
Además de lo muchísimo que hay que ver y hacer en la capital alemana, en los alrededores de Berlín también hay muchas cosas interesantes que visitar. En este post te sugiero algunas de las mejores excursiones desde Berlín que se pueden hacer en un día.
Berlín en sí ya es una ciudad muy interesante que bien merece varios días completos (lo ideal para ver lo más importante en mi opinión son 3 días), pero además es perfecta como campo base para explorar varios destinos de Alemania que valen mucho la pena.
Por otra parte, a nivel de transporte todo es muy fácil, ya que la red de trenes alemana está muy desarrollada y es muy cómodo moverse de ciudad a ciudad en tren. Y como podrás imaginar, desde Berlín todavía lo es más ya que es un hub de transporte ferroviario muy importante.
Estas son algunas de las mejores excursiones desde Berlín:
Las mejores excursiones desde Berlín de 1 día
1. El campo de concentración Sachsenhausen, una visita impactante

El campo de concentración Sachsenhausen, a menos de 40 kilómetros de la capital alemana, es sin lugar a dudas una de las excursiones más populares que se pueden hacer desde Berlín,.
Es una visita realmente impactante, dura, nada agradable, que invita a reflexionar sobre los horrores del nazismo.
El campo, construido en 1936, fue diseñado para someter a los detenidos al control de las SS. Hasta la liberación por las tropas aliadas, en 1945, más de 200.000 prisioneros pasaron por allí, de los cuales alrededor de 30.000 murieron por ejecuciones, enfermedades, trabajos forzados y condiciones inhumanas.
Desde 1993, Sachsenhausen es un museo y memorial dedicado a honrar a las víctimas y documentar las terribles vidas de los prisioneros.
La visita incluye lugares significativos como los barracones originales, las torres de vigilancia, las salas de castigo y el crematorio. Destacan el Barracón 38, ahora un museo sobre los prisioneros judíos, y el edificio de celdas de castigo, donde ocurrieron torturas y asesinatos.
El campo de concentración de Sachsenhausen está situado a unos 40 km de Berlín en la localidad de Oranienburg. Muy cerca como ves… lo que facilita mucho esta visita.
Llegar es fácil, solo tienes que coger el tren (p.ej en la estación de Friedrichstrasse) hasta la estación de Oranienburg y de allí puedes llegar caminando hasta la entrada del campo en un paseo de unos 20 minutos. También hay un autobús que te deja en la puerta.
Esta línea de trenes tiene mucha frecuencia y no tendrás que esperar más de 20 minutos para que salga uno.
También puedes contratar una excursión organizada al campo de concentración de Sachsenhausen si lo quieres todo más fácil. Contar con un guía en español te hará la visita mucho más interesante. Aprenderás mucho más de lo que ahí pasó que si vas por tu cuenta..
2. Potsdam, la “Versalles alemana”

Los escasos 30 kilómetros que separan a Berlín de la conocida como «Versalles alemana» también hacen que sea una visita de un día ideal. Son muchos los alicientes de una rica historia y arquitectura, así como los numerosos parques y monumentos que distinguen a Potsdam.
Esta ciudad destaca por sus palacios, con una mención muy especial para el famoso Palacio de Sanssouci, antigua residencia de los reyes prusianos, declarado Patrimonio de la Humanidad. Este palacio rococó, con sus jardines elegantes y terrazas, fue residencia de verano de Federico II el Grande.
El palacio es una auténtica maravilla.
Potsdam alberga unos cuantos tesoros arquitectónicos más, como:
- el Palacio Nuevo, impresionante obra barroca de ladrillo visto con una icónica cúpula de cobre verdoso;
- el Palacio de Babelsberg, a orillas del río Havel;
- el Palacio de Charlottenhof, elegante palacete neoclásico inspirado en una villa romana;
- o el Palacio de Cecilienhof, famoso por ser sede de la Conferencia de Potsdam.
Por propia experiencia ya te digo que si tienes pocos días para visitar Berlín es probable que dudes entre visitar el Palacio de Charlottenburg situado en la propia capital alemana y el Palacio Sanssouci de Potsdam. Los dos valen mucho la pena, pero éste último es más espectacular.
Puedes llegar muy fácilmente en tren en un trayecto que te llevará poco más de 30 minutos. Tienes trenes que salen desde varias estaciones de Berlín como Alexanderplatz o la Berlin Central Station.
También puedes optar por esta excursión con guía en español que además de Potsdam incluye el Palacio de Charlottenburg. Una manera interesante de optimizar tu tiempo y ver mucho en un día.
3. Wittenberg, la cuna de la Reforma luterana

No más de 100 kilómetros separan a Berlín de la histórica ciudad de Wittenberg. Es la cuna de la Reforma protestante, donde Martín Lutero nació y desarrolló la mayor parte de sus trascendentes actividades, en el siglo XVI.
Situada a orillas del río Elba, la ciudad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, ya que atesora diversos monumentos que conmemoran el legado luterano, hasta el punto de que algunos denominan a Wittenberg la “Roma de los protestantes”.
Entre ellos, destaca la iglesia del Castillo, en cuyas puertas clavó Martín Lutero, en 1517, las famosas 95 tesis.
Igualmente, la Plaza del Mercado, donde se encuentran el Ayuntamiento y el Memorial de Lutero, así como la Lutherhaus, antigua residencia del reformador religioso que funciona actualmente como un museo y exhibe parte de sus objetos personales.
Otro punto emblemático de la ciudad es el Roble de Lutero, plantado en 1830 para recordar el lugar en el que, en 1520, partidarios de Lutero quemaron textos de la Iglesia Católica.
Para esta visita también hay disponible una excursión organizada, o puedes llegar por tu cuenta en tren en unos 45 minutos desde la Berlin Central Station.
4. Dresde, la “Florencia del Elba”

Otras de las mejores excursiones desde Berlín, a unas dos horas hacia el sur, conduce a la ciudad de Dresde, conocida como la «Florencia del Elba». Es famosa por su arquitectura barroca y su animada escena cultural.
Dresde fue una de las ciudades alemanes que sufrió mayor devastación durante los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial. Su centro histórico resultó arrasado, pero una cuidadosa restauración ha conseguido que recupere gran parte de su esplendor.
La capital de Sajonia, dividida en dos partes por el Elba y comunicada por el hermoso puente Augustusbrücke, destaca por su patrimonio artístico.
En la ribera izquierda se encuentra la ciudad antigua (Altstadt), llena de palacios e iglesias históricas, mientras que, al otro lado del río, en el Neustadt, se encuentra el Barockviertel, también conocido como “barrio del Barroco”.
Dresde está repleta de joyas arquitectónicas, como la iglesia barroca de Nuestra Señora (Frauenkirche); el Palacio Zwinger, joya barroca del siglo XVIII, rodeado de jardines y museos como la Galería de los Maestros Antiguos; o la iglesia de la Santa Cruz (Kreuzkirche), la más grande de Sajonia.
Como ya te he comentado, el trayecto desde Berlín en tren o coche dura unas dos horas, y aquí, una vez más, también hay una excursión organizada con guía en español que además de Dresde incluye la encantadora ciudad de Meissen.
5. Meissen, la cuna de la porcelana en Alemania

Te la acabo de mencionar en la excursión combinada Dresde y Meissen en el punto anterior. Y la verdad es que las dos ciudades son una visita que combinan muy bien.
A poco más de 200 kilómetros hacia el sur se encuentra, a orillas del río Elba, la ciudad histórica de Meissen. Reconocida por aspectos que bien merecen convertirla en una de las mejores excursiones desde Berlín, como ser la cuna de Sajonia y famosa por su porcelana única.
Fundada en el siglo X, la ciudad destaca por su impresionante casco antiguo de empinadas calles adoquinadas y su arquitectura medieval, con ejemplares como:
- la imponente catedral gótica con sus dos grandes torres;
- el edificio del Ayuntamiento;
- la iglesia Frauenkirche, edificio gótico tardío de finales del siglo XV;
- o el majestuoso Castillo de Albrechtsburg, uno de los palacios más sde Alemania, construido hacia finales del siglo XV en estilo gótico tardío.
Meissen destaca de forma muy especial por ser el primer lugar de Europa donde se fabricó porcelana, el «oro blanco» de la época, desde el año 1710, llegando hasta la actualidad como la marca de las dos espadas cruzadas, de renombre mundial.
Incluso, cuenta con su propio museo, en el que también se pueden adquirir sus cotizadas piezas.
Para llegar a ella, puedes hacerlo en tren en un trayecto de unas dos horas y media que, a diferencia de Dresde que el trayecto es directo, incluye un cambio de tren. También puedes optar por esta excursión organizada que te ya te comenté al hablar de Dresde.
6. Leipzig, la capital musical de Alemania

Leipzig, situada a una hora y cuarto en tren desde Berlín, es uno de los destinos más populares del este de Alemania.
Esta ciudad del estado de Sajonia es un destacado destino cultural reconocido como la capital musical de Alemania, y es que Leipzig fue hogar de compositores como Bach, Mendelssohn, Schumann y Wagner.
Ese legado se celebra en instituciones como el Museo Bach y la Iglesia de Santo Tomás (Thomaskirche), donde trabajó Bach y reposan sus restos.
Además, Leipzig es un importante centro universitario y comercial, con una energía juvenil y una amplia escena creativa que aumenta su popularidad año a año.
Leipzig cuenta con un interesante casco antiguo en el que destaca su hermosa catedral y el antiguo Ayuntamiento, icónico edificio renacentista.
Otro importante hito histórico de la ciudad, como es la victoria de 1813 frente a las tropas napoleónicas, se conmemora con el Monumento a la Batalla de las Naciones (Völkerschlachtdenkmal), imponente estructura de 91 metros de altura.
7. El bosque navegable de Spreewald

Spreewald, es otro de esos lugares que bien merece estar en cualquier lista de las mejores excursiones desde Berlín. Se trata de una hermosa región de bosques y canales, que ofrecen un paisaje único, y que se encuentra a solo una hora de la capital alemana
Este paraíso natural ha sido declarado Reserva de la Biosfera en reconocimiento de sus bosques y paisajes de lagos. Este peculiar bosque milenario navegable, con más de 200 canales accesibles para paseos en barca, es muy popular también entre los propios locales y un desahogo para los berlineses.
Los principales accesos se encuentran en las localidades de Lübbenau, que ofrece un hermoso casco antiguo, con la iglesia barroca de San Nicolás, y Lehde, un pequeño pueblo antiguo y pintoresco.
En esta zona, hogar de los Sob, una de las dos minorías reconocidas en Alemania, existen también muchas posibilidades para realizar otras actividades al aire libre, como senderismo o ciclismo, y degustar especialidades culinarias como sus famosos pepinos encurtidos.
En tren directo tardarás poco más de una hora en llegar a Lübbenau. Para visitar este lugar también hay tours organizados disponibles.
8. Tropical Islands, un paraíso acuático tropical en Alemania

A poco más de una hora de Berlín en coche, se encuentra uno de los más interesantes centros de ocio de Alemania. Se trata de Tropical Islands, el complejo tropical cubierto más grande de Europa. Un curioso contraste con el frío que hace buena parte del año en esa zona.
Ubicado en las instalaciones de antiguos hangares, ofrece un auténtico paraíso tropical durante todo el año, con un clima constante de 26 grados.
Tropical Islands aloja playas artificiales, piscinas, parques acuáticos, saunas y una gran variedad de actividades. El complejo ocupa nada menos que 10.000 metros cuadrados con servicios de spa y masajes, zonas de bienestar y múltiples opciones de entretenimiento.
Destacan, por su popularidad, la imponente selva tropical interior, con 50.000 plantas y animales exóticos, como flamencos y faisanes, así como la enorme piscina del Mar del Sur, de 200 metros de arena y palmeras.
Además, el complejo incluye la torre de toboganes más alta de Alemania, el canal artificial de aguas bravas más largo del país y un simulador de olas artificiales que permite practicar el surf.
9. Magdeburgo, historia antigua y modernidad arquitectónica

A solo 150 km de Berlín, en la región oriental de Sajonia-Anhalt, se encuentra la histórica Magdeburgo, una de las ciudades más antiguas de Alemania. Con más de 1.200 años de historia, Magdeburgo es famosa por su rica herencia cultural y su arquitectura.
La ciudad sufrió importantes devastaciones, como el tristemente famoso Saqueo de Magdeburgo, en 1631, durante la Guerra de los Treinta Años.
Pero, ha sabido siempre levantarse hasta presentar en la actualidad una fascinante mezcla de monumentos históricos y arquitectura contemporánea.
Su casco antiguo es considerado uno de los más bellos de Alemania, con joyas como la Catedral de San Mauricio y Santa Catalina, uno de los monumentos más impresionantes y destacados de estilo gótico de toda Alemania, de principios del siglo XIII; o la Torre de San Lucas, todo un símbolo en pie de las antiguas fortificaciones defensivas.
Pero, Magdeburgo presenta también una cara moderna caracterizada por su arquitectura innovadora y su vida cultural dinámica, con hitos como la Ciudadela Verde (Grüne Zitadelle) y su integración con la naturaleza o la icónica Jahrtausendturm, gran torre moderna de madera con 60 metros de altura.
10. El lago Wannsee, la “playa de Berlín”

Esta es otra de las mejores excursiones desde Berlín, por su cercanía y la belleza natural incomparable del entorno. A unos 20 kilómetros de la capital se encuentra este lago, formado por otros dos lagos interconectados, como son el Grosser Wannsee y Kleiner Wannsee.
Es un destino muy popular no solo para los turistas, sino entre los mismos berlineses. Con sus aguas cristalinas, es ideal para actividades al aire libre como navegar, nadar y hacer picnic.
En sus orillas, se encuentra lo que muchos conocen como la “playa de Berlín”, el Strandbad Wannsee, donde también se pueden realizar deportes acuáticos.
La zona también cuenta con importancia histórica, ya que en la cercana Villa Marlier se celebró la Conferencia de Wannsee el 20 de enero de 1942. Allí, altos cargos nazis planificaron la «Solución Final», que condenó a la muerte a cientos de miles de prisioneros judíos.
Actualmente, la villa es un Monumento al Holocausto y se puede visitar como museo.
11. Hamburgo, la metrópoli portuaria de ambiente cosmopolita

Aunque Hamburgo se encuentra a casi 300 kilómetros de Berlín, es una visita que merece mucho la pena y esa distancia puede recorrerse en tren en algo menos de dos horas.
La segunda ciudad más grande de Alemania es un centro cosmopolita conocido por su puerto, arquitectura moderna y animada vida nocturna.
A pesar de la gran destrucción sufrida durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad ha sido restaurada admirablemente, especialmente en su casco histórico (Altstadt), en las orillas del río Alster.
Aquí, destacan edificios como el majestuoso Ayuntamiento, del siglo XIX o la iglesia Catedral de San Pedro, la más antigua de la ciudad, construida en el siglo XI y reconstruida también hacia finales del XIX.
Además de la importancia de su puerto, segundo más grande de Europa y noveno del mundo, aun siendo fluvial, sobre las aguas del río Elba, que lo comunican con el Mar del Norte, hay que destacar su famosa zona portuaria de HafenCity.
En Hamburgo también se encuentra Speicherstadt, el complejo de almacenes portuarios más grande del mundo, atravesado por canales, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
12. Schwerin y su imponente castillo sobre el lago

A algo más de dos horas de Berlín se puede visitar Schwerin, la capital más pequeña de Alemania, reconocida por su especial belleza natural, histórica y arquitectónica.
Su reclamo turístico más importante es su imponente castillo, Schloss Schwerin, ubicado sobre el lago Schweriner.
Este castillo de nada menos que 635 habitaciones está considerado como uno de los más hermosos de toda Alemania, descansando sobre una isla del lago como en un cuento de hadas.
Inspirado en los castillos del valle del Loira, a menudo es conocido como el “Neuschwanstein del norte” y está rodeado de jardines que ocupan prácticamente toda la isla.
Durante siglos ha sido residencia de los duques de Mecklemburgo y actualmente alberga un museo y el parlamento regional.
Además del castillo, la localidad de Schwerin cuenta con un encantador casco antiguo conectado al castillo por puentes y jardines como el Schlossgarten.
Este centro histórico de calles empedradas cuenta con monumentos históricos, como la Catedral de Schwerin, obra maestra del gótico, con su torre de 117,5 metros; el ayuntamiento de estilo gótico; o el Löwendenkmal, emblemático monumento del león.
13. Rheinsberg, la ciudad del majestuoso palacio de Federico el Grande

Rheinsberg está situado junto al Rhin, a menos de 100 kilómetros hacia el norte de Berlín. Esta ciudad, ubicada a orillas del lago Grienerick, es un destino pintoresco conocido por su conexión con Federico II de Prusia y, en especial, por la joya arquitectónica del Palacio de Rheinsberg.
Esta obra barroca rodeada de jardines de estilo inglés, fue residencia de Federico el Grande antes de su reinado y un refugio para sus actividades filosóficas y artísticas.
El majestuoso palacio, que sirvió de inspiración para otras obras como el Palacio de Sanssouci, fue ampliado y transformado en un edificio rococó de tres alas hacia mediados del siglo XVIII.
Actualmente, acoge el Museo de Literatura Kurt Tucholsky, exhibiendo objetos del escritor en su exilio.
Además, Rheinsberg ofrece una serie de actividades al aire libre, como paseos en barco, senderismo y ciclismo, rodeado como está de lagos y bosques.
El casco antiguo está repleto de pintorescas calles, con una arquitectura caracterizada por las casas-salón de mediados del siglo XVIII. Conserva, igualmente, monumentos de interés, como la iglesia de San Lorenzo, del siglo XIII.
14. La recreación de un poblado medieval de Düppel

Considerado como un museo al aire libre único, denominado Museumsdorf Düppel, esta interesante recreación de un asentamiento medieval eslavo del siglo XIII está considerada entre las mejores excursiones desde Berlín, a menos de media hora en coche desde el centro y con acceso bastante fácil en transporte público.
Ocupando una extensión de 12 hectáreas, Düppel ofrece réplicas de casas, talleres, graneros y campos, que se basan en los hallazgos arqueológicos de excavaciones realizadas en los años 60.
Permite a los visitantes explorar cómo era la vida cotidiana en la Edad Media, con actores que interpretan a artesanos y granjeros, que realizan actividades tradicionales con métodos medievales de alfarería, herrería o cestería.
En el pueblo se practican también cultivos con técnicas clásicas de rotación y la cría de animales en peligro de extinción, como la raza ovina Skudde. El área de Düppel también está rodeada por rutas naturales y se encuentra muy cerca del bosque de Grunewald.
15. La isla de los Pavos Reales, un refugio natural en el río Have

A unos 30 kilómetros de Berlín, accesible en ferri desde el cercano lago Wannsee, se encuentra la Isla de los Pavos Reales (Pfaueninsel), un hermoso refugio natural de 67 hectáreas en el centro del río Have.
Esta isla, declarada Patrimonio de la Humanidad, es famosa por sus pavos reales, que deambulan libremente y le han dado su nombre.
En la isla de los Pavos Reales destaca el pintoresco Palacio de Pfaueninsel, conocido como el Castillo Blanco. Fue construido por mandato del rey Federico Guillermo II como residencia de verano para su amante, la condesa Wilhelmina von Lichtenau.
La construcción, de finales del siglo XVIII, destaca por sus dos torres circulares conectadas por puente de hierro forjado y su exterior de paredes blancas. El palacio conserva en su interior su decoración ostentosa y mobiliario de la época.
Además, la isla cuenta con jardines, senderos tranquilos y vistas espectaculares, así como una casa de fieras que albergaba centenares de animales y fue precursor del zoológico de Berlín.
16. Bernau bei Berlin, una fortaleza medieval bien preservada

Bernau bei Berlin es una pintoresca localidad a solo 30 minutos de la capital, con fácil acceso en tren que la convierte en excelente candidata para una excursión de un día.
Situada en medio del espléndido Parque Natural de Barnim, combina historia medieval, arquitectura renacentista y belleza natural.
Famosa por sus murallas medievales de ocho metros de altura, que datan del siglo XV, la ciudad ofrece un casco antiguo bien conservado.
Entre sus atractivos monumentales cuenta con la histórica Puerta de Piedra, en estilo gótico tardío, que fue entrada principal de la ciudad y actualmente funciona como Museo de Historia Local, documentando el pasado de Bernau dei Berlin.
También destacan algunas iglesias góticas como las de San Jorge o Santa María y hay que reseñar que Bernau fue un importante centro para el movimiento de la Bauhaus, contando con el complejo arquitectónico de la Escuela Federal de Bernau, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Además, la ciudad también es conocida por su Festival Husita, donde se reviven torneos medievales.
17. Cottbus, la “perla de Lusacia”

A menos de dos horas de Berlín se encuentra Cottbus, una de las ciudades más orientales de Alemania, cercana a Polonia. A orillas del río Spree, la conocida «perla de Lusacia» destaca por su rica historia, arquitectura prusiana y exuberante naturaleza, en una de las zonas más verdes de Alemania.
Lo más famoso de Cottbus y su principal reclamo turístico es el parque Branitz con su palacio y jardines paisajísticos diseñado por el príncipe Hermann von Pückler-Muskau, que transformó el terreno plano en un paisaje ondulado en el que destaca de forma especial su palacio.
El palacio Branitz fue construido en estilo barroco a finales del siglo XVIII, conservando unos interiores esplendorosos.
El mismo Puckler hizo construir su mausoleo y el de su esposa en una isla en medio del lago artificial del parque, en el interior de una singular pirámide de tierra conocida como Pyramidensee.
Por su parte, el casco antiguo de Cottbus también es buena muestra de la arquitectura barroca, con obras monumentales como la Spremberger Turm, imponente torre de la puerta sur de las murallas, que data del siglo XIII.
18. Brandenburg an der Havel y su historia milenaria

Brandenburg an der Havel es una ciudad histórica situada a menos de 90 km de Berlín. Se trata de una de las ciudades más antiguas de Alemania, con más de 1.000 años de historia.
Muy reconocida por su centro histórico, que cuenta con valiosos ejemplos de arquitectura gótica de ladrillo rojo. Es el caso de la Catedral de San Pedro y San Pablo, símbolo destacado de la ciudad, cuya historia se remonta a Otto el Grande, en 948.
Brandenburg an der Havel combina historia medieval y bellos paisajes a orillas del río Havel, rodeada de lagos y canales y sumergida en su ambiente tranquilo y pintoresco.
Durante la Edad Media, Brandenburg an der Havel fue un importante centro económico y político que incluso establecía leyes que, posteriormente, se adoptaron en Berlín. Por eso, contaba con un sistema sólido de fortificaciones que se ha conservado bastante bien, incluyendo murallas, puertas de entrada y torres como la Rathenower o la del Molino.
También es destacable el Memorial de las Víctimas de la Eutanasia, que conmemora a más de 9.000 personas asesinadas por los nazis en esta pequeña localidad.
19. Rostock, historia medieval en la costa del Mar Báltico

El viaje de Berlín a Rostock, a algo más de 200 kilómetros al norte de Berlín, permite asomarse a la costa del Mar Báltico. Rostock, la mayor ciudad de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, es una histórica ciudad portuaria hanseática con más de 800 años de historia.
Actualmente, es un destino popular para cruceros con destino a los países nórdicos. Su casco antiguo se caracteriza por sus calles empedradas y edificios coloridos que presentan una arquitectura bastante similar a la de otras ciudades del norte europeo, como las polacas Cracovia o Gdansk.
Recorriendo la Nueva Plaza del Mercado (Neuer Markt), la principal de la ciudad, se pueden observar el conjunto de impresionantes edificios góticos, renacentistas y barrocos que la rodean.
Es el caso del imponente ayuntamiento cuyos orígenes datan del siglo XIII y que hoy, tras muchas reformas, presenta un estilo principalmente renacentista con toques de otros estilos Su fachada está adornada por siete torres puntiagudas.
También cabe destacar la famosa Iglesia de San Pedro (Petrikirche), con su torre de 117 metros de altura.
El puerto de Rostock, uno de los más importantes de Alemania, es perfecto para pasear y disfrutar del ambiente marino. Asimismo, la localización de Rostock permite disfrutar de playas de arena fina como la de Warnemünde.
20. Bad Saarow, refugio termal junto al lago Scharmützelsee

A unos 70 km al sureste de la capital, Bad Saarow también se debe incluir entre las mejores excursiones desde Berlín, por ser un encantador destino conocido por su ambiente relajado y su tradición como balneario.
Este pintoresco destino del estado de Brandeburgo es muy conocido por sus aguas termales curativas y su aire tranquilo. Está situada junto al lago Scharmützelsee, uno de los más hermosos del entorno, con 12 kilómetros cuadrados de superficie.
En las modernas instalaciones de Saarow Therme, restauradas para combinar su historia centenaria con la comodidad contemporánea, los visitantes pueden disfrutar de aguas termales, saunas y baños de barro con preciosas vistas al lago.
Bad Saarow también es muy popular por su oferta de actividades al aire libre, como senderismo, ciclismo y deportes acuáticos en el lago, que es un entorno ideal para nadar, pescar o dar paseos en barco.
Para no dejar de lado la historia medieval de la zona, se puede visitar el cercano castillo de Storkow, el más antiguo de Brandeburgo, que alberga un museo sobre su larga historia.
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