La capital francesa es una de las ciudades más impresionantes del mundo, para aprovechar al máximo tu visita a la ciudad también te recomiendo realizar algunas de las mejores excursiones de un día desde París si tienes tiempo para ello.
Conocer sus alrededores te permitirá una experiencia inolvidable durante tu viaje a una de las ciudades más glamourosas de Europa.
A continuación, te explico algunas de las excursiones desde París más recomendables para hacer en un día. Algunas están muy cerca de la capital francesa, otras te llevará unas horas de trayecto. Todas ellas son posibles en un mismo día.
Las 15 mejores excursiones desde París de un día
1. El Palacio de Versalles una excursión desde parís de un día imprescindible
Sin duda alguna, es una de las excursiones de un día desde París que no puedes perderte. Es una visita imprescindible y fácil de hacer desde la capital francesa.
No en vano, Versalles fue la capital del reino hasta finales del siglo XVIII y en sus instalaciones se han firmado tratados históricos.
Pasear por el palacio es sinónimo de entrar en una máquina del tiempo y de conocer cómo eran los usos y costumbres de hace varios siglos.
El salón de los espejos, unos jardines de ensueño y un sinfín de alternativas, como el Grand y el Petit Trianon, son propuestas tan adecuadas como recomendables para completar tu visita.
No te olvides de las caballerizas de la reina, en el pequeño Trianon, al ser este el lugar donde María Antonieta tuvo una granja.Igualmente interesantes son las catedrales de San Luis y de Saint Symphorien y el antiguo convento de la reina.
En cuanto a los museos, la osmoteca, dedicado a los perfumes, el dedicado a Lambinet y de las carrozas son algunos de los más sorprendentes.
Asimismo, no te limites a visitar el palacio y visita la ciudad de Versalles. Podrás recorrer una localidad encantadora que te permitirá completar tu visita comiendo en alguno de sus restaurantes o disfrutando de sus diversos encantos.
¿Cómo llegar a Versalles desde París?
Si vas en tren, tendrás que elegir el RER C y bajarte en la estación Versailles- Château- Rive-Gauche. Desde este punto, tendrás que caminar unos 10 minutos para llegar al palacio. El viaje dura media hora.
Si alquilas un coche, en media hora estarás en el palacio, o 40 minutos dependiendo del tráfico. Te recomiendo el transporte público al ser el más adecuado tanto para conocer la ciudad como para evitar tener que pagar para aparcar.
Si quieres visitar en compañía y con una visita guiada el palacio puedes informarte sobre esta excursión al Palacio de Versalles. Gracias a la cercanía y facilidad de visitar Versalles, se convierte en una de las excursiones ideales para hacer desde París en un día.
2. Giverny, residencia del conocido Claude Monet
Francia es un país de contrastes que te permite comparar una ciudad histórica con una pequeña villa que sigue manteniendo sus tradiciones. Es el caso de Giverny, situada en Normandía en la orilla del Sena.
La localidad es mundialmente conocida por haber sido la elegida por Monet y Renoir para vivir e inspirarse a la hora de pintar sus cuadros. Es una de las excursiones de un día desde París más populares entre los amantes del arte
Claude Monet residió en Giverny entre 1883 y 1926. Por suerte, su casa sigue intacta y puedes visitar sus espléndidos jardines. Si te apasiona la pintura en esta excursión a la Casa de Monet desde París puedrás acercarte al pintoresco pueblo de Giverny y visitar la Casa-Museo de Claude Monet.
Te recominedo que te lleves algo para comer en tu mochila y que te sientes durante un rato a contemplar los distintos espacios que el artista terminó convirtiendo en obras maestras.
Tras este descanso, sería recomendable que visitases algunos de los puntos más interesantes de la ciudad.
Por ejemplo, la iglesia de Sainte-Radegonde, del siglo XI, el museo de los impresionistas o el Hôtel Baudy donde los impresionistas solían reunirse para comentar su trabajo.
El museo de mecánica natural y la galería Christophe Demarez son otros puntos que debes incluir en tu recorrido.
Cuando los visites, no dudes en pasear por la calle principal para encontrar comercios tradicionales y restaurantes con platos típicos. Tu experiencia será mucho más completa y lograrás conocer mejor la esencia de esta ciudad.
¿Cómo llegar a Giverny desde París?
Giverny está a 75 kilómetros de París y en coche llegarás en menos de una hora y cuarto aproximadamente, dependiendo del tráfico. Es una de las formas más cómodas para viajar directamente esta ciudad.
En tren debes ir a la Gare Saint Lazare y coger uno de los trenes con dirección a Vernon. A la salida de la estación encontrarás autobuses directos a Giverny. El viaje completo tiene una duración de 50 minutos.
3. Mont Saint-Michel una de las excursiones desde París más recomendables
Tan fotografiado como encantador, este pequeño pueblo construido en el interior de una fortificación en medio de un estuario parece sacado de un libro de fantasía.
Se encuentra en Normandía y su historia es apasionante. En primer lugar, se construyó la abadía homónima que alcanza los 170 metros sobre el nivel del mar.
Posteriormente, se fue aprovechando cada ladera para ir dándole forma a una laberíntica ciudad que debes recorrer al completo y en sentido ascendente para llegar al antedicho edificio religioso.
La carretera que une el monumento con la orilla te garantiza que puedas visitarlo con facilidad. En la abadía es importante que prestes especial atención a algunos puntos de interés turísticos.
La iglesia abacial, del siglo X, destaca por sus techos y capillas. La Marveille es la zona donde residían los monjes y consta de tres plantas. Se recorre desde la bodega, su base, hasta el refectorio y las zonas donde descansaban los monjes.
El claustro se creó como entrada para la sala capitular, que no llegó a construirse, y da al acantilado sobre el mar. En su parte central hay un jardín que tiene, en su zona central, el recuadro denominado las Trece rosas de Damasco.
Sin duda, es un magnífico punto final a tu visita a la abadía. Recuerda que ahora tienes que hacer el camino a la inversa.
En tu bajada vas a encontrarte con una villa normanda a la que no le falta de nada. El cuidado aspecto de las fachadas de los edificios va de la mano de una amplia oferta comercial y gastronómica que debes probar antes de marcharte.
¿Cómo llegar a Mont Saint-Michel?
La distancia entre París y Mont Saint-Michel es de 363 kilómetros, lo que te llevará unas cuatro horas en coche dependiendo del tráfico.
Por suerte, el tren acorta bastante el trayecto. Has de ir a la estación de Montparnasse y coger el TGV hacia Rennes que cubre el trayecto en dos horas. Desde la estación de Rennes puedes coger el autobús dirección Mont Saint-Michel, el trayecto dura una hora.
También puedes viajar en TER a Portoson y un autobús a tu destino final.
Otra opción económica pero más lenta es ir en autobús con compañías como FLEXIBUS o BLABLABUS. El trayecto dura 5 horas aproximadamente.
A parte de poder acceder por tu cuenta, tienes la oportunidad de visitar una de las atracciones turísticas más populares de Francia con una visita guiada desde Paris a través de esta excursión a Mont Saint Michel.
4. Castillos del Loira, una ruta de palacios y castillos
El valle del Loira alberga una serie de castillos construidos entre los siglos XV y XVI. El motivo no es otro que la elección de diversos reyes de esta zona para demostrar su poder.
En un principio, se construyeron con un foso lleno de agua y como fortificación. El paso de los años los ha convertido en palacios repletos de obras de arte y con una arquitectura que refleja su pasada importancia.
El conjunto de castillos fue nombrado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 2000. Está formado por 40 edificios y podrás distinguirlos por lucir un círculo con un cuadrado en su interior.
A la lista se añaden otros 30 que se reconocen por formar parte de la asociación de castillos del Loira. A su vez, se dividen en distintos tipos.
Entre los reales te aconsejo la visita del de Chambord, el de Blois y el de Amboise.
En el grupo de los nobiliarios encontrarás, posiblemente, los más impactantes desde el punto de vista arquitectónico. Es el caso del de Sully-sur-Loire, el de Saint Brisson y el de la Bussière.
Finalmente, los que no pueden ser clasificados de las formas anteriores también merecen toda tu atención. Es el caso del de Bourdasière, el de Valmer y el de Jallanges entre otros.
Lo ideal es elegir al menos dos o tres castillos para visitar en un día estableciendo una ruta previa. Así evitarás perder demasiado tiempo y disfrutarás más de una región tan privilegiada.
¿Cómo llegar a los castillos de Loira desde París?
La distancia es de 200 kilómetros, en torno a dos horas o dos horas y media en coche o unas tres horas y media en autobús.
El tren cubre el trayecto en una hora y 40 minutos, sale de la estación de Montparnasse y debes elegir el que se dirige a Tours. Desde Tours es aconsejable alquilar un coche para moverte por la zona con más libertad.
Si comienzas tu excursión temprano, vivirás un día perfecto recorriendo un valle digno de visitar.
Excursión recomendada: Excursión a los Castillos del Loira
5. Disneyland – Walt Disney Studios, una excursión desde París ideal para familias
Nadie podrá negar que el parque temático de Disney ha sido un enorme revulsivo para el turismo. Desde su apertura ha logrado cifras de récord al ser un fiel reflejo del legendario parque situado en Orlando (Florida). Entre los turistas, es una de las excursiones desde París más solicitadas.
Al llegar, de ti depende elegir qué quieres hacer. Tienes desfiles con los personajes de Disney, el castillo de la Bella durmiente (con un dragón que duerme en su parte inferior) y una enorme oferta de atracciones que pondrán a prueba tu valentía.
Dependiendo de la fecha de tu viaje, sería recomendable que invirtieras algo más para comprar una entrada VIP que te evite esperar más de una hora en la cola de las atracciones. Otra recomendación es informarte de las atracciones disponibles y elegir las que verdaderamente te interesan.
Haz lo mismo con los múltiples restaurantes que encontrarás en el parque y reserva tu mesa para evitar colas que pueden hacerte perder demasiado tiempo.
Si tu horario te lo permite, espera al atardecer para ver un espectáculo de fuegos artificiales. Podrás volver a tu alojamiento en París cómodamente tras haber pasado una jornada increíble.
¿Cómo llegar a Disneyland París desde París?
Con el tren de la línea RER A regional el trayecto dura como máximo 55 minutos hasta los parques, y la estación de acceso a Disneyland París es la Estación Marne-la-Vallée/Chssy.
Desde París encuentras trenes dirección Disneyland desde las estaciones: Chatelet-Les Halles/Charles de Gaulle-Étoile/ Auber.
En coche solo tendrás que recorrer 32 kilómetros. En unos 45 minutos podrás aparcar, sacar tu entrada y comenzar a vivir la experiencia de convertirte en niño/a. Si viajas con tus hijos, esta excursión es de las más recomendables.
Si quieres llegar a Disneyland París desde el aeropuerto puedes optar por viajar en autobús con MagicalShuttle.
Otra opción más cómoda es optar por una excursión organizada que te incluye el transporte y la entrada: Excursión a Disneyland París.
6. Brujas, la «Venecia del Norte» y su chocolate belga
La ciudad belga es una de las alternativas ideales tanto por su belleza como por el contraste entre Francia y su país vecino. Brujas es patrimonio de la humanidad por la UNESCO y se fundó en torno al siglo XII.
La arquitectura de su centro histórico respeta la original, lo que te permite pasear por un lugar totalmente distinto y con múltiples tesoros por descubrir.
Un punto de partida ideal para tu excursión por la ciudad es Grote Markt, una plaza mayor en la que podrás apreciar la impresionante torre del campanario Belfort (del siglo XIII y con 83 metros de altura) y las dos estatuas centrales dedicadas a Breydel y De Koninck.
Los alrededores están llenos de calles comerciales, pero con una salvedad: no hay estridencias, letreros gigantescos o similares. Mantener la estética es tan fundamental como necesario para conservar la esencia de la ciudad.
Otra de las plazas más importantes es la de Burg que alberga la basílica de la Santa Sangre (del siglo XII), el palacio de justicia (del siglo XVIII) y el ayuntamiento (del siglo XIV). Si te gusta el chocolate belga, en el callejón Ter Steeghere encontrarás tu paraíso particular.
En el muelle del Rosario te será más fácil comprobar cómo funciona la red de canales que rodea el centro. Si lo que te gusta es el romanticismo y los paisajes sacados de un cuento, en el parque Mainwater los encontrarás.
En el mismo recinto encontrarás Beginjhof, un magnífico beaterio del siglo XIII que sigue siendo el hogar de una orden de monjas benedictinas.
Respecto a los museos, el Groeninge es una excelente pinacoteca con obras de van Eyck y Memling entre otros.
También hay espacio para edificios religiosos como Vrouwekerk, conocida como la iglesia de Nuestra Señora. Su torre de ladrillos alcanza los 120 metros de altura y en su interior puede verse la Madonna de Miguel Ángel.
La catedral de San Salvador es del siglo XII, su punto más alto está a 100 metros del suelo y en cada capilla podrás descubrir que fue elegida como el lugar perfecto para confirmar la importancia de la ciudad.
Vamos finalizando el recorrido mencionando dos espacios ideales para hacerte una fotografía de recuerdo.
La plaza Jack Van Eyck está dedicada a este pintor que eligió Brujas como lugar de trabajo. Encontrarás diversos restaurantes y cafeterías para reponer la energía perdida.
Finalmente, un paseo por Groenerei, una calle peatonal, te llevará hasta la casa del pelícano, de 1714, y a comprobar que la arquitectura flamenca es tan personal como irrepetible.
Brujas es una ciudad muy bonita y entrañable, una excursión que sin lugar a dudas no te decepcionará. De hecho si dispones de algún día más para disfrutar con tranquilidad de la ciudad, te recomiendo leer sobre las mejores zonas donde alojarse en Brujas.
¿Cómo llegar a Brujas?
La distancia desde París es de 300 kilómetros, como unas tres horas y media en coche y cerca de cuatro horas y media en autobús.
En tren el recorrido dura entre dos horas y media y tres horas, en el estándar, o de 90 minutos en uno de alta velocidad hasta Bruselas, luego has de coger un tren de cercanías hasta Brujas.
También puedes optar por lo fácil y contratar una excursión organizada desde París a Brujas.
7. Bruselas, considerada la capital de Europa
Otra ciudad belga que puedes visitar fácilmente desde París es Bruselas. La capital belga es un perfecto ejemplo de cómo es posible combinar un centro histórico magnífico con una parte en pleno desarrollo que apuesta por la modernidad.
Al llegar en tren a Bruselas central, tienes dos opciones. La primera es salir y andar en línea recta, tras bordear el edificio circular que encontrarás allí, hasta ver la cercana catedral de San Miguel y Santa Gúdula.
Ésta tardó tres siglos en construirse, desde el XIII al XVI, pero en su interior encontrarás espacios como la capilla del Santísimo Sacramento, el presbiterio o unas vidrieras impresionantes.
Al salir, vuelve sobre tus pasos y busca la figura de Don Quijote y Sancho para bajar hacia la Grand Place. Es el epicentro de la ciudad tanto por el ayuntamiento del siglo XV como por ser el punto de partida hacia otras dos visitas imperdonables.
- La primera es la famosa galería Sant Hubert, a unos 100 metros. En tu recorrido encontrarás diversos tipos de tiendas, cafeterías y restaurantes en un espacio cerrado y cuidado al máximo.
- La segunda se divide en dos, que se encuentran en la calle Charles Buls. Ponte delante del ayuntamiento y coge la calle de la izquierda.
A los pocos metros verás la estatua de Everard’t Serclaes. Tócala porque dicen que da suerte. Sigue todo recto hasta que te encuentres con la fuente del Manneken Pis el niño más travieso de la ciudad al que, por cierto, visten a menudo dependiendo de la fecha del año.
Tras rendirle honores al pequeño, dirígete al barrio del Sablon para visitar el impresionante palacio de justicia. Con decir que tiene 26 000 metros de extensión y 100 metros de altura es más que suficiente.
Si te gusta la modernidad y quieres comprobar cómo ha ido creciendo la ciudad, el Atomium y el barrio europeo te ayudarán a comprobarlo. Visitando el barrio europeo no te pierdas el parque del Cincuentenario y su majestuoso arco del triunfo.
De vuelta al centro, puedes visitar el palacio de la Bolsa, la basílica del Sagrado Corazón y, por supuesto, cualquier local que prepare los clásicos gofres o que sirva una de las mejores cervezas del mundo.
Seguro que mientras viajas de vuelta a París no tardarás en recordar los mejores momentos de tu excursión.
¿Cómo llegar a Bruselas?
Hay 313 kilómetros entre París y la capital belga. En coche podrías tardar en torno a las tres horas y media.
Los trenes Thalys salen de la Gare du Nord y cubren el trayecto en 90 minutos. Hay más de 20 trenes al día, por lo que podrás viajar a primera hora de la mañana y regresar por la noche con la máxima comodidad.
8. Reims y Champagne una entrañable excursión desde París
La posibilidad de combinar la visita a una ciudad con grandes atractivos y terminar el día recorriendo algún pueblo de la región de Champagne es siempre atractiva.
En Reims encontrarás un poco de todo, por lo que resulta adecuado no perderse algunas visitas tan esenciales como las siguientes:
- La catedral de Notre Dame es del siglo XIII y fue elegida por múltiples reyes galos para su coronación. Sus dos campanarios, el rosetón frontal y una larga serie de capillas la convierten en uno de los templos francés de mayor valor artístico.
- En Domaine Pomery podrás ver cómo se fabrica el champán y asombrarte con las fosas cavadas en la tiza que recorren el subsuelo de la ciudad. Todo sea por almacenar unos 20 millones de botellas en óptimas condiciones.
- La casa Mumm es otro de los puntos clave para conocer los secretos de una de las marcas de champán mejor valoradas.
- El palacio Tau fue una villa romana, luego un edificio carolingio, gótico en el siglo XVI y barroco el siglo siguiente.
- La residencia de los reyes es, desde el siglo pasado, la sede del museo de l’Euvre que destaca por una amplia colección de estatuas y objetos religiosos.
- La abadía de Saint-Remi es del siglo VI, pero en su fachada principal hay dos imponentes torres de piedra que te invitan a descubrir sus secretos. Es tan amplia que podrás recorrerla tranquilamente sin que te molesten.
Respecto a las ciudades de la región, hay algunas zonas y localidades que te harán tener una visión más completa de su relación con la antedicha gran ciudad.
Es el caso de Fismes, con una importante iglesia restaurada recientemente y múltiples zonas verdes. En el valle del Ardre encontrarás vestigios del románico francés.
En lugares como Marfaux, Chambrecy, Sacy o Chamery, por citar algunos, tendrás la opción de recorrer callejuelas estrechas, probar una comida deliciosa y, especialmente, degustar el mejor champán con la compañía que prefieras.
¿Cómo llegar a Reims y a la región de Champagne?
La ciudad está a 145 kilómetros de París, por lo que el recorrido tiene una duración de unos 90 minutos en coche.
En tren, el recorrido puede ser de unas dos horas a una hora si eliges la alta velocidad. La frecuencia de trenes supera los 20 por jornada, así que no tienes excusa para organizar tu excursión.
Una vez en Reims, puedes alquilar un coche para recorrer los alrededores con mayor autonomía.
9. Normandía entre las excursiones desde París imprescindibles
Esta región de Francia incluye atractivos ya mencionados, como Mont Saint-Michel, y una amplia oferta de propuestas que la convierten en una de las excursiones desde París casi obligatorias.
Para recorrerla en su totalidad necesitarías al menos dos o tres días, por lo que prefiero comentarte todos sus atractivos para que seas tú quien elija la ruta más conveniente.
Las playas del desembarco de Normandía son perfectas para recordar cómo el seis de junio de 1944 los aliados llegaron a controlar hasta 80 kilómetros de costa.
La operación Overlord fue un éxito que terminó con el nazismo en Europa. En la actualidad, hay restos de esta operación militar en Omaha Beach, el Pointe du Hoc, Arromanches y las Batteries de Longues.
Recordar tan duros momentos para el viejo continente ayuda a reflexionar. Pero Normandía también incluye espacios naturales muy atractivos como los acantilados de Étretat.
El famoso «ojo de aguja» tiene 70 metros de alto y le da una pincelada distinta a esta parte de la costa francesa. Las vistas son preciosas y te permiten apreciar el canal de la Mancha y la Manneporte.
Si te gustan los pueblos típicos, con buena comida, con una arquitectura clásica y repletos de tiendas de antaño, en Honfleur encontrarás todo lo anterior.
El pueblo cuenta con un muelle de 1681, el Vieux Bassin, con la iglesia de Sainte-Catherine (1468) y con unas callejuelas en las que podrás perderte para vivir la esencia del pueblo.
Caen es una localidad en la que es posible comprobar tanto los daños que experimentó durante la Segunda Guerra Mundial como su patrimonio museístico. Es el caso del Memoria de Caen, un museo dedicado a la paz que se construyó en un búnker alemán abandonado.
Muy cerca tienes el barrio medieval donde encontrarás la abadía de los hombres, un bonito castillo, Escoville (una preciosa casa renacentista) y la iglesia de Saint-Pierre.
El contraste entre el homenaje a lo sucedido a mitad del siglo XX y su pasado histórico convierten a Caen en una de las paradas obligadas en tu ruta. Teniendo en cuenta la extensión de sus playas y su ubicación, podrías elegir una de ellas para pasar un rato de descanso entre un punto y otro.
En Deauville encontrarás la más famosa de la región. Sus casetas de madera, sus sombrillas y un paseo marítimo con hoteles y tiendas de lujo te harán sentirte como una estrella. El ambiente selecto y el extremo cuidado de los edificios más históricos son las señas de identidad de una ciudad que marca la diferencia.
En Le Havre podrás seguir comprobando por qué tu excursión a Normandía fue todo un acierto. La localidad fue arrasada durante el mencionado conflicto bélico.
Fue Augustu Perret el encargado de reconstruirla y logró un espléndido resultado que se transformó en el reconocimiento de la localidad como patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
El equilibrio entre el pasado y el presente es muy acertado. Así, la iglesia de Saint-Joseph, con una torre octogonal de 110 metros de altura, compite con otro mirador privilegiado sobre la ciudad: el del ayuntamiento.
Visitar la vivienda de Perret, la Maison de l’Armateur o el museo de arte moderno confirma que la mezcla de tendencias arquitectónicas y artísticas es una realidad.
Dirígete al puerto para comer junto al mar cualquiera de los exquisitos platos de la fantástica gastronomía normanda.
Finalizamos nuestro amplio recorrido por Normandía en Bayeux. Es famosa gracias a ser la primera que liberaron los aliados. Te adelantamos que es una de las villas más bonitas de la región.
Hay dos puntos clave durante tu visita. El primero es contemplar el tapiz bordado a mano en el siglo XI donde se refleja cómo Guillermo I El conquistador logró llegar a Inglaterra.
El museo memorial de la batalla de Normandía es el que guarda mayor número de fotografías, objetos y documentos. Muy cerca, encontrarás un cementerio donde siguen descansando eternamente centenares de soldados que dieron su vida por la paz.
En el casco antiguo no te pierdas las catedral (de 1077 con agujas y torres del siglo XIII) y el jardín botánico (de 1864). El ambiente tranquilo de sus calles es una invitación directa a que te relajes y a que aprecies todo lo que hayas visto durante tu excursión.
¿Cómo llegar a Normandía?
La distancia entre París y Normandía es de 228 kilómetros a la localidad homónima. En coche tardarás casi tres horas dependiendo del tráfico.
En tren tardarás en torno a las dos horas, pero todo dependerá de la ciudad que elijas como destino. A cada ciudad podrás llegar en un tren regional, de larga distancia o de alta velocidad. Dependiendo de tu elección, revisa la estación de partida.
Lo suyo, como ya te he comentado, es dedicarle varios días a la región. Sin embargo, para quienes no tienen más que un día para hacer una excursión, hay excursiones interesantes desde París. Una de ellas es esta excursión a las playas del Desembarco de Normandía.
10. Provins, un viaje a la época medieval
Esta ciudad medieval fue declarada en 2001 patrimonio de la humanidad por la UNESCO y es una de las excursiones desde París que te ofrecerá la oportunidad de hacer un viaje en el tiempo.
Desde que llegas a la ciudad hasta que te desplazas al centro podrás ir apreciando cómo se sigue respetando la arquitectura original y se evitan las modernidades que pueden arruinar el conjunto.
Las casas con vigas de madera y fachadas de piedra incluyen tiendas de antaño, restaurantes y todo lo que necesitas para que tu visita sea perfecta.
La fortificación medieval incluye 22 torres y tiene una extensión total de 1200 metros. Puedes comenzar tu recorrido en la torre César, del siglo XII y con una de sus campanas originales.
La colegiata de Saint-Quirace (siglo XII), la iglesia de la Sainte Croix, el hotel de Vauluisant (siglo XIII) o el Tour Notre Dame du Val (1544) son solo algunos de los puntos clave de tu recorrido por este precioso pueblo.
Puedes comer en la Hostelleire de la croix d’Or, primer albergue de Francia y hoy en día un restaurante excepcional.
Déjate llevar por cada calle, rincón o plaza para empaparte de la cultura de Provins, una visita obligada si viajas a Francia.
¿Cómo llegar a Provins desde París?
La distancia entre París y Provins es de 92 kilómetros. En coche llegarás en unos 70 minutos, mientras que el tren tarda unos 15 minutos más.
Si eliges la última opción, ir en tren, consulta la estación de la que parte el de tu compañía y evita los regionales, ya que el viaje se alarga demasiado.
11. Chantilly, entre los pueblos más visitados desde París
Es uno de los pueblos más visitados por quien viaja a París y una de las excursiones más populares desde París gracias a su cercanía y valor histórico.
Es muy aconsejable esta visita al contribuir a despejarte un poco del trajín parisino y a apreciar monumentos y edificios que te dejarán con ganas de más.
El palacio de Chantilly está en medio de 7800 hectáreas de bosque e incluye el museo Condé. Fue fortaleza medieval y en 1484 se le ofrece como herencia a la familia Montmorecy. En 1530 se construye la primera mansión y 30 años después la segunda.
Luis XIII, en el siglo XVII, construye la casa de Sylvie tras confiscar el edificio al considerar que Enrique II de Montmorecy fue desleal y al que ordenó que lo decapitasen.
En 1643 el palacio vuelve a ser propiedad de los Monmorecy. Luis II Borbón Condé contrató a André Le Nôtre, que terminaría siendo el jardinero del palacio de Versalles, para crear un jardín muy especial.
El hijo del monarca a mediados del siglo XVIII ordenó a construir el Hameu (que María Antonieta usó como inspiración para el pequeño Hanon de Versalles), el jardín anglo-chino, el castillo de Enghien y el Jeu de Paume.
El palacio se usó como prisión y sus colecciones de obras de arte se llevaron al museo del Louvre. El monumental edificio se divide en dos partes. El Château Grand se reconstruyó en el siglo XIX, el Château Petit data del siglo XVI.
En los apartamentos encontrarás la Antecámara y la sala de guardia (ambas del siglo XIX). La cámara del príncipe, el rincón del príncipe, la sala de música y la Gran Singerie (un tocador con pinturas de Huet) son del siglo XVIII.
Para revivir cómo era el día a día en el palacio, es aconsejable que pases por el salón de Guisa (no te pierdas los retratos familiares), la cámara y el tocador de la duquesa (con decoración estilo Luis XIV).
También es aconsejable visitar la Petit singerie (un segundo tocador), el salón Condé, la cámara del duque de Aumale y el salón de mármol de inspiración renacentista.
Del siglo XIX encontrarás el gabinete de los libros (con 13 000 volúmenes y más de 1000 manuscritos de incalculable valor) y la capilla, ambas obras de Daumet.
En el museo Condé, el segundo museo más importante de pintura antigua de Francia tras el Louvre, se divide en diversas galerías ordenadas cronológicamente. Como curiosidad, la denominada La Tribuna es una fiel reproducción de la galería Uffizi de Florencia.
La zona exterior tiene como punto más interesante los establos. Fue Luis Enrique de Borbón-Condé quien le encargó su diseño a Jean Aubert que los construyó en el siglo XVIII.
En los establos pueden albergar más de 200 caballos y hasta 500 perros. En sus instalaciones se encuentra el museo vivo del caballo.
El jardín francés está dividido por el gran canal de la ciudad. El jardín inglés, obra de Dubois, incluye el templo de Venus, un lugar dedicado al amor.
Otras zonas interesantes son el Jeu de Paume (una pista de tenis de 1756), la casa de Sylvie y el palacio de Enghien. La visita puede durar entre tres y cuatro horas si quieres verlo todo con tranquilidad.
Tras tu paseo, pasea por una ciudad que se divide en dos partes. La primera es la que rodea la rue de Connetable y la segunda la avenida del mariscal Joffre.
A partir de ahí, decide dónde comer y terminar con un postre que incluya la famosa crema que le da nombre a la localidad. Seguro que esta excursión te resulta de las más interesantes de tu estancia en París.
¿Cómo llegar a Chantilly?
Es bastante fácil al estar solo a 50 kilómetros del centro de la capital. El trayecto en tren tarda unos 25-30 minutos. Te será más fácil llegar en tren, que salir de la ciudad en coche o en autobús.
Sumando la oferta de las distintas compañías hay 33 trenes diarios, lo que te permite organizar tu excursión de forma adecuada para sacarle el máximo partido a tu día. Es una de las excursiones desde París más sencillas de realizar.
12. Avers-sur-Oise, la localidad de impresionistas y obras pictóricas
Tiene como sobrenombre «el pueblo de los impresionistas» al incluir todo tipo de atractivos para los que quisieron plasmar sus bellos paisajes y monumentos.
Para los amantes del arte es una de las excursiones desde París que sin lugar a dudas les encantará. Para su visita resulta más fácil comenzar la ruta por la ciudad tomando como punto de partida las obras pictóricas que la inmortalizaron.
Vincent Van Gogh está enterrado, junto a su hermano, en el cementerio de la ciudad y convirtió a la escalera de Auvers y a la fachada de la iglesia (del siglo XII y restaurada en el XVI) en dos de sus mejores cuadros.
Al caminar por la ciudad encontrarás una ruta con indicativos de cuáles fueron los edificios que plasmó para siempre el pintor holandés.
Al recorrerla encontrarás paradas indispensables como la que permite ver Auberge Ravoux, el modesto hostal donde se hospedó, y la villa de Paul Gachet, el médico que trató también a Cézanne (que pintó La casa del ahorcado ) y Pisarro.
Del famoso cuadro Paisaje con el castillo de Auvers te adelanto que lo que se refleja es una residencia del siglo XVII rodeada de bellos jardines. A pocos metros está el museo de la absenta.
Sería positivo que visitaras también la casa-taller del pintor Daubigny y pasear por sus jardines.
La estatua dedicada a Van Gogh, un laberinto de calles estrechas y una arquitectura muy bien conservada contribuyen a que te sientes a comer y a que te lleves algún recuerdo de una ciudad que conserva su encanto natural.
¿Cómo llegar a Avers-sur-Oise desde París?
La ciudad está a solo 35 kilómetros de París. En coche el trayecto es de poco más de una hora unos 45 minutos aproximadamente. En tren llegarás entre 30-40 minutos siendo este el mejor medio de transporte para tu desplazamiento.
13. Rouen, atractiva y única
Fue muy castigada por las bombas nazis, pero, afortunadamente, se pudo salvar buena parte de su patrimonio. Actualmente es una de las ciudades más importantes de Normandía por acumular una serie de atractivos que la convierten en única, una de las excursiones obligatorias desde París que no deberías perderte.
La catedral de Notre-Dame es uno de los mejores ejemplos del gótico francés. Su flecha de hierro fundido supera los 150 metros de altura. La iglesia de Saint-Maclou y su atrio son una clase práctica sobre el gótico flamígero.
El palacio de justicia es el edificio gótico civil más grande del país e incluye la Casa sublime, un monumento en homenaje a los judíos. El famoso Gros Horloge es un reloj astronómico del siglo XIV que te sorprenderá.
La plaza del Vieux Marché (del siglo XV), la torre y la plaza dedicada a Juana de Arco y el Bureau des Finances completarán tu recorrido. En cada calle del centro encontrarás algún tipo de atractivo, ve sin prisas para no perderte nada.
¿Cómo llegar a Rouen desde París?
Rouen está a 150 kilómetros de París. En coche se tarda unas dos horas en llegar por autopista. En tren el trayecto dura 90 minutos aproximadamente.
Existen más de 20 opciones durante el día para elegir el mejor horario desde la estación Saint-Lazare. Una vez más, la oferta de compañías juega a tu favor para poder encontrar un buen precio.
14. Palacio de Fontainebleau, residencia de reyes y nobles
El palacio de Fontainebleau se construyó sobre un antiguo castillo del siglo XII. Fue en el siglo XV cuando comenzó a adoptar el diseño actual tras años de declive.
Curiosamente, no es tan visitado como el antedicho palacio, pero tiene su encanto. Al haber menos turistas te asegura una experiencia más recomendable y mayor tranquilidad a la hora de recorrerlo.
En el pasado fue la residencia de verano de los reyes de Francia y una especie de oasis para los que querían huir del bullicio parisino. El palacio fue usado desde Luis VII hasta Napoleón III que llegó a abdicar su reinado en el salón principal.
Durante tu visita no te pierdas el salón de baile, el del trono, las estancias donde dormían los reyes, la capilla y dos museos: el chino y el de arte. Además, es la sede de la escuela de artes americanas y cuenta con la pista de tenis pública más grande de Francia.
En su museo encontrarás todo lo necesario para repasar el pasado de un edificio que debes recorrer con calma para apreciar su valor. Es recomendable visitar por la mañana, de esta manera dispondrás de todo el tiempo necesario para no perderte nada.
La zona exterior del castillo incluye tres jardines: el inglés, el italiano y el francés. Cada uno tiene sus peculiaridades y el paseo por tan magnífico entorno merece toda tu atención.
Antes de volver a tu alojamiento, pasea por Fontainebleau, una ciudad que se creó alrededor del palacio y que te conquistará con su cuidado diseño arquitectónico y con diversos locales para apreciar su gastronomía.
¿Cómo llegar al castillo de Fontainebleau desde París?
Si vas en tren, vete a la Gare de Lyon y coge el que sale cada hora. En 40 minutos estarás en tu destino. Al salir de la estación, coge el autobús que te dejará en la puerta del castillo.
Si prefieres ir en coche, la distancia es de 70 kilómetros entre el centro de París y Fontainebleau. En una hora, aproximadamente, podrás llegar a la ciudad y visitar un monumento tan histórico como imprescindible.
15. Chartres, capital del valle del Loira
La capital del valle del Loira está situada a la orilla del Eure y es conocida tanto por su excelente patrimonio histórico-artístico como por la celebración del Domingo de ramos que acumula a miles de visitantes.
La catedral de Nuestra Señora de Chartres comenzó a construirse en el siglo XII. Está considerada como uno de los edificios religiosos que mejor representa al gótico francés y se encuentra entre las excursiones desde París mejor valoradas.
Curiosamente, es de las pocas catedrales europeas que presentan una unidad estilística entre su fachada y sus torres al haberse construido en menos de 100 años. La UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad y los expertos confirman que sus vidrieras son las mejor conservadas del mundo.
Su base fue un templo románico que ardió en 1194. La nueva catedral fue sufragada por comerciantes, nobles y artesanos cuyos nombres aparecen en las vidrieras del famoso color azul de Chartres que, hasta la fecha, no ha sido posible reproducir.
La iglesia de Saint-Pierre fue, en su momento, la capilla de la abadía de Sain-Père-en-Valée (fundada por la reina Batilda en el siglo VII). Otro edificio religioso de enorme valor es la colegiata del siglo XII dedicada a San Andrés que en la actualidad es una sala cultural.
Entre otras iglesias, destacan las de Saint-Martin-au-Vall (del siglo XII, en el interior del hospital de Saint-Brice) y la de Saint-Aignan (de los siglos XIII, XVI y XVII).
Todo lo anterior se encuentra en el casco antiguo que, a su vez, se divide en dos partes principales. La alta se construyó alrededor de la catedral. La baja a la orilla del río. Ambas permiten apreciar la combinación del estilo románico con el estilo más renacentista.
La confirmación de esta mezcla es la plaza de la Poissonerie, donde se vendía pescado diariamente desde el siglo XV hasta el siglo pasado. Lamentablemente, en el último cuarto del siglo XIX se optó por demoler los edificios que la rodeaban terminando esta operación a mediados del siglo XX.
En definitiva, Chartres es una ciudad tranquila, con muchos atractivos y con una oferta de hostelería y cultural que invita a visitarla.
Si vas a hacer la ruta de los castillos del valle del Loira, está parada obligatoria puede ser un buen punto de partida o el punto final a tu recorrido por una zona tan interesante. Los Castillos del Valle del Loira es una de las excursiones desde París que sin duda no te dejará indiferente.
¿Cómo llegar a Chartres desde París?
La distancia entre el centro de París y Chartres es de 91 kilómetros, lo que te llevará en coche en torno a unos 80 minutos. Hay trenes directos que hacen el recorrido en poco más de una hora.
Los trenes salen de la estación Montparnasse y la frecuencia de paso es bastante alta. Así te será mucho más fácil organizar tu horario y no tener que recorrer tan bella ciudad sin mucho tiempo para disfrutarla.
Recomendaciones para tus excursiones de un día desde París
Para que las propuestas anteriores te permitan disfrutar de un día perfecto es necesario que tengas en cuenta algunos consejos:
- Elige el día de tu viaje antes de llegar a París. El motivo no es otro que el ahorro en los billetes de tren. Reservando con anticipación obtendrás mejores precios.
- Consulta los días de apertura de los monumentos de tu interés y si hay alguna jornada de puertas abiertas durante la semana. Piensa que las entradas en algunos casos superan los 30 euros por persona. Pagar menos, o nada, por la visita seguro que te parece atractivo.
- Cuanto más lejos esté tu destino final, antes debería comenzar tu viaje. Si coges un tren a las seis de la mañana, por ejemplo, y llegas a las ocho a tu destino tienes todo el día para ver y realizar cualquiera de tus excursiones de un día desde París.
- Te he comentado que en algunas visitas es necesario alquilar un coche. Hacerlo con cierta antelación, y comparar precios entre las distintas agencias, te ayudará a asegurarte que vas a tener tu vehículo esperándote cuando llegues. Dependiendo de la fecha de tu viaje, especialmente si quieres hacer el recorrido en verano, no te será muy fácil encontrar un coche disponible.
- Amplía la información que te he dado. Como es lógico, he resumido muchísimo los atractivos de cada localidad, pero hay mucho más por descubrir. Busca la información que consideres necesaria y así te será más fácil decidirte llegado el momento.
El objetivo de este artículo es explicarte que si bien París es una ciudad repleta de monumentos y puntos de interés, siempre es positivo aprovechar tus días de viaje para recorrer zonas cercanas.
Si te llega a cansar el ritmo de vida en la ciudad, nada mejor que escaparse al menos 24 horas para vivir otro tipo de experiencias.
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