribuir las estancias restantes. No te pierdas:
- La capilla de los espejos. Almacena el órgano que tocó Mozart en el siglo XVIII y es puro barroco.
- La sala de los meridianos. En ella se han efectuado los registros meteorológicos más antiguos del viejo continente.
- La torre astronómica. Tiene cerca de 70 metros de altura y desde ella puedes apreciar unas extraordinarias vistas del castillo de Praga (al otro lado de la ciudad).
- La biblioteca. Con más de 20 000 libros, manuscritos y legajos, te impresionará por los frescos que decoran el techo, obra de Jan Hiebl, y por su inmensidad.
- La sala del Tesoro y las iglesias de San Clemente y de San Salvador. Busca en los patios interiores los 15 relojes solares y déjate llevar por el encanto de cada edificio.
La visita a estos 20 000 metros cuadrados dura una hora, por lo que si este primer día lo comenzaste sobre las nueve de la mañana, al finalizarla podrás comer por el centro, descansar un rato y ponerte de nuevo en marcha hacia la próxima parada.
El Teatro Nacional
Está a 800 metros del punto anterior en la orilla del río. El teatro es un símbolo para la ciudad y tampoco pudo librarse de las desgracias y de las reformas. Se abrió en 1881 y a los dos meses se incendió. A los dos años abrió sus puertas y sigue siendo el punto de encuentro de los amantes del teatro y de la ópera.
Si su exterior es impresionante, su interior no lo es menos. Una cúpula dorada central marca una estructura ideal para disfrutar de la mejor música con todo lujo de detalles.
Se puede visitar a diario. Solo te aconsejo que te sientes unos minutos en el patio de butacas y que admires su grandeza. Si puedes, ve a una ópera para tener una experiencia más completa.
Cabeza de Kafka
Este monumento es el fiel reflejo de cómo la ciudad no cierra sus puertas a la modernidad. Así lo confirmaban sus gestores cuando aceptaron la obra Metalmorphosis de David Cerný.
Con 10 metros de alto y 45 toneladas de peso, se compone de 38 placas de acero en continuo movimiento y de cuatro fijas.
Revestidas de espejo, la caleidoscópica visión es una magnífica manera de plasmar la mente del genial autor en una escultura que data del 2014 y que es ya uno de los grandes atractivos de la ciudad.
La Casa Danzante
Hace honor a su nombre y a ese guiño a la arquitectura más atrevida. Es el resultado de una colaboración del checo Vlado Milunic y Frank Ghery (que llamó al proyecto Ginger y Fred como homenaje a los famosos bailarines).
Se diseñó en 1992 y se inauguró en 1996. Choca por su deconstructivismo y por ser casi opuesto a todo lo que le rodea. Te sorprenderá.
Plaza Wenceslao
Tras ver la escultura, dirígete hacia la Plaza Wenceslao, una gran plaza rectangular que es el centro de la ciudad nueva. Está coronada por una estatua de San Wenceslao de Josef Myslbek.
En 1989 fue la sede de la revolución del terciopelo y en ella se encuentra la última parada del primero de los 2 días en Praga. Pero antes déjame comentarte que:
- El palacio Lucerna es del siglo XX y hoy en día es un centro comercial con cines art-noveau.
- El Grand Hotel Europa es del mismo estilo arquitectónico y siempre sorprendente.
- No te quedes sin probar un bocadillo con el chorizo ahumado que venden en los puestos de la plaza. Están exquisitos.
- Y por supuesto no te pierdas una visita al Museo Nacional.
Museo Nacional
Se encuentra en la parte superior de la plaza y luce una fachada neorrenacentista impresionante. Abre a diario y tiene un poco de todo. Su visita puede ser el punto final a un primer día en el que habrás visto mucho de Praga.
No en vano, su núcleo está formado por el museo de música, el de historia, el de ciencias naturales, el Náprstek y la biblioteca del propio edificio. Su exposición de minerales y la zoológica son dos de sus grandes atractivos.
Vuelve a tu alojamiento, descansa (andar por las calles empedradas de la ciudad te pasará factura) y cena algo en algún lugar típico. Te espera un segundo día repleto de lugares interesantes.
Praga en 2 días: Día 2
Tras desayunar, comienza la segunda jornada de este itinerario para ver Praga en 2 días temprano porque nos vamos a la otra orilla.
Usa el metro o el tranvía para desplazarte y pon a prueba tus piernas para llegar el primer punto de la ruta. Mientras asciendes admira los edificios del barrio de Mala Strana y el buen gusto de los que siguen manteniendo sus comercios tradicionales.
El Castillo
Es un conjunto arquitectónico que alberga varios monumentos y pasajes que marcaron la historia de Praga. Basta con acceder a su interior, a través de una de las puertas amuralladas con guardias que no pueden moverse durante su jornada, para transportarte 12 siglos atrás.
En su interior podrás disfrutar de los siguientes atractivos. Te aconsejo que compres la entrada conjunta para verlo todo, ya que si bien puedes pasearte gratuitamente por el interior del recinto, para visitar los sitios más emblemáticos necesitarás dicha entrada.
Aquí hay buenas noticias, puedes aprovecharte de una visita guiada con un free tour o contratando un Tour por el Castillo (aunque con el free tour es más que suficiente).
Catedral de San Vito
Es el edificio religioso más importante de la república. Se construyó durante seis siglos. Fue Carlos IV el que decidió, en 1344, construir una catedral gótica encima de una basílica románica. Así, Praga sería sede arzobispal. No fue hasta el siglo XX cuando se consagró y se dio por terminada.
En su interior apreciarás los distintos estilos arquitectónicos que la componen. Fíjate especialmente en:
- Sus torres de 80 metros de alto.
- El rosetón y el campanario renacentistas.
- Zikmund, la campana más grande del país.
- El portal dorado está situado sobre un mosaico de 80 metros cuadrados que representa al juicio final. Por esta puerta entraban los reyes que iban a ser coronados.
- La tumba de San Juan Nepomuceno está fabricada con toneladas de plata.
- La vidriera de Alphonse Mucha es un claro ejemplo de cómo el art nouveau también encaja en un edificio religioso.
- El mausoleo real impresiona. En él están enterrados Carlos IV y Maximiliano II entre otros.
- El mirador que corona la torre sur tiene un acceso empinado que merece la pena. Verás Praga como nunca.
El Palacio Real
Se fundó en el siglo IX y era de madera. En 1135 se reconstruyó con un estilo romanesco que puedes ver en el subsuelo. En el siglo XIV, Carlos IV no evitó darle las pinceladas góticas necesarias a sus bóvedas y arcos.
No fue hasta 1483, cuando el rey Vladislav Jagiello decidió construir el salón homónimo y el ala Ludwig, dos de los puntos clave del edificio. El ala Teresiana fue creada en 1776 y en la actualidad es una galería de exposiciones.
Finalmente, la iglesia de Todos los Santos alberga el cuerpo de San Procopio y es un espléndido lugar para ver conciertos. El palacio abre de nueve a cuatro o a cinco dependiendo de la estación del año.
La Basílica de San Jorge
Es fácilmente reconocible gracias a su fachada de color anaranjado y crema. Su modestia contrasta muchísimo con la majestuosidad de los edificios anteriores. Sin embargo, es uno de esos edificios que te sorprenderán gratamente.
Se fundó en el 920 por el entonces príncipe Bratislao I de Bohemia. Cinco años después se enterró a Santa Ludmila de Bohemia (en el siglo XIII se creó una capilla gótica en su honor).
En el 973 se amplió para convertirse en abadía respetando el esquema de tres naves. En el 1142 se incendió, se reconstruyó y adoptó su imagen actual. Para coronar las naves laterales se levantaron dos torres de color blanco.
Antes de entrar, disfruta con la estatua de San Jorge luchando con el dragón. Aprecia el barroquismo de su fachada, el contraste de colores y el equilibrio entre la sencillez del románico y la elegancia.
En su interior, apreciarás las capillas comentadas y también una colección de arte bohemio.
El callejón del Oro
Es bastante probable que pienses que vas a encontrarte con una calle deslumbrante repleta de joyerías, pero nada más lejos de la realidad. El lado de la izquierda está repleto de pequeñas casas que se construyeron en el siglo XVI sobre los muros del castillo como vivienda de los guardianes.
Posteriormente, se les cedieron a los orfebres locales para que pudieran terminar sus trabajos justo al lado de la catedral y de los espacios que más demandaban sus obras.
Curiosamente, en el siglo XIX fueron el refugio de los delincuentes y los mendigos de la ciudad. No fue hasta el siglo pasado cuando los desalojaron para convertir esta calle en un espacio que combina lo comercial en algunas casitas con pequeñas exhibiciones de cómo era la vida en otras.
No dejes de visitar la casa del número 22, donde vivió Kafka hasta 1917.
El Palacio Lobkowicz
Está en uno de los extremos de la fortaleza que protege el castillo, concretamente en la entrada que termina en la vieja escalinata.
Es la única propiedad de título privado del recinto, pero la familia Lobkowicz lo emplea para actos culturales y permite la visita diaria de su espléndida pinacoteca y otro tipo de objetos. A diario se celebran conciertos de música clásica en su salón principal.
Fue construido en la segunda mitad del siglo XVI por Jaroslav Pernstejn, suegro del primer príncipe Lobkowicz.
Tras la batalla de la montaña blanca, la familia apostó por darle más formalidad al edificio, lo que permitió que se convirtiera en uno ideal para todo tipo de reuniones y ceremonias. Posteriormente, se le dio un aire más italiano y en el siglo XVIII se cambió su fachada.
El dominio nazi primero y el comunista después se encargaron de confiscar, entre 1939 y 2002, el edificio a la familia. Desde su recuperación, es una de las visitas que no puedes perderte en Praga. Entre otras colecciones que se exhiben en el palacio destacan:
- La de pintura. Contiene obras de Velázquez, Veronese y Brueghel.
- La que incluye partituras e instrumentos musicales de compositores como Beethoven o Mozart.
- La compuesta por armaduras y armas.
- La integrada por piezas de cerámica, porcelana y otras decorativas realizadas entre los siglos XIII y XX.
El Palacio Rosenberg
Se construyó en 1541 siguiendo un estilo renacentista. Lo reconocerás por la dos columnas centrales y por su contraste con el resto de edificios. Rudolph II lo compró en 1600 para anexionarlo al palacio real.
En el siglo XVII se cambió totalmente para darle un aspecto más barroco y convertirlo en residencia para las mujeres solteras de la clase noble con más de 24 años.
El Loreto
Saliendo del recinto por la calle Loretánské, te encontrarás con este santuario dedicado a la virgen homónima. Se comenzó a construir en 1626 para ser bendecido en 1631. Giovanni Orsi, el arquitecto, no dudó en crear una construcción que sorprendiera a primera vista.
Su torre central acabada en punta recuerda al gótico, pero el que convirtiera en un lugar de peregrinación terminó provocando que a partir de 1681 se añadieran diversos claustros a ambos lados.
En 1695 se incorporó un carillón compuesto de 30 campanas. Durante tu visita podrás apreciar también una enorme colección de objetos litúrgicos y religiosos como custodias y ropa para sacerdotes.
Barrio Novy Svet
A unos minutos a pie te encontrarás con un barrio que se traduce como nuevo mundo. Lo primero que te llamará la atención es que apenas verás a turistas, y eso que está a 600 metros del castillo.
Era el lugar donde vivía la mayoría de trabajadores del Castillo. Posteriormente, con el crecimiento de la urbe, se marcharon a otras zonas y los pobres terminaron ocupando las casas.
En la actualidad las viviendas del barrio son residencia de artistas, artesanos y personas que prefieren vivir a un ritmo distinto.
Las casas siguen exactamente igual que hace siglos, las calles empinadas, los rincones llenos de encanto y una atmósfera distinta se convierten en la clave para entrar en contacto con una parte de la ciudad que sigue resistiéndose a desaparecer.
La calle Nerudova
Dicen que es la calle más bonita que vas a encontrar en Praga y estoy totalmente de acuerdo. Une la plaza de Mala Strana con la del castillo y en tiempos fue camino real. Se llama Nerudova porque el escritor Jan Neruda vivió en esta calle.
En cada casa encontrarás una simbología que indica cuál era el oficio de quien vivía en su interior. Es el caso de la casa de los tres violines (residía una familia de luthiers), la de los dos soles (donde vivió Neruda) o la de la llave dorada (residencia de los orfebres del castillo).
Mala Strana
Lo comentaba en la introducción, es uno de los barrios más bonitos de Praga.
Es el barrio antiguo, aquel al que se fueron a refugiar los nobles, los artesanos y los que vivían un tanto al margen de lo que sucedía en la capital. En el siglo XIII llegó a ser independiente y a tener su propia legislación.
En Mala Strana hay que pasearse por sus calles y callejuelas y disfrutar de su elegante arquitectura y del encanto de los rincones y jardincitos que salpican su callejero.
La iglesia de San Nicolás
Giovanni Domenico Orsi recibe, en la segunda mitad del siglo XVII, el encargo de los jesuitas que le piden que levante una iglesia distinta a la otra Iglesia de San Nicolás, la que está en la Plaza de la Ciudad Vieja. En 1673 comienza el proceso.
La nave central es enorme y está completada por capillas laterales y una bóveda de casi 75 metros de altura. La visita te permitirá apreciar los distintos cambios sucedidos durante su construcción y también admirar su bello interior en el que destacan sus frescos.
El Muro de John Lennon
Sin duda, uno de los puntos más visitados de Mala Strana es el muro de John Lennon. Está en Velkopřevorské náměstí y es un punto al que la gente bautizó con el nombre del asesinado guitarrista de The Beatles.
Todo empezó con la muerte de John y a partir de ahí este muro se llenó de mensajes y grafitis tanto conmemorativos de su muerte como reivindicativos políticamente ante la situación del país.
Isla de Campa
Es artificial, está separada de Mala Strana por el canal del diablo. Su nombre proviene de la mujer poseída que vivía en sus inmediaciones. Al parecer, en el siglo XII ya existía como isla, lo que se ve hoy en día está reformado posteriormente.
Está a la izquierda del puente de Carlos bajando una escalera que te deja en la plaza Na Kampé. Encontrarás bares y restaurantes. Otros puntos interesantes son el molino del Gran Pior, el parque Kampa o el museo del mismo nombre.
Puente de Carlos
Es el más recorrido de todos los de la ciudad tanto por su ubicación como por su calidad artística. Se comenzó a construir en 1357 bajo el reinado de Carlos IV. Se terminó 45 años después.
Mide 516 metros y tiene un ancho de 10 metros. Su base está formada por 16 arcos y consta de tres torres protectoras. En 1700 se esculpieron 30 estatuas para darle mayor majestuosidad.
Durante el recorrido te encontrarás pintores, músicos, vendedores de recuerdos y todo tipo de personas. No tardarás en convertirlo en uno de los puntos más visitados de tu recorrido de este itinerario para ver Praga en 2 días.
Crucero por el río Moldava
Hacer un crucero por el río Moldava es una de las actividades más populares que hacer en Praga. Hay múltiples opciones que incluyen más o menos servicios. Ver la ciudad desde el río te ayudará a ponerle el punto final a tu viaje de una forma distinta.
Los precios son muy competitivos y siempre encontrarás alternativas ideales para tu presupuesto. Algunos de los cruceros disponibles más populares son:
- Crucero de una hora
- Paseo en barca + Museo del Puente de Carlos
- Crucero con comida y música en directo
- Paseo en barco con techo de cristal y cena
¿CÓMO LLEGAR AL CENTRO DE PRAGA?
El aeropuerto Václav Havel está a 10 kilómetros del centro. Para ir del aeropuerto de Praga al centro puedes contratar un servicio de transfer, ir en taxi o realizar la ruta más económica de la siguiente forma:
- Compra en el interior del aeropuerto los billetes para el autobús que prefieras.
- El Airport Express te deja en la estación de Hlavní nádrazí en 35 minutos. Cuesta unos dos euros. Si tu hotel está cerca, es la mejor alternativa.
- Si para llegar a tu alojamiento debes coger la línea de metro de color verde (la A), necesitas coger la línea de bus 119 que te lleva, en 10 minutos, a la estación de Nádrazí Veleslavín. Te costará menos de un euro.
- Si vas a alojarte en un hotel cercano a la línea amarilla (la B), es mejor que optes por la línea 100 que te trasladará, por el mismo precio que la anterior, a la estación de Zlicín.
- La línea 910 te lleva del aeropuerto a I.P. Pavlova, junto a la plaza Wenceslao, durante la noche. Cuesta un euro y el trayecto dura unos 45 minutos.
ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS EN TU VISITA A PRAGA EN 2 DIAS
Para que tu visita a Praga en 2 días sea todo un éxito has de tener en cuenta algunas recomendaciones:
- El transporte público. Funciona muy bien, es eficaz y resulta complicado equivocarse, sobre todo en el metro. Los billetes debes sellarlos en las máquinas de color naranja para acceder al andén del metro o en las que encontrarás en el tranvía. Cada billete tiene una duración limitada de uso del transporte público. Basta con que metas el billete en la máquina una vez para que se vea la hora de sellado y la duración del billete. Aunque creas que no hay revisores no es así. Los hay y, especialmente, en las áreas más turísticas. Tenlo en cuenta.
- El cambio de moneda. No resulta rentable hacerlo en tu país de orígen porque la comisión del banco te dejará prácticamente sin nada. Un euro son aproximadamente 24 coronas checas. Una opción es usar siempre tu tarjeta de crédito o sacar dinero de un cajero (especialmente si tienes tarjetas tipo la Revolut). La más eficaz es cambiar en las cientos de oficinas de cambio que hay en la ciudad. Evita todas las que rodean la plaza vieja, el aeropuerto y otras zonas turísticas. Por ejemplo, al lado del barrio judío te darán unas 20 coronas por euro, junto a la plaza Wenceslao unas 23. Consulta el tipo de cambio y compara con varias casas de cambio para no perder demasiado dinero.
- Aunque es una ciudad económica, sobre todo para comprar en el supermercado, a la hora de comer en un restaurante has de mirar muy bien qué tipo de establecimiento es. Evita las trampas para turistas.
- Lleva siempre, incluso en verano, un paraguas pequeño y algo de abrigo en la maleta. La ciudad considera que hace un calor extremo a partir de los 25 grados. Lo habitual es que en verano se mantenga esa temperatura y que por las noches necesites una sudadera para salir. La lluvia puede sorprenderte en cualquier momento.
El resto de tu viaje a Praga en 2 días depende directamente de ti. Te aseguro que tu experiencia va a ser excelente y que vas a volver con ganas de ver muchísimo más.
Si te gustan la historia, la cultura, la gastronomía y aprovechar tus vacaciones al máximo, no lo dudes.
Marca en rojo las fechas del próximo puente o fin de semana que tengas disponible y reserva tu viaje. Conviértete ya en un/a admirador/a más de la preciosa capital checa.
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