La Habana es una ciudad llena de tantos encantos y misterios que necesitarías, al menos, unos siete días para descubrirla medianamente bien. Sin embargo, poca gente dispone de tanto tiempo. En este artículo te propongo un itinerario de dos días en La Habana con lo más importante que hay que ver.
A la pregunta de ¿qué ver en La Habana en 2 días? le sigue una enorme lista de sitios casi inabarcable. Por tanto, dependiendo de qué tan bien logremos organizarnos en nuestra estancia por la ciudad, seremos capaces de vivir una grata experiencia y aprovechar al máximo el tiempo disponible.
Hay dos puntos fundamentales con los que debes partir para comenzar esta aventura:
Primero: Lo que desde el exterior se conoce como La Habana, en su mayoría se encuentra ubicado en el municipio Habana Vieja. Sin embargo, en otros municipios de la ciudad también encontramos atractivos importantes y por tanto en esta guía te propongo sitios que están también un poco más alejados del centro geográfico, sobre todo en Vedado.
Segundo: Para moverte de un sitio a otro, dentro de la ciudad, puedes tomar los taxis conocidos popularmente como “almendrones”, coches de las décadas 40 y 50 del pasado siglo, en su mayoría de origen inglés y norteamericano, que aún circulan por las calles cubanas gracias al ingenio local.
La Habana en 2 días
La Habana en 2 días: Día 1. La Habana Vieja
Si buscas facilidad para visitar la ciudad lo más práctico es que te alojes en uno de los hoteles habaneros que se erigen en las inmediaciones del Parque Central, o bien en alguna casa de renta particular de la barriada de La Habana Vieja..
No obstante, si no has podido encontrar sitio por la zona o si prefieres – por cualquier otra razón – , hospedarte en la zona de Vedado donde están hoteles tan populares como el Hotel Presidente, Habana Libre o el Hotel Nacional, no te preocupes, en sólo 5 minutos tomando un taxi estamos en el punto cero para empezar este itinerario para visitar La Habana en dos días.
Una manera de empezar tu visita por la ciudad es mediante un free tour. Te permitirá recorrer los monumentos más emblemáticos de la mano de un guía profesional que te dará buenas explicaciones y recomendaciones. Reserva tu free tour por La Habana aquí
Capitolio
Empieza tu visita en la zona del Parque Central con el Capitolio que es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de La Habana.
Te llamará la atención su increíble parecido con el hemiciclo de Washington y es que, precisamente, fue construido bajo el mandato del presidente Gerardo Machado a finales de la década de 1920, como un reconocimiento y regalo por las “excelentes relaciones” entre ambas naciones.
La edificación ha tenido diferentes usos desde su inauguración, pasando por allí el Senado de la República, la Academia de Ciencias, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y más recientemente se ha instalado la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Visitarlo en la actualidad es un verdadero lujo, porque recientemente, en 2019, ha culminado un largo proceso de restauración que se extendió por más de 10 años y que le ha devuelto a la institución el esplendor de antaño.
En torno al Capitolio también se encuentra la historia de su famoso diamante de 25 quilates, ubicado (una réplica en la actualidad) bajo su cúpula y que marca el Km 0 de la carretera nacional de Cuba.
La historia cuenta que este diamante fue robado y que por esa razón, cuando triunfó la revolución cubana fue retirado del sitio y puesto bajo custodia en las arcas del Banco Central.
Gran Teatro de La Habana
Justo al lado del Capitolio se encuentra una joya arquitectónica y cultural de la isla, el Gran Teatro de La Habana, que lleva por nombre Alicia Alonso, la más notable de las bailarinas que ha dado esa tierra e ícono del ballet clásico en el mundo.
Durante los años 2013 y 2015 el teatro, sede del Ballet Nacional de Cuba, fue sometido a un proceso de reanimación que nos lo devolvió tal cual podemos observarlo actualmente.
Vale la pena cada segundo que recorremos en su interior, además de que si tenemos el placer de ser testigos de una presentación del ballet sentiremos la fuerza que se mueve en su interior.
Fábrica de Tabacos Partagás
Hay un edificio amarillo con columnas naranjas que apenas se puede divisar correctamente porque está detrás del imponente Capitolio. Al salir del Gran Teatro y caminando en busca del Parque de la Fraternidad, lo encontrarás.
Se trata de la fábrica de puros más antigua de Cuba y una de las más longevas del mundo, fundada en el año 1845 y que en su interior atesora una parte importante de la historia de Cuba, que está indisolublemente ligada la historia del tabaco.
Museo Nacional de Bellas Artes
Es uno de los edificios de mayor valor arquitectónico de la ciudad y su majestuosidad inunda la mirada de turistas cuando se pasean por las inmediaciones del Parque Central en sentido a la calle Obispo (calle que no visitaremos hoy todavía, porque ese es el plato fuerte para el siguiente día).
El Museo Nacional de Bellas Artes cuenta con dos edificios, el de arte universal y el de arte cubano.
Por cuestiones de tiempo sólo te aconsejo visitar el edificio de arte universal que, además de ser el más sorprendente desde el punto de vista arquitectónico, destaca por albergar una de las colecciones de pinturas y esculturas más grandes de toda América Latina, con un estado de conservación envidiable.
Está permitido hacer fotografías y videos en su interior siempre que se pague una módica contribución al momento de adquirir los tickets de entrada.
Escoge bien la zona donde reserves tu hotel. Personalmente te recomendaría que lo hagas o en La Habana Vieja o en la zona del Vedado: Dónde alojarse en La Habana
Paseo del Prado y Castillo de San Salvador de la Punta
Baja por el Paseo del Prado, que muy probablemente te recuerde a las Ramblas de Barcelona o a cualquier avenida similar de una ciudad española, hasta llegar al Castillo de San Salvador de la Punta.
Desde este baluarte tendrás unas magníficas vistas de la entrada de la bahía y de las imponentes fortalezas de San Carlos de la Cabaña y el Castillo de los Tres Reyes Magnos del Morro.
El Museo de la Revolución
A pocos pasos del Castillo de San Salvador de la Punta se encuentra el Museo de la Revolución, uno de los museos más visitados de la Habana. Si solo dispones de dos días en la Habana no tendrás tiempo para visitar muchos museos.
Sin embargo si te interesa todo lo relacionado con la historia de Cuba y en particular su revolución este museo es un imprescindible que visitar en La Habana.
La Bodeguita del Medio
La Bodeguita del Medio es otro de esos lugares clásicos y que hay qué ver en La Habana. Debe su fama, en gran medida, a la recurrente visita de Hemingway, pues allí a decir del escritor, se preparaba el mejor mojito del mundo.
Lo cierto es que las paredes del sitio están prestigiadas por firmas y palabras de políticos, artistas, personalidades de diferentes ámbitos sociales, como es el caso de Salvador Allende, Pablo Neruda o Errol Flynn, por sólo citar algunos.
La tradición manda que te tomes aquí un mojito. Algunos dicen que es el mejor mojito de La Habana, otros no comparten esta afirmación. Lo cierto es que está delicioso y el ambiente de este pequeño bar siempre es animado y festivo.
La Plaza de la Catedral
La Plaza de la Catedral es otro de los sitios que ver en La Habana, fue la última de las grandes plazas coloniales en construirse y quizás por eso ha trascendido hasta nuestros días con tanto esplendor.
En la parte principal se encuentra la hermosa catedral, una joya de estilo barroco que en marzo de 2012 se vistió de gala para recibir al Papa Benedicto XVI.
Otros edificios emblemáticos rodean la plaza, como las casas del Marqués de Arcos y el Marqués de Aguas Claras, esta última convertida ahora en un excelente restaurante. Se encuentran, además, el Museo de Arte Colonia, antaño Casa de Don Luis Chacón, Conde de Casa Bayona, así como el Palacio de Lombillo.
Plaza de las palomas
La Plaza de San Francisco de Asís, o como se le conoce comúnmente en la ciudad: la plaza de las palomas, es según el criterio de muchos la más hermosa de las plazas habaneras. Una de las que debes incluir en tu itinerario de visita a la Habana en 2 días.
Hay dos elementos que la catapultan a la cima directamente. El primero, como su nombre indica, la concurrencia de cientos de palomas que se acercan atrevidamente al transeúnte en busca de alimento.
Por otro lado, la cercanía a la bahía y es que sólo una vía la separa de la entrada a la bahía habanera. Con lo cual la plaza fue el sitio de mayor auge económico hasta el siglo XVII y, como es de suponer, el espacio donde por mucho tiempo se realizó el mercado ultramar.
Es la Lonja del Comercio uno de los edificios más impresionantes que rodean la plaza, mientras que el Convento y la Iglesia de San Francisco de Asís le aportan un valor eclesiástico distintivo.
Al centro encontramos la Fuente de los Leones, que según se tienen datos, fue llevada hasta allí desde Italia, donde se esculpió con mármol de Carrara.
También destaca el enorme edificio de la Aduana del Puerto, donde todavía se pueden ver esporádicamente los cruceros que rompen el embargo económico y arriban a puerto cubano.
La Plaza Vieja
¡Qué maravilloso sitio La Plaza Vieja de La Habana! Allí han logrado, con una destreza sin igual, combinar lo más maravillosamente antiguo de la ciudad con obras de arte contemporáneas.
La que inicialmente fuera una plaza militar y luego una especie de mercadillo, hoy se encuentra rodeada por importantes museos y sitios de interés, como es el caso del Planetario y la Cámara Oscura.
En esta última se ha puesto en práctica la idea de Leonardo da Vinci de manera que dentro de un cuarto con escasa iluminación, en la cima de uno de los edificios más altos de la plaza (35 metros), se puede visualizar La Habana con la presentación sobre una mesa cóncava en la que se proyecta la luz que llega desde el orificio superior de la habitación.
Por otro lado, la plaza también es una zona donde hay varios bares con terraza, donde se pueden degustar las principales bebidas cubanas: cuba libre, mojito, piña colada, daiquirí.
La Plaza también está rodeada de hermosas galerías y a sólo unos pasos puedes encontrar la maqueta de La Habana, que según el tiempo que dispongas te recomiendo visitarla.
Palacio de los Capitanes Generales
Durante el tiempo que duró el dominio español sobre la isla, fue el asentamiento del poder político y no es casual que se considere como la obra barroca mejor consolidada en Cuba.
El Palacio de los Capitanes Generales tiene una rica historia, que va desde su construcción en 1792, hasta su posterior uso como palacio presidencial de la república, hasta el año 1920. En ese tiempo fungió además como cabildo y cárcel.
Hoy es oficialmente el Museo de la Ciudad y atesora dentro de sus paredes obras de carácter cultural e histórico. Una de sus salas está destinada a la exposición de joyas y pertenencias de personajes famosos como la zarina rusa Catalina la Grande.
Calle Obispo
Cuando me preguntan qué ver en La Habana, siempre respondo que no puede faltar la calle Obispo, en el centro de la parte más antigua de la ciudad. Estamos sobre adoquines desgastados que recuerdan la etapa fundacional de la Villa de San Cristóbal, nombre con el que los españoles bautizaron esas tierras.
La calle Obispo es una amalgama muy caribeña de arte y cultura, en sus portales lo mismo encuentras mercadillos improvisados con objetos típicos de Cuba, camisetas con la imagen del Che, mapas de Cuba hechos con barro, coches antiguos para decorar en madera y una serie de artículos de los cuales te enamoras a primera vista.
Siguiendo por la calle de estrechas aceras encontrarás estatuas vivientes, vendedores ambulantes de churros, artistas disfrazados con vestuarios de la época colonial, museos, librerías, restaurantes, bares, música y más artesanía.
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Comandancia del Che
Siguiendo la Calle Obispo hasta el final llegarás de nuevo al Parque Central. Es un buen punto para pillar un taxi para cruzar la bahía y visitar la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. También puedes hacerlo con un coche clásico descapotable, una de las formas de moverse por La Habana con más encanto.
Antes o después de visitar la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña puedes visitar la Comandancia del Che. Ernesto Guevara, a quien el mundo entero conoce como Che, es un personaje controversial de la lucha revolucionaria cubana.
Para algunos un héroe que fue crucial en la liberación del pueblo cubano y de otras latitudes del mundo, para otros un asesino que acabó con la vida de miles de personas, torturadas y fusiladas desde su Comandancia.
Obviamente en este sitio, cercano a la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, no encontrarás pruebas de lo segundo, porque si las hubiera entonces se desmontaría la historia que la revolución cubana ha vendido al mundo.
En cualquier caso si quieres estar lo más cerca posible con la versión de la historia que tú crees cierta, entonces conviene visitar el Museo Comandancia del Che.
Fortaleza de San Carlos de la Cabaña
Hasta ahora todo lo que hemos visitado está en la parte oeste de la ciudad, pero seguramente habrás visto que en el otro lado de la bahía se yergue una espléndida edificación militar del tiempo de la colonia, es la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.
Para llegar hasta allí puedes tomar un taxi o una de las rutas de bus locales que atraviesan el túnel de la bahía. Si has recorrido la Calle Obispo hasta el final habrás llegado de vuelta al Parque Central. Desde allí lo tendrás muy fácil para encontrar un taxi que te lleve hasta la fortaleza.
Otra opción, es cruzar la bahía en barco. La conocida popularmente como “lanchita de Regla”, una embarcación que surca el canal de la bahía desde el extremo oeste, en las inmediaciones del Palacio de los Capitanes Generales y hasta el municipio de Regla, al oeste de la ciudad.
San Carlos de la Cabaña fue la fortaleza militar más importante de La Habana y de América construida por los españoles y sirvió como defensa de la ciudad intramuros ante ataques de corsarios y piratas.
El área que cubría inicialmente rodeaba los 168000 metros cuadrados y en ella se pueden observar aún los vestigios del desarrollo militar de la época.
Algunas piezas de artillería todavía se exponen en sus salas y con suerte, si logras estar allí un día común a las 9 de la noche, serás testigo del “cañonazo”, una ceremonia militar que tiene lugar cada noche desde la fortaleza y que rememora el momento en el que la ciudad cerraba las puertas de la muralla.
Los Nardos
Ya para acabar el itinerario del primer día de la Habana en dos días un buen sitio para cenar puede ser Los Nardos una vez vuelvas a la zona del Parque Central. Delante del Capitolio y con un ambiente maravillosamente acogedor encontramos este restaurante especializado en comida típica cubana.
Con una clasificación promedio de 4,5 estrellas y más de 390 reseñas mayormente positivas en Google, en Los Nardos encontrarás un servicio amable y veloz, excelentes precios y platos exquisitos.
Si llegas y hay algo de fila, bien vale la pena esperar un poco, porque lo cierto es que en La Habana, marcada con tanta escasez de productos, no es fácil encontrar otro sitio como este.
El Floridita
Después de cenar nada mejor que bajar la cena con una copita en un sitio tan emblemático como el Floridita. También en el mismo Parque Central.
Funciona desde 1817, pero su reconocimiento internacional lo debe al escritor norteamericano Ernest Hemingway, quien era un asiduo visitante del bar y donde le gustaba beber el refrescante coctel daiquirí.
De ahí que el sitio se venda al turismo como la cuna del daiquirí. Más allá de la veracidad o no de esa afirmación, lo cierto es que si quieres disfrutar de una buena bebida a lo cubano, encontrarás en El Floridita el sitio perfecto.
La Habana en 2 días: Día 2. El Vedado
El Vedado es la parte más moderna de la ciudad y como te decía al inicio, demuestra que no todo lo que hay que ver en La Habana está en la Habana Vieja. En el segundo día de este itinerario para visitar La Habana en 2 días nos centraremos precisamente en esta zona.
La Universidad de La Habana
Empieza tu recorrido el segundo día de este itinerario de 2 días en la Habana en las famosas escaleras de la Universidad de La Habana.
Si quieres ver el lugar de donde han salido las ideas más revolucionarias de Cuba, cuna de formación de Fidel Castro, no dejes de visitar la Universidad de La Habana, ubicada en el corazón del Vedado, deslumbra a los transeúntes por su alargada escalinata, que corona con una imponente escultura del Alma Mater.
Esta casa de altos estudios, además de tener una rica historia, es el escenario de múltiples conciertos de bandas populares entre los jóvenes.
Además, cada año es el punto de partida para las marchas de las antorchas, multitudinarias concentraciones nocturnas en las que los estudiantes desfilan por las principales arterias capitalinas portando antorchas encendidas para conmemorar la víspera del natalicio de José Martí. Si tu viaje coincide con el 27 de enero, podrás vivir este acontecimiento in situ.
Avenida de los Presidentes o Calle G
Después recorre la Avenida de los Presidentes dirección La Plaza de la Revolución. La barriada del Vedado destaca por sus calles nombradas con letras del abecedario y aunque hay una que particularmente incita a llamarle de otro nombre, lo cierto es que los capitalinos se resisten.
De cualquier modo, la calle G o Avenida de los Presidentes es una amplia calle que se extiende desde la altura de la Quinta de los Molinos hasta el Hotel Presidente.
Un extenso paseo central acompaña toda la vía y cada escasos metros aparece una estatua o monumento de algún presidente latinoamericano o general de las guerras de independencia cubanas.
En el extremo que culmina en el malecón también encontramos la Casa de las Américas, un espacio para el arte joven que tiene lugar en la isla y también en América Latina, desde luego, marcado por un matiz revolucionario.
Plaza de la Revolución
Caminando caminando llegarás a esta plaza referencia para millones de personas simpatizantes con la revolución cubana y los movimientos socialistas y de izquierda.
La Plaza de la Revolución de La Habana ha sido, desde 1960, el sitio donde millones de cubanos se han reunido para festejar logros y fechas importantes, pero también para llorar la pérdida de sus hijos y más reciente aún, la muerte de Fidel Castro.
La Plaza de la Revolución es un complejo escultórico que cuenta, como elemento principal con el Monumento a José Martí, obra del escultor Juan José Sicre. La pirámide que corona el monumento es un espacio dedicado a la exposición de obras relacionadas con la persona de José Martí, quien es el héroe nacional de Cuba.
En su interior, un ascensor de 90 metros nos eleva hasta casi la cima de la pirámide para obtener maravillosas vistas desde el punto más alto de la ciudad. El mar es perfectamente visible desde allí si miramos al norte, mientras que por el sur visualizamos la Ciudad Deportiva y un poco más allá siguiendo la Calzada de Boyeros.
Todo un espectáculo visual que no suele ser apto para cardíacos. Por cierto, no les aconsejo tomar las escaleras, pues además de tener 579 peldaños, están dentro de un reducido espacio que puede hacer que en determinado momento nos falte al aire al respirar.
Pero la Plaza de la Revolución tiene otras imágenes que han girado por todo el mundo y son la de los dos rostros gigantes de Camilo y Che, acoplados a las paredes laterales de los edificios correspondientes al Ministerio del Interior y de Comunicaciones respectivamente.
Al centro, en el área de concentración popular, es muy común que durante el día encuentres un aparcamiento de hermosos coches antiguos que hacen de taxi para turistas que pagan recorridos por la ciudad. Tengamos en cuenta que la Plaza de la Revolución se encuentra a unos 15 minutos desde la parte antigua de la ciudad.
Toma nota de algunas sugerencias para tu visita a La Habana: Qué hacer en La Habana: Los planes imprescindibles
La Necrópolis Cristóbal Colón
Después de visitar la Plaza de la Revolución otro sitio notable situado en el Vedado es el enorme cementerio Cristóbal Colón. Con más de 50 hectáreas es el cementerio más grande de la ciudad.
Destaca por sus impresionantes sepulcros que son una verdadera obra de arte, y la gran historia y simbología que guarda el cementerio.
Hotel Nacional
La céntrica calle 23, que cruza de un extremo a otro al Vedado, es la encargada de unir diferentes sitios emblemáticos de un barrio que en su momento fue tierra fértil para los casinos y hoteles más importantes de Latinoamérica, bajo la tutela de Estados Unidos y con la aprobación de los presidentes cubanos de turno, entre los años 20 y 50 del pasado siglo.
Este movimiento cada vez más fuerte se volcó favorablemente en la edificación de sitios tan hermosos como el Hotel Nacional de Cuba. Ya sólo su ubicación geográfica, frente al malecón, es motivo inequívoco de su majestuosidad.
La maravillosa combinación art decó y ecléctico en una obra neoclásica como esta, hacen que las miradas se vuelquen casi que tirados como por un imán sobre el Hotel Nacional cuando bajamos desandando por la avenida de 23.
El malecón de La Habana
Serán, sin dudas, 2 días en la Habana incesantes donde parecerá que el tiempo vuela, porque desde el momento cero hemos estado caminando de un sitio a otro, pero quiero que terminemos este compendio de qué ver en La Habana, justamente, en el lugar más humilde pero más grande de La Habana. El Malecón.
Una ciudad de mar, construida en las márgenes de una gran bahía no puede, sino, tener un gran malecón o paseo marítimo, como se le conoce en algunas regiones del mundo. Los casi ocho kilómetros del malecón de La Habana son mágicos y visitarlo de noche es una aventura que no debes perder.
Cuando la noche cae en la capital de los cubanos parece que despierta una Habana que duerme durante el día, lo que simula perfectamente ser un malecón sólo de pescadores durante el día, al ponerse el sol se convierte en el punto de encuentro de amigos, enamorados, y familia.
Al compás de una guitarra y con la presencia casi ilícita de unos vendedores ambulantes de peluches, rosas y popcorn, se va La Habana a sentir el sonido de las olas cuando rompen con fuerza en las rocas que las detienen. ¿Qué mejor manera de decir adiós a nuestro recorrido de La Habana en 2 días?
Me parece fascinante el recorrido.
Hola Patricia. La Habana con todos sus problemas es en sí fascinante. Paseando por sus calles, a pesar del mal estado de conservación de sus edificios, uno puede darse cuenta fácilmente que en su día fue una de las ciudades más bellas del mundo. Un saludo