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Qué ver en Moscú en tres días

Qué ver en Moscú en tres días

Moscú es una ciudad antigua y joven y pujante al mismo tiempo. Con más de 850 años historia se deja ver como una ciudad tradicional, llena de arte y de costumbres; pero, al mismo tiempo, como una gran urbe de 12 millones de habitantes que intenta ganar su futuro con los hábitos y las suertes de cualquier ciudad occidental. Hoy te mostramos qué ver en Moscú en tres días para que la descubras a fondo.

Qué visitar en Moscú en tres días

Qué visitar en Moscú en tres días

Moscú está llena de tesoros artísticos que hay que descubrir paseando y en las decenas de museos de la ciudad. Vivir experiencias de mesa y mantel, compartiendo estéticas y sabores a los que se les puede poner la etiqueta de exóticos. Y, entre calle y calle, también se puede disfrutar de los rasgos que aún perviven de la época soviética que sin su fuerza ideológica han caído dentro de la subcultura vintage. Un toque algo decadente pero muy fotogénicos que hay que apurar a sorbos a pie de obra.

Hay mucho que ver en Moscú. Te recomendamos que visites Moscú en tres días. Con menos días te dejarás mucho por ver. Con tres días, si te organizas bien, te dará tiempo a acudir a los hitos esenciales, pasando revista a los distritos que cuentan, pero sin renunciar a ver esos lugares únicos de Moscú, fuera de foco, que dejarán una huella imborrable en el recuerdo. Tres días para recordar Moscú, siempre.

Una nota al margen que hay que tener muy en cuenta antes de ponerse en movimiento. Para desplazarse de un punto a otro de Moscú y para seguir al hilo los lugares recomendados, lo mejor, ir en metro. Más rápido y más barato que cualquier otro medio. Es un transporte muy eficiente, razonablemente cómodo.

Los trolebuses son una alternativa al metro, y los taxis y los vehículos de alquiler no sólo son proporcionalmente más costosos, sino que su movilidad depende de los atascos que son frecuentes en la ciudad.

Además el metro de Moscú ofrece esa impresionante sensación que embarga a los que viajan por primera vez en él y se dan cuenta de que cada estación es diferente. Iluminadas como si de una escenografía teatral se tratara con candelabros.

Lugares que siempre sorprenden como sucede con la estación de Ploshchad Revolyutsii, donde unos soldados soviéticos en figuras, pero muy realistas, apuntan con sus armas a los viajeros. O como ocurre con la estación de Novoslobodskaya, donde las vidrieras que la decoran son un lujo para la vista.

Lo primero que necesitarás saber si llegas en avión es cómo desplazarte desde el aeropuerto al centro. Echa un vistazo a este artículo:

Cómo ir del aeropuerto de Moscú Sheremetyevo al centro

A organizarse pues. Vamos con lo que se puede ver cada día en este itinerario de Moscú en tres días:

Moscú en Primer día en Moscú

Primer día en Moscú, la plaza roja de Moscú

Una inmersión en Moscú tiene que empezar, sí o sí, por el centro de todo. Por el entorno de la Plaza Roja de Moscú. La Plaza Roja es ese lugar icónico por excelencia de la capital rusa que todo el mundo recuerda cuando se la nombra.

Era el lugar elegido por Stalin para sus discursos, la pista de maniobras de los ejércitos soviéticos -y hoy de los rusos- que desfilaban ante la tumba de Lenin, y una plaza de primera fila -nunca mejor dicho- para despedir el año entre fuegos artificiales.

En la zona, hay que ver los enormes almacenes soviéticos GUM, abiertos por primera vez en 1890, que ahora exponen productos de marcas de lujo como Gucci o Cartier. En GUM, es posible disfrutar también de unas soberbias vistas del entorno en el Bosco Café. Anotado queda.

También hay que dejarse caer por la famosa Puerta de la Resurrección, la reconstruida según un diseño del siglo XVII, porque la original fue demolida durante el periodo soviético y por la misma Catedral de San Basilio. Otra de las visitas inexcusables de lugares de interés turístico en Moscú. Date tu tiempo para admirar sus interiores, tan ricos y brillantes como los mismos escaparates del GUM.

El Palacio del Kremlin

El Palacio del Kremlin, que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, tiene su encanto. Y su valor histórico se multiplica cuando se visitan las salas de sus museos. Ver el Mausoleo de Lenin y su cuerpo expuesto bajo una luz muy teatral es de esos recuerdos que hay que traerse a casa.

Y si no ha sido suficiente, siempre se puede visitar las tumbas de Stalin y de Leónidas Brezhnev que se encuentran detrás de la de Lenin y en las que nunca faltan flores frescas. Los horarios de estos mausoleos: de lunes a viernes, sólo hasta las 13.30 horas. El total de tiempo invertido en estas visitas concentradas puede estar sobre las cuatro horas.

Avanzamos con más argumentos sobre la idea de qué ver en Moscú. La siguiente visita puede ser al Teatro Bolshoi, un emblema de la cultura rusa, soviética y rusa nuevamente. El Teatro Bolshoi fue diseñado por el arquitecto Joseph Bove para acoger actuaciones de ballet y de ópera y comenzó a construirse en 1824.

El teatro superó con nota una larga rehabilitación de seis años y es posible hacerse con entradas para ver los ensayos del ballet en las mismas taquillas. Una opción que puede resultar interesante. Pasear por el adoquinado de la cercana calle comercial de Stoleshnikov Pereulok es como hacerlo por la londinense Bond Street a la rusa.

Catedral de la Asunción, Moscú

Llegada la hora de comer, una recomendación en la zona, sentarse a una mesa georgiana. Te recomendamos Mama Nina, una experiencia culinaria con comida típica del Cáucaso muy cerca de la catedral del Cristo Salvador que pasa por ser la iglesia ortodoxa más alta del mundo.

Si se va con presupuesto ajustado, también se puede disfrutar de la misma comida georgiana en cualquiera de los establecimientos de la cadena Suliko que hay repartidos por todo Moscú. En ellos, y por un módico precio, se puede probar un plato de khindalai, unas suculentas albóndigas de carne con berenjenas en tiras con nueces y granadas; o catar un khachapuri, una masa de hojaldre horneada con queso y con la apariencia de un barquito.

Una opción, una alternativa para los que busquen lo popular en barrios tradicionales. Tomando el metro en la estación de Teatralnaya y desplazándose a la de Smolenskaya, se puede llegar hasta el barrio del Viejo Arbat. Que, en realidad, no está nada lejos de la Plaza Roja.

Barrio viejo Arbat en Moscú

Su calle principal fue la meca de los autores de la literatura del siglo XIX más conocidos en Rusia. Hoy, el paseo está lleno de tiendas de recuerdos, pero también las hay de libros y nunca faltan artistas que pintan en la calle. En Smolensky Gastronom, una tienda especializada en el mismo área, se puede ver diferentes ofertas de pescado ahumado, de caviares, de queso y de pasteles horneados.

Reaprovisionamiento que puede servir para coger nuevas fuerzas si se elige visitar el cercano Museo de la Casa de Pushkin. Una vivienda que sirvió de residencia al escritor y a la que se la puede reconocer a simple vista por su peculiar color azul.

Más cosas qué visitar en Moscú en esta zona… En la intersección del Viejo Arbat con el Nuevo Arbat, se abre el bulevar Nikitsky, donde se puede ver la curiosa estatua de Nikolai Gogol, autor de cuentos populares y cuya casa-museo también se encuentra en las cercanías.

Las zonas que más recomendamos para alojarse en Moscú son Kitai Gorod – Plaza Roja, Teverskoy, y Arabat. ¿Quieres saber por qué? Te lo explicamos todo aquí:

Dónde dormir en Moscú

Más adelante, en Bolshaya Nikitskaya, los amantes de la arquitectura deben buscar la casa de Maxim Gorky, la misma que Stalin le regaló al autor. El atractivo principal del museo es la obra del escritor, pero también la arquitectura de la construcción que fue diseñada en 1901 por Fyodor Schechtel.

El conjunto fue decorado con frisos tallados con orquídeas, con vidrieras y con molduras de flores. Un ejemplo de arquitectura modernista rusa. La entrada a los museos es casi siempre gratuita en Rusia, sólo hay que pagar si se hacen fotografías en el interior de las exposiciones.

Llegada la noche y ya para acabar el primer día de esta ruta de 3 días en Moscú, se pueden plantear dos opciones a elegir: Retirarse para recobrar fuerzas volviendo al hotel para continuar al día siguiente o disfrutar de la noche animándose a pasarla en una zona de moda, la Krasny Oktybar.

Se trata de una antigua fábrica de chocolate, la de la marca ‘Octubre Rojo’, que ha convertido su estructura de ladrillo rojo en una zona de clubes nocturnos donde es fácil ver a DJ’s extranjeros. El complejo de ocio está situado en una isla fluvial frente al Kremlin. Y si se tercia, se puede ver amanecer en Moscú desde los grandes balcones del complejo.

Segundo día en Moscú

Segundo dia de viaje en Moscú

Para arrancar el segundo día de este itinerario de Moscú en tres días, nada mejor que hacerlo con un buen desayuno que, de todas todas, será, en principio, mejor que el del hotel.

Un establecimiento que ofrece desayunos que juegan en otra división en Moscú es el Correa’s. Una cafetería de techos altos con salones muy aireados que ofrece desayunos saludables, con ensaladas y frutas frescas incluso en los meses del invierno moscovita.

Pero, todo hay que decirlo, también hay desayunos de hoteles que son la excepción en cuanto a calidad. El histórico Hotel National, por ejemplo, ofrece un buffet tradicional de blini (crepes), caviar, embutidos y repostería rusa.

Otro establecimiento de nivel, el Lotte Hotel, sirve una variedad desayunos que se podría calificar de multicultural. Desde albóndigas asiáticas a tortillas hechas por un chef propio, pasando por delicias de batidos de frutas.

Ya puestos a seguir visitando los principales atractivos turísticos en Moscú, una propuesta para una siguiente parada mañanera es acudir a las iglesias del Kremlin que fueron construidas por los zares y que relucen en el cielo de Moscú con sus cúpulas doradas con forma de cebolla. Quinientos años las contemplan.

Las iglesias, que permanecen abiertas hasta las cinco de la tarde todos los días, están curiosamente muy cerca de la oficina del presidente de la República rusa. En el Kremlin, hay que dedicar tiempo extendido – si se desea, claro- a ver aún más de sus atracciones únicas.

Como la colección de huevos artísticos de Fabergé en la Armería, como el diamante Orlov, regalado a Catalina la Grande por Gregory Orlov, uno de los amantes de la zarina o como el Palacio Terem, casa y hogar de los zares de la dinastía Romanov.

En la catedral de la Asunción, construida en 1326, lo mejor son sus interiores revestidos con frescos. Hay que recordar que el espectáculo de la Plaza Roja de Moscú no decae cuando llega la noche. Bajo las estrellas, la plaza, las murallas y los palacios se iluminan.

Catedral de la Asunción, Moscú

Para hacer ejercicio, una propuesta para los días invernales, patinar sobre hielo en el parque Gorky. Resulta muy barato y la estampa de los abedules de las zonas verdes es un aliciente natural que añadir a la experiencia.

En los días de primavera y verano, el parque representa también una oportunidad para descansar en una zona que pasa por ser algo así como una isla natural dentro del frenesí urbano de una ciudad tan hiperactiva como la capital rusa.

Los domingos el parque reúne un animado público que acude a su mercadillo en el que es posible hacerse con algún recuerdo original de la etapa soviética. Regatear en los puestos es obligatorio. Y algo más en la zona, en el vecino Parque de las Esculturas, enfrente del Gorky, se puede inmortalizar una imagen chocante, la que ofrecen las esculturas de mármol dejadas de la mano de Dios de Lenin, Stalin y Karl Marx. Iconos de otra época.

Segundo dia en Moscú. Parque de las estatuas

También cerca del Parque Gorky, se puede ver la Galería Tretyakov que cuenta con 65 salas dedicadas al arte moderno ruso y europeo occidental y en el que hay de todo, desde obras de Kandinsky a piezas de Alexander Rodchenko.

Todo, dentro de un edificio de origen soviético que, de alguna manera, también puede verse como una obra de arte. Una estética peculiar que se puede encontrar en la pose peculiarísima de una de las últimas estatuas de Lenin, la de Kaluzhskaya Ploshchad, la más grande de todas las que quedan.

Llegada la hora de comer, se puede tirar la casa por la ventana comiendo en uno de los restaurantes más glamurosos de Moscú, el Uzbekistán, donde se deja ver lo mejor de la sociedad moscovita (para las cenas). En lo que puede ser toda una experiencia con comida auténtica de la Ruta de la Seda en el centro de Moscú.

En el Uzbekistán, hay que pedir algunas de sus carnes a la parrilla y una esquisitez uzbeka, el pilaf, corderos tiernos servidos con arroz cocido. También se puede optar por llevarse al plato algo de plov, o lo que es lo mismo, verduras guisadas en grasa de cordero. De todas maneras, el plov, como todas las comidas clásicas familiares, se prepara con estilos caseros diferentes. Un día es un día.

En este artículo te proponemos un listado de planes interesantes que hacer en Moscú. Te será un buen complemente a este itinerario para conocer Moscú en tres días:

Los planes imprescindibles que hacer en Moscú

Una opción para pasar la tarde fabricando más recuerdos memorables puede ser dejarse seducir por el oasis de paz del Estanque Patriarshiye, el Estanque del Patriarca. Una pequeña laguna con más de 200 años de antigüedad, que se extiende sobre un área de casi 10.000 metros cuadrados.

El estanque abastecía de peces al clero ortodoxo ruso de la ciudad durante el siglo XIX, de ahí el nombre. El estanque fue inmortalizado por la novela de Mikhail Bulgakov ‘El maestro y Margarita’. La zona tiene muchas boutiques de moda y cafés. En invierno, se puede patinar sobre el estanque helado.

Si el tiempo se va de las manos y llega la hora de cenar -y se abre el apetito-, hay que decir que junto al Estanque del Patriarca se sitúa una cafetería, el Café Margarita, que ofrece una deliciosa borshch, la típica sopa de remolacha rusa tan tradicional como espesa.

La cafetería, a decir verdad, es bastante minúscula, pero está llena de libros, hay música en vivo con interpretaciones de piano y violín todas las noches. Y si se quiere, es el lugar perfecto para compartir una bebida en buena compañía.

Otra opción nocturna con un toque de arte es el Art Strelka, en la zona de Bersenevskaya Naberezhnaya. El Strelka es un bar de diseño concebido por el arquitecto holandés Rem Koolhaas al que acude una multitud de gentes de la cultura.

Su restaurante tiene una carta algo peculiar, es una fusión de comida rusa y europea que no deja de impresionar. El local está abierto con música propia hasta altas horas de la madrugada.

Tercer día en Moscú

Tercer día en Moscú

Para empezar nuestro último día de esta ruta de Moscú en tres días, hay una visita especialmente recomendada para una mañana de domingo es la visita a la Vorobyovy Gory (‘La Colina de los Gorriones‘), una cima que rompe con la llanura persistente de Moscú y que representa el mejor mirador de la ciudad.

En su momento, esta zona fue denominada las Colinas de Lenin y en sus alturas se encuentra la sede de la Universidad Estatal de Moscú, uno de los pintorescos edificios altos de la época estalinista que también merece la pena ver.

Visitar en tercer dia en Moscú la Universidad Estatal

El de la Universidad Estatal de Moscú es una de las ‘Siete Hermanas’, siete rascacielos de estilo gótico y barroco rusos que se levantaron para conmemorar el 700 aniversario de la fundación de la ciudad. La iluminación nocturna de este edificio con focos de colores es sublime.

Y si se quiere descubrir más lugares de interés turístico en Moscú, en clave de hitos ‘chics’ de la cultura en la capital rusa, hay que pasarse por el Garage, el equivalente al Tate Modern de Londres en la capital rusa. Este centro de arte fue creado por Dasha Zhukova, la pareja del oligarca ruso Roman Abramovich.

El centro está situado en lo que en otro tiempo fue un garage de autobuses de la década de 1920 rehabilitado por el arquitecto vanguardista Konstantin Melnikov. El público de este centro de arte moderno es global, el café de su cafetería, muy recomendable.

Más cultura. Prácticamente a la vuelta de la esquina del Garage, el viajero se puede encontrar con Centro de fotografía Hermanos Lumiere, ubicado en un antiguo edificio de empaquetado de dulces. El centro organiza excelentes exposiciones a partir de los fondos que va adquiriendo.

Visitar la catedral del Cristo Salvador

Más experiencias en la zona. En la misma zona, se encuentra un restaurante denominado Bontempi, abierto por Valentino Bontempi, en el que se da cita la gente de la cultura de la capital rusa. Lo mejor, comer en la terraza del establecimiento desde donde se puede ver el espectáculo de la réplica de la Catedral de Cristo Salvador, con sus cinco cúpulas doradas e inaugurada en el 2000 como una versión moderna de la original del siglo XIX.

Así es un Moscú en tres días, un itinerario lleno de experiencias para recordar toda una vida.

Imagenes: pixabay,(11)Sergey Nori.

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